Mientras tanto el lobo gigante, estaba lleno de rabia con una sola meta en su mente, eliminar de la existencia a este humano repugnante.
~ ¡EMMET DETENTE!~ Gritaba Braham en un intento por detener a su lobo de cometer un error.
~ ¿Detenerme?~ Preguntaba el lobo lleno de rabia~ Jamás.
En un intento por detenerlo, Braham apeló al sentimiento de culpa.
~Mírala Emmet, ella está aterrada, no puedes presentarte ante ella como un salvaje si queremos que nos acepte después, la necesitamos, tiene que ser ella.~
La lucha interior del lobo con Alfa Braham no era la única que estaba llevándose a cabo en ese momento, Elisa por su parte estaba recordando todas las pesadillas en las que los lobos, iguales al que tenía frente a ella estaban a la caza de su presa… Ella.
Cada noche era lo mismo, sentir que en cualquier momento podría perseguirla un lobo gigante, y ella tenía que luchar manteniéndose corriendo en medio del bosque, el sentimiento tan conocido la invadía, desesperación, necesidad de escapar, saber que la querían asesinar y una voz en el fondo que le gritaba que debía mantenerse siempre con vida.
Rodeada del frio de la noche y el olor a pino como ambientador natural.
Lobos gigantes en la búsqueda de arrancarle la vida, sus pesadillas eran como una película que estaba burlándose en sobremanera de ella.
Volviéndose ahora una realidad tangible de su locura. Siempre había sido la huérfana, la loca que siempre estaba envuelta en llanto y gritos por pesadillas increíbles y fantasiosas.
Las mismas que le habían costado el cariño y apoyo de una familia una y otra vez, dejándola completamente sola sintiéndose no merecedora de amor.
¿Sería devorada ella después?
En ese momento la falta de oxígeno y la sudoración de sus manos hicieron acto de presencia, ¿Pero era esto real?
Siempre eran pesadillas que terminaban con abrir los ojos pero ahora parecía no funcionar.
El lobo de manera repentina dejó de atacar a Alex y se enfocó en ella, y una especie de corriente eléctrica le recorrió la espalda, estaba en peligro ¿qué debería hacer ahora?
“Solo muévete”— Se ordenaba aunque su cuerpo no hacía caso.
Emmet caminó unos pasos en dirección de ella dejando de lado a Alex, como si no le importara ahora.
“Vamos Elisa, piensa” repetía ella haciendo unos pasos discretamente hacia a atrás y alejándose del peligro.
— Por favor no me hagas daño— Comenzó a suplicar ella en llanto, con la vista borrosa, no sabía que otra cosa hacer, sólo mantener una esperanza de compasión de parte de un animal salvaje — No me ataques por favor.
Ella no pudo evitar notar que Alex había comenzado a moverse fuera del lugar arrastrándose en silencio, aprovechando que ella era el foco de atención del lobo.
“Maldito, mil veces maldito” pensó Elisa de no ser porque vino a atacarla, la puerta no hubiera quedado abierta, pensaba lamentándose de su situación.
Sorpresivamente el animal gigante comenzó a extender sus patas delanteras y seguido de esto bajó el hocico, ¿Quería que ella se acercara?
— Sólo vete por favor— Elisa estaba temblorosa y con una especie de losa sobre ella.
A pesar de ver que el lobo se portaba de manera indefensa con ella, no podía confiar en que no saltaría en cualquier momento contra su yugular.
“Tranquila, Elisa, no debes hacer ningún movimiento brusco, no lo asustes, en cualquier momento se irá de aquí” Pensaba ella dándose valor.
Aunque el hocico del lobo lleno de sangre, sangre de Alex, no le permitían dejar de lado que este animal, era salvaje, agresivo y carnívoro.
Ella comenzó a respirar con dificultad, tanta que no podía tomar aire de manera profunda, sintiéndose asfixiada por más que intentara tranquilizarse.
Su corazón estaba a punto de reventar, como si hubiera corrido un maratón un momento antes.
El lobo comenzó a moverse y todo lo que la rodeaba comenzó a difuminarse para que solo pudiera concentrarse en sus ojos dorados como oro fundido, y los rojos y grandes colmillos que sobresalían de su hocico.
Ella ahora no estaba segura en su hogar.
— Vete… Sal de aquí. — Susurró con la voz temblorosa ella, al mismo tiempo que rodaban lagrimas por sus mejillas.
— ¡¡Shu!! — Volvió a susurrar sin seguridad alguna.
