Capítulo 115.

En medio del caos que se volvió la habitación del alfa, el brujo Andro seguía concentrado en bloquear el dolor de Elisa, al escuchar cómo se iban rompiendo los huesos de su cadera, sabía que con su complexión humana no podría mantenerse consiente por demasiado tiempo.

— ¡Ahhh!— grita Andro siendo arrojado contra la pared de forma inesperada.

Al momento de quedar inconsciente, Elisa soltó esa puerta que había abierto para poder ingresar y controlar su cuerpo, había sido arrojado de forma brusca y contundente.

— ¡Me expulsó!— gritó Andro al mismo tiempo que se levantaba recuperándose del golpe.— Sentirá el dolor de inmediato…

El cuerpo de Elisa comenzó a retorcerse, aunque los ojos no se abrían y por más que le llamaban Elisa no respondía.

En ese momento Braham, estaba ansioso con la respiración acelerada.

— ¡Miel por favor! ¡Ayúdala!— decía Braham al mismo tiempo que intercalaba su mirada entre su mujer y su nueva hija, era hermosa, grande, fuerte, con los ojos color almendra igual qu
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