Semanas después.
Elisa se encuentra mirando por la ventana ya que esta por oscurecer, al encontrarse con ese fondo del bosque absorbiendo de manera innegable el tono cobrizo del cielo, convirtiéndolo en uno oscuro no puede evitar pensar en los ojos tan similares y fríos del atractivo pero misterioso hombre se había infiltrado en sus sueños de manera repentina.
“¿Quién era él? ¿Por qué aparece ahí en medio de la noche?” Elisa sonríe, porque en ocasiones hasta sentía que lo tenía presente en su pequeña habitación o que la observaba a la distancia.
Él también podría hacerle esas mismas preguntas sobre ella pero…
“¿Quién era ella? ¿Qué hacía ahí? Y ¿Cuál era su destino?” pensó, la sonrisa se esfumó de sus labios, ni ella misma lo sabía cómo para responderlo a alguien más.
Al momento de abrir la puerta de su pequeño hogar ella se encuentra con el hombre que menos hubiera imaginado… Alex.
— Finalmente… te… veo. — Le dice Alex con la vista borrosa por el alcohol además de tener la cara roja por lo intoxicado que estaba.
— ¿Qué haces aquí?— Elisa se había mantenido alejada de él desde ese horrible momento en que intentó abusar de ella, asegurándose de tomar rutas alternativas a su casa, aunque fuera más largo el trayecto. — Es más, solo vete no quiero volver a verte nunca. — No lo dejó hablar y comenzó a empujarlo fuera del pequeño escalón que tenía la puerta principal.
Pero el peso de él era mayor y no pudo moverlo demasiado.
— Jaja — La risa burlona de Alex la molestó aunque no tanto como el fétido olor de su aliento, el cual indicaba que tenía mucho tiempo, sino días tomando, eso no presagiaba nada bueno, poniéndola nerviosa. — Siempre tan orgullosa.
En ese momento el hombre toma a Elisa por los hombros y la empuja dentro de la casa, lo hace con tanta fuerza que ella no puede evitar tropezar con una pequeña mesa de centro y caer al piso, golpeándose la cadera.
— ¡VETE DE AQUÍ! — Gritó de manera altiva mirándolo con rabia, Elisa no quería tenerlo cerca, pero tampoco le iba a dejar saber lo insegura que se sentía.
— No me vas a decir que hacer pequeña mugrosa. — Alex se abalanzó sobre ella dejándola inmovilizada con sus piernas.
Elisa comenzó a moverse de manera exhaustiva en un intento por conseguir liberarse de la presión que él ejercía sobre ella, pero al haber tanta diferencia de tamaño no lograba conseguir demasiado.
Mientras tanto Alex estaba disfrutando de la sensación de sentirse poderoso, se estaba quitando la camisa aunque la torpeza de sus dedos provocaba que se tardara un poco más de lo habitual.
— Elisa… Elisa— decía el — Debes considerarte afortunada…— El tono de su voz era pastoso y poco comprensible—que este dios del sexo se haya rebajado a venir a ti en busca de placer.
Elisa no dejaba de gritar, lo que provocaba que respirar aceleradamente.
— ¡MALDITO DEJAME TRANQUILA! ¡LLAMARE A LA POLICIA!
Pero él sonrió complacido con los gritos que tenía la pequeña mujer que estaba debajo de él.
— Eres tan estúpida que no entiendo cómo sigues viva, recuerda mujer… mi padre es el alguacil de este pueblo…
Elisa sintió como si un balde de agua helada la bañara al comprender que era verdad, si no se defendía ella misma no tendría a nadie quien lo hiciera por ella.
El tipo sobre ella comenzó a forcejear hasta que consiguió tomar la playera que vestía y desgarrarla por la mitad desde el cuello hasta abajo.— Así me gusta— Dice de manera lasciva, relamiéndose los labios al concentrar su vista en el movimiento de los pechos de Elisa que subían y bajaban por su agitada respiración.
— Maldito asqueroso. — Aunque ella trataba de verse fuerte y segura, por dentro estaba temblando ante lo que se avecinaba, ya que se encontraba indefensa ante él.
— Deberías sentirte afortunada— Dice el con tono firme — no eres más que una basura en la sociedad, nadie voltearía a verte jamás, a nadie le ha importado lo que te suceda nunca y hoy no será diferente… De no ser por una apuesta que no estoy dispuesto a perder, no estaría aquí.
Ella sintió como si le hubieran quitado de tajo la venda de los ojos y pudiera ver con mayor claridad el tipo tan horrible que era él, si eso era posible.
En su mundo estarla sobajando de esta manera era solo un medio para poder conseguir lo que él deseaba.
En ese instante ella no pudo ver de manera clara lo que estaba sucediendo, pero una sombra oscura cubrió la luz de sus ojos para después eliminar el peso que estaba sobre su cuerpo.