~Esto es suficiente, haré todo lo que sea necesario, sólo debemos tenerla vigilada~ piensa Braham.
Ella se encuentra dudando de sí misma incluso de su cordura, frente a sus ojos el lobo que un momento antes estaba rompiendo la piel de Alex, ahora se estaba volviendo un humano, alto y fuerte, pero ¿Qué clase de sueño era todo esto?
“Me estoy volviendo loca” se decía, ¿cuándo había sido posible transformarse de humano a animal o al revés?
La impresión es tanta que Elisa perdió la poca estabilidad que le quedaba y cae inconsciente en el suelo, impactada por lo que acababa de presenciar.
~ ¿Sigue viva?~ Preguntó Emmet.
Aunque su oído agudo y preciso le indicaba que el corazón de la chica estaba palpitando… seguía viva… aún.
—Sólo tengo la próxima luna llena para tomar por pareja a mi mate, debo estar enlazado para tomar el lugar de Alfa Líder que me corresponde, aunque el Alfa Líder Roman insiste que sea una loba alfa llamada Leila, no confío en él y menos en las intenciones detrás de sus acciones. ¿Qué pasará si no tomo a nadie como mi mate?La voz gruesa y profunda llamó la atención de Elisa aunque no alcanzaba a reconocerla, pero decidió seguir escuchando.— El concejo superior ha puesto esa cláusula por una razón, después de tantos años sin una Luna en la manada Luna Prohibida, y agregando que el Alfa Líder actual no tiene ningún descendiente, se sienten obligados a garantizar que el siguiente Alfa Líder tendrá hijos, deben darle estabilidad y seguridad a la manada, y tú tienes muchos años queriendo el poder sin tomar a nadie como mate. — Era la voz de otro hombre y se encontraba a un lado de ella.El primero continuó:— Ella es humana— El desprecio en su tono de voz era mordaz— nunca se ha visto
— Por lo visto, no te gusta que te hablen de manera civilizada. — La voz de Alfa Braham era inconfundible, fuerte decidida y sin dejar espacio a replicas.Y Elisa la reconoció en el momento de escucharla, aunque ella estaba sofocada de tanto esfuerzo al correr, la voz de él contrariamente se escuchaba tranquila y controlada, como si aún estuvieran sentados en el auto como minutos antes.— ¿Qué quieres? — Pregunto ella, con gran esfuerzo.— ¿Yo?— continua el con un tono de diversión en la voz— ¿Qué quieres tu Elisa? ¿Quieres regresar a ese pueblo en el que todos te odian? — Cuestiona sin piedad.Ella da un paso hacia atrás para amortiguar un poco el impacto que siente con la última frase, ella lo sabía pero seguía siendo difícil escucharlo de los labios de alguien más.Se mantuvo sorpresivamente en silencio, un nudo en la garganta le impedía hablar.Braham se acercó un paso más, solo para que ella pudiera verlo.— ¿Quieres seguir sufriendo agresiones de parte de todos los que te rodean?
Al momento de darse cuenta, Elisa ya estaba en un punto donde no pondría en duda nada de lo que le dijera ese hombre/lobo.En ese momento Emmet estaba sobre uno de los lobos atacantes, mordiéndole de manera precisa el cuello, del cual salía sangre de manera descontrolada.Pero sobre él se encontraba el otro lobo con una estaca de madera en su pecho, el palo tenía una especie de brillo de color azul, y detrás de todo esto se encontraba Andro, como lo había llamado el otro ser. Hincado, con sus manos en el suelo.Ella estaba impactada con lo que estaba presenciando, un instante después el lobo oscuro se transformó de nuevo en el humano que estaba hablando con ella anteriormente, el Alfa.Elisa sentía que los ojos se le iban a salir de la cara, el apático era un hombre absolutamente increíble, estaba frente a ella sin una pieza de ropa, y no pudo evitar observar que la sangre corría por su rostro prueba de la batalla encarnada.Pero al ver el camino que tenía esa sangre también notó que
Alfa Braham se mantiene en silencio desde esa declaración hasta llegar a unas pequeñas puertas que estaban al sur del castillo.— Pero ¿que se supone que haga? — Elisa se encontraba con la mirada concentrada en observar cada una de las curvas que daba el auto, debía saber cómo regresar en caso de necesitar irse.Pero… ¿Podría salir así nada más o necesitaría una pócima como la que había tomado para entrar? ¿Qué sucedería si intentaba atravesarlo por ella misma?— Dime por favor a que me estoy exponiendo, Braham….— ¡Alfa Braham!— él había intentado mantenerse en completo control, pero era tan agotadora al mantenerse hablando cada segundo que transcurría, que no pudo evitarlo.Además que le faltara al respeto y tratarlo como un igual era algo aberrante, al final había categorías y los humanos eran el último eslabón.Elisa se encogió de manera automática ante el grito, el sonido fue tan fuerte y profundo que los oídos le dolieron e instintivamente se los cubrió con las manos.— No me gri
