En una noche aclamada por la frialdad de la brisa acompañada de un leve susurro del viento recorriendo cada rincón que se enfrente a él, se encuentra una mujer corriendo en medio de los pinos del bosque llena de tensión y preocupación por conseguir su objetivo, acompañada de una pequeña niña llorando tomada de su mano.
El ambiente era tenso y lleno de terror, la desigualdad del suelo no ayudaba en nada para poder avanzar ya que estaban rodeadas de penumbras e incertidumbre.
— ¡Corre Elisa por favor!— Pedía la mujer mirando en todas direcciones y con el rostro lleno de pavor, pero ¿a qué le temía tanto si se encontraban solas?
— ¡Mamá! —Grita la niña de no más de seis años de edad al caerse por haber tropezado con una piedra, la oscuridad en tramos demasiado largos les impedía mantenerse erguidas por mucho tiempo.
La mujer se agacha para tomar a la pequeña en sus brazos conmovida por las lágrimas de su pequeña hija, pero debía continuar con la carrera que parecía no tendría fin jamás.
— Mamá me duele — Decía entre sollozos Elisa, abrazando a su mamá con fuerza.
— Ya casi llegamos corazón, hay alguien que ha prometido ayudarnos, no te preocupes, todo estará bien.
La luna llena se mostraba grande y llena de luz en el cielo como una marca imborrable que debía ser esa noche, aunque no podía ser muy precisa ya que el follaje de los árboles que las rodeaban les impedía ver con claridad.
Pero en medio de todos esos árboles Aralia, la mujer que se encontraba corriendo por su vida, miró una poca de esperanza.
—Llegaremos— Decía entre sollozos por el esfuerzo como una especie de mantra para mantener su fuerza activa— verás que todo saldrá bien.
Aralia toda su vida había pensado que las historias de lo sobrenatural, hombres lobos y brujas eran solo eso… historias.
Pero todo había cambiado de manera drástica al tener a su pequeña Elisa.
La realidad y la fantasía habían desdibujado la línea que los mantenía separados para adentrarla en un mundo lleno de cosas desconocidas, poniendo en riesgo a su gran pequeño amor, ya que ella no podría protegerla de lo que no conocía.
— ¡Mamá un lobo! — Grito Elisa quien ya había visto imágenes de los animales del bosque.
Solo un paso más y llega al claro de luna, donde había sido citada por él, eso pone en alerta a Aralia, no podían quitarle a su pequeña y haría todo lo necesario para impedirlo.
Se agacha en el claro donde hay unas piedras con la altura suficiente para cubrir a su pequeña pero antes de comenzar a cubrirla de manera improvisada le coloca un collar en el cuello con manos temblorosas, una bruja le había dicho que con él bloquearía su olor y los hombres lobo no podrían identificarla, protegiéndola del peligro que representaba ser ella misma.
¡Vaya locura se había vuelto su pequeña y normal familia!
—Elisa— Decía ella al momento de comenzar a cubrirla con palos y ramas, forzando una sonrisa en sus labios— Vamos a jugar a las escondidas, no hagas ruido, ni te muestres, no importa lo que escuches, debemos ganar ¿entiendes?
Aralia comienza a acariciar de nuevo el rostro de su pequeña y borrar el camino de llanto que ha dejado marca en ella.
— Pero mami… tengo miedo—La niña respondía con los ojos llenos de lágrimas y un puchero que no podía evitar.
— Eres valiente, fuerte y muy especial Elisa—Aralia debía mantenerse firme— recuerda que te amo y que pase lo que pase estarás bien.
Elisa asiente mirando directamente a los ojos a su mamá.
Ella siguió cubriendo a su pequeña hija hasta que no podía verla y se paró en el único lugar donde podrían llegar a ella, como una especie de barrera humana.
En ese momento escuchó un ruido entre las sombras y al girarse se encontró con un hombre imponente, de casi dos metros de altura, fuerte y con el cuerpo musculoso, capaz de partir un árbol con las manos y ella sintió un escalofrío recorrer su espalda. Él no era Alfa Breiman, algo había salido mal.
— Humana— El hombre lobo se acercó a ella de manera amenazante— Dame el recipiente.
El recién llegado se acerca extendiendo su brazo con poca paciencia e imponiendo su orden anterior.
— ¿Dónde está Alfa Breiman? — Pregunta Aralia con la voz temblorosa y llena de miedo, el único hombre lobo que había visto tan cerca era al Alfa Breiman, líder de la manada Luna Prohibida y no tenía la mirada cruel de este otro.
— Él me ha enviado a mí para recogerlo, — Gruñe el hombre lobo frustrado— Dame el contenedor si quieres seguir viva.