De manera instintiva cerro los ojos como precaución, pero los gritos desgarradores de parte de su atacante la hicieron que los abriera de nuevo. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Por qué gritaba tan horrible si ella era la victima?
La imagen con la que se encontró era cautivadora pero aterrorizante al mismo tiempo, para ella en particular.
Una especie de poesía con sus dos grandes miedos enfrentándose entre sí.
Un lobo enorme, de pelaje absolutamente negro con un brillo azulado al tener luz directa aunque resaltaba el lunar en el cuello con forma de luna en tono plateado, se encontraba sobre Alex, quien de manera desesperada intentaba protegerse con sus brazos de los ataques del lobo, de manera inútil. Las mordidas eran dirigidas hacia su rostro, como si quisiera devorarlo de un solo mordisco.
Pero en ese momento por increíble que pareciera, ella no podía moverse, estaba totalmente en shock, el terror al ver esa escena la petrificaba, no era posible que moviera cualquiera de sus músculos.
El lobo de sus pesadillas, el que tantas veces la había perseguido y atacado se encontraba ahora en su hogar, presente y real.
Su cuerpo había comenzado a temblar, en un intento por hacer que se moviera pero su terror era más grande que su sentido de sobrevivencia.
Para terminar con el detalle más importante, ¿Qué hacía ahí? Y ¿La estaba defendiendo o solo sería la siguiente en su ataque? ¿Podría ella defenderse si Alex estaba siendo despedazado en vida por el lobo?
Mientras tanto el lobo gigante, estaba lleno de rabia con una sola meta en su mente, eliminar de la existencia a este humano repugnante.~ ¡EMMET DETENTE!~ Gritaba Braham en un intento por detener a su lobo de cometer un error.~ ¿Detenerme?~ Preguntaba el lobo lleno de rabia~ Jamás.En un intento por detenerlo, Braham apeló al sentimiento de culpa.~Mírala Emmet, ella está aterrada, no puedes presentarte ante ella como un salvaje si queremos que nos acepte después, la necesitamos, tiene que ser ella.~La lucha interior del lobo con Alfa Braham no era la única que estaba llevándose a cabo en ese momento, Elisa por su parte estaba recordando todas las pesadillas en las que los lobos, iguales al que tenía frente a ella estaban a la caza de su presa… Ella.Cada noche era lo mismo, sentir que en cualquier momento podría perseguirla un lobo gigante, y ella tenía que luchar manteniéndose corriendo en medio del bosque, el sentimiento tan conocido la invadía, desesperación, necesidad de esca
—Sólo tengo la próxima luna llena para tomar por pareja a mi mate, debo estar enlazado para tomar el lugar de Alfa Líder que me corresponde, aunque el Alfa Líder Roman insiste que sea una loba alfa llamada Leila, no confío en él y menos en las intenciones detrás de sus acciones. ¿Qué pasará si no tomo a nadie como mi mate?La voz gruesa y profunda llamó la atención de Elisa aunque no alcanzaba a reconocerla, pero decidió seguir escuchando.— El concejo superior ha puesto esa cláusula por una razón, después de tantos años sin una Luna en la manada Luna Prohibida, y agregando que el Alfa Líder actual no tiene ningún descendiente, se sienten obligados a garantizar que el siguiente Alfa Líder tendrá hijos, deben darle estabilidad y seguridad a la manada, y tú tienes muchos años queriendo el poder sin tomar a nadie como mate. — Era la voz de otro hombre y se encontraba a un lado de ella.El primero continuó:— Ella es humana— El desprecio en su tono de voz era mordaz— nunca se ha visto
— Por lo visto, no te gusta que te hablen de manera civilizada. — La voz de Alfa Braham era inconfundible, fuerte decidida y sin dejar espacio a replicas.Y Elisa la reconoció en el momento de escucharla, aunque ella estaba sofocada de tanto esfuerzo al correr, la voz de él contrariamente se escuchaba tranquila y controlada, como si aún estuvieran sentados en el auto como minutos antes.— ¿Qué quieres? — Pregunto ella, con gran esfuerzo.— ¿Yo?— continua el con un tono de diversión en la voz— ¿Qué quieres tu Elisa? ¿Quieres regresar a ese pueblo en el que todos te odian? — Cuestiona sin piedad.Ella da un paso hacia atrás para amortiguar un poco el impacto que siente con la última frase, ella lo sabía pero seguía siendo difícil escucharlo de los labios de alguien más.Se mantuvo sorpresivamente en silencio, un nudo en la garganta le impedía hablar.Braham se acercó un paso más, solo para que ella pudiera verlo.— ¿Quieres seguir sufriendo agresiones de parte de todos los que te rodean?