Elisa nunca había estado recostada en una cama tan cómoda, grande y complaciente como esa.Las colchas eran como un abrazo en medio de una noche lluviosa, llena de truenos, lo cual a ella la aterraban, pero la luz que entraba por la ventana le indicaba que el sol estaba muy alto y el día ya había transcurrido más de la mitad.En medio de la inconsciencia comenzó a sentir que algo corría por su rostro.Abrió de manera rápida y consciente los ojos.No podía estar sucediendo de nuevo. No aquí.—No puede ser. —Susurró nerviosa.Se levantó de manera inmediata de la cama para no manchar la colcha y corrió hacia una puerta que se encontraba en la misma habitación, donde podría conseguir unas telas para detener la hemorragia nasal que siempre llegaba constante a su vida.No había pasado veinticuatro horas en este lugar cuando ya iba dejando rastro de sus rarezas, aunque en este momento ella sonrió.“¿Qué puede ser más raro que un hombre lobo? ¿Un castillo? ¿Brujos y magia? Un poco de sangre no
Elisa se encontraba cubierta con un vestido color plata que llegaba hasta el piso con una tela que cubría su rostro como una especie de velo.Su corazón latía de manera acelerada, sin comprender por qué, aunque de manera clara estaba relacionando esos detalles con los de una boda común de humanos, una que muy pocas veces se había atrevido a soñar.Estaba en la orilla de una plaza en la que al centro se encontraba un altar con varios lobos rodeándola, dando una especie de sensación de majestuosidad.—Lita —pregunta ella curiosa— ¿quién es el hombre que se encuentra en el centro acompañando a Bra..— se detiene— a Alfa Braham?—Él es nuestro Alfa Líder Roman —especifica Lita quien en ningún momento desde la presentación entre ellas se había alejado del lado de Elisa.La humana asiente de manera tranquila.— Él será nuestro próximo Alfa Líder.— ¿Quién?— Elisa había decidido confiar en Lita, dejarse guiar por ella y todo lo que ella sabía, para poder moverse en esta sociedad, por el mom
Momentos después de haberse quedado sola, llegó a acompañarla Beta Olam, pero ella se puso alerta, en este momento no sabía en quien confiar.Excepto Lita, ella se había mantenido siempre con la misma actitud desde el momento uno al estar con ella.— Elisa ¿verdad? —Preguntó el impresionante hombre que acababa de ayudarla con la mujer loba anterior— Yo soy Beta Olam, compañero de Alfa Braham, cualquier cosa que necesite yo puedo ayudarla.Beta Olam se inclinó un poco para saludarla, haciendo que Elisa se sintiera un poco cohibida por su caballerosidad, e impactada con el atractivo de él.Era un hombre muy alto como todos los que había visto de su raza con piel clara y cabello oscuro, pero lo más impresionante era esa aura de seguridad y superioridad que emanaba.— Disculpa pero ¿qué debo hacer?— Preguntó ella insegura.El hombre sonrió de manera tranquila y le entrego una pequeña hoja doblada por la mitad.Elisa la tomó y al abrirla miró una letra de caligrafía perfecta, en la que esta
Frente a ella se encontraba Lita pero la loba estaba llena de heridas, incluso uno de sus ojos sangraba demasiado, como si estuviera a punto de perderlo.La loba bajó la cabeza hasta el rostro de la humana para tratar de hacerla entender que la acompañara.—Lita, ¿quieres que te acompañe? — Preguntó Elisa con la garganta cerrada, todas esas heridas debían doler como el infierno, pero la loba se mantenía con postura de alerta.Lita asintió con la cabeza y después bajó su lomo para que la humana la montara pero ella comenzó a negar.— No puedo Lita estas muy herida, seguiré por donde me indiques.En ese momento Lita de manera precisa brincó para encontrarse con un lobo desertor que había intentado envestir a Elisa y morderla por la espalda.— ¡Ah!— Gritó Elisa sorprendida por el movimiento repentino.Pero afortunadamente se encontraba perfectamente bien.— Sólo guíame Lita por favor.Fue todo lo que alcanzó a decir Elisa antes de comenzar una carrera en la que no solo tenía que intentar