La voz profunda y grave del individuo agregando la amenaza provocó un escalofrío en todo el cuerpo de ella.
— No — Responde Aralia al mismo tiempo que da un paso sutil hacia atrás para proteger un poco más a su pequeña.
— No deberías estar aquí— La voz que escuchó la mujer a su izquierda la hizo soltar el aire, Alfa Breiman había llegado finalmente.
Un hombre de dos metros de altura con la piel clara, ojos azules y profundos, con un cabello largo y negro como la noche, caminaba en pose de ataque en dirección a protegerla, “todo un hombre lleno de valor y heroísmo” Pensó Aralia en automático.
— Alfa Breiman, quería ayudarte con el traslado del contenedor, eso es todo. — La postura de superioridad del hombre lobo desconocido había sido reducida, reconociendo el poder del Alfa presente, agachando la vista por un instante mostrando sumisión.
Alfa Breiman se gira en dirección de Aralia.
— ¿Estás bien?
Ella asiente pero de manera inmediata grita llena de horror.
Un lobo gigante acababa de tomar con sus colmillos a Alfa Breiman, para ella era algo impactante como un hombre aunque grande pudiera soportar la mordida de un lobo, además de ver como Alfa Breiman le abría las quijadas con ambas manos al oponente contrarrestando su ataque.
Lo siguiente fue brutal, la imagen del Alfa Breiman se había desfigurado para que en medio de ropa desgarrada, apareciera otro lobo un poco más grande que el primero con un lunar en su pelaje con forma de luna llena en el cuello.
La lucha era desgarradora pero Alfa Breiman llevaba la delantera, provocando heridas graves al lobo completamente oscuro, de manera inesperada aparecieron otros dos lobos veteados en tonos cafés, decididos a derrotar al Alfa.
Alfa Breiman mantenía la ventaja a pesar de la disparidad de números, pero uno de los lobos veteados tomó uno de los brazos del Alfa y se negaba a soltar su presa.
Aralia al ver esto comenzó a desesperarse y arrojó rocas y palos a los lobos invasores.
— ¡Traidores es lucha desleal!— Gritaba ella, y esto provocó que el otro de los lobos veteados enfocara su atención en ella.
El lobo mencionado con los colmillos ensangrentados y un gruñido feroz se giró para dar un zarpazo certero en el pecho y cuello de la mujer, provocando que ella comenzara a desangrarse de manera inmediata, ya que con una de las garras el lobo había abierto la vena aorta, una de las principales en el cuerpo humano.
En ese instante Alfa Breiman comenzó a aullar repetidamente lleno de impotencia, al escuchar que el corazón de la humana estaba latiendo cada vez más débil y en un momento después ya se había detenido.
El aullido desgarrador era una alarma para los guerreros de la manada Luna Prohibida de la que Alfa Breiman era el líder.
En ese momento de distracción un hombre lobo salió de entre las sombras con su forma humana para arrojar un líquido sobre las heridas de Alfa Breiman, él notó que era agua de matalobos, una sustancia letal si no se tenía el antídoto a tiempo.
Después de esto todos los lobos, incluido el que tenía forma humana se dispersaron entre las sobras de los árboles huyendo de la pronta llegada de los guerreros de la manada Luna Prohibida.
En un intento por asegurarse que la pequeña Elisa estuviera bien, Alfa Breiman toma su forma humana y a pesar del dolor desgarrador se arrastra con lo que le resta de fuerza para encontrarse con la pequeña con los ojos cerrados y temblando llena de terror.
— Pequeña, no abras los ojos— Le susurró a la niña el Alfa siendo consciente de su fin cercano. — Eres especial Elisa, lamento que te necesitemos y estés envuelta en este mundo que no te corresponde.
El Alfa aprieta las quijadas para soportar el dolor. Gira su vista concentrado en la luna y en medio de su inconciencia susurra.
—Diosa luna permite que mi linaje se encargue de proteger a esta pequeña que sin saberlo es la solución a un peligro inminente que amenaza nuestro clan... incluso nuestra especie. Ancla su existencia a mi linaje Diosa luna te lo suplico.
Las palabras llenas de honestidad y deseo, acompañadas del último aliento de un honorable líder se mantuvieron flotantes entre cada uno de los parajes que presentaba el follaje que los rodeaba.
En ese momento el Alfa Breiman perdió la vida en medio de un enlace con la Diosa.
¿Qué pasará con la pequeña? ¿Por qué tanto interés del Alfa por protegerla?
15 años después — La huérfana está llamando la atención de nuevo— La voz llena de asco que decía estas palabras