Al momento de darse cuenta, Elisa ya estaba en un punto donde no pondría en duda nada de lo que le dijera ese hombre/lobo.En ese momento Emmet estaba sobre uno de los lobos atacantes, mordiéndole de manera precisa el cuello, del cual salía sangre de manera descontrolada.Pero sobre él se encontraba el otro lobo con una estaca de madera en su pecho, el palo tenía una especie de brillo de color azul, y detrás de todo esto se encontraba Andro, como lo había llamado el otro ser. Hincado, con sus manos en el suelo.Ella estaba impactada con lo que estaba presenciando, un instante después el lobo oscuro se transformó de nuevo en el humano que estaba hablando con ella anteriormente, el Alfa.Elisa sentía que los ojos se le iban a salir de la cara, el apático era un hombre absolutamente increíble, estaba frente a ella sin una pieza de ropa, y no pudo evitar observar que la sangre corría por su rostro prueba de la batalla encarnada.Pero al ver el camino que tenía esa sangre también notó que
Alfa Braham se mantiene en silencio desde esa declaración hasta llegar a unas pequeñas puertas que estaban al sur del castillo.— Pero ¿que se supone que haga? — Elisa se encontraba con la mirada concentrada en observar cada una de las curvas que daba el auto, debía saber cómo regresar en caso de necesitar irse.Pero… ¿Podría salir así nada más o necesitaría una pócima como la que había tomado para entrar? ¿Qué sucedería si intentaba atravesarlo por ella misma?— Dime por favor a que me estoy exponiendo, Braham….— ¡Alfa Braham!— él había intentado mantenerse en completo control, pero era tan agotadora al mantenerse hablando cada segundo que transcurría, que no pudo evitarlo.Además que le faltara al respeto y tratarlo como un igual era algo aberrante, al final había categorías y los humanos eran el último eslabón.Elisa se encogió de manera automática ante el grito, el sonido fue tan fuerte y profundo que los oídos le dolieron e instintivamente se los cubrió con las manos.— No me gri
Elisa nunca había estado recostada en una cama tan cómoda, grande y complaciente como esa.Las colchas eran como un abrazo en medio de una noche lluviosa, llena de truenos, lo cual a ella la aterraban, pero la luz que entraba por la ventana le indicaba que el sol estaba muy alto y el día ya había transcurrido más de la mitad.En medio de la inconsciencia comenzó a sentir que algo corría por su rostro.Abrió de manera rápida y consciente los ojos.No podía estar sucediendo de nuevo. No aquí.—No puede ser. —Susurró nerviosa.Se levantó de manera inmediata de la cama para no manchar la colcha y corrió hacia una puerta que se encontraba en la misma habitación, donde podría conseguir unas telas para detener la hemorragia nasal que siempre llegaba constante a su vida.No había pasado veinticuatro horas en este lugar cuando ya iba dejando rastro de sus rarezas, aunque en este momento ella sonrió.“¿Qué puede ser más raro que un hombre lobo? ¿Un castillo? ¿Brujos y magia? Un poco de sangre no
Elisa se encontraba cubierta con un vestido color plata que llegaba hasta el piso con una tela que cubría su rostro como una especie de velo.Su corazón latía de manera acelerada, sin comprender por qué, aunque de manera clara estaba relacionando esos detalles con los de una boda común de humanos, una que muy pocas veces se había atrevido a soñar.Estaba en la orilla de una plaza en la que al centro se encontraba un altar con varios lobos rodeándola, dando una especie de sensación de majestuosidad.—Lita —pregunta ella curiosa— ¿quién es el hombre que se encuentra en el centro acompañando a Bra..— se detiene— a Alfa Braham?—Él es nuestro Alfa Líder Roman —especifica Lita quien en ningún momento desde la presentación entre ellas se había alejado del lado de Elisa.La humana asiente de manera tranquila.— Él será nuestro próximo Alfa Líder.— ¿Quién?— Elisa había decidido confiar en Lita, dejarse guiar por ella y todo lo que ella sabía, para poder moverse en esta sociedad, por el mom
Momentos después de haberse quedado sola, llegó a acompañarla Beta Olam, pero ella se puso alerta, en este momento no sabía en quien confiar.Excepto Lita, ella se había mantenido siempre con la misma actitud desde el momento uno al estar con ella.— Elisa ¿verdad? —Preguntó el impresionante hombre que acababa de ayudarla con la mujer loba anterior— Yo soy Beta Olam, compañero de Alfa Braham, cualquier cosa que necesite yo puedo ayudarla.Beta Olam se inclinó un poco para saludarla, haciendo que Elisa se sintiera un poco cohibida por su caballerosidad, e impactada con el atractivo de él.Era un hombre muy alto como todos los que había visto de su raza con piel clara y cabello oscuro, pero lo más impresionante era esa aura de seguridad y superioridad que emanaba.— Disculpa pero ¿qué debo hacer?— Preguntó ella insegura.El hombre sonrió de manera tranquila y le entrego una pequeña hoja doblada por la mitad.Elisa la tomó y al abrirla miró una letra de caligrafía perfecta, en la que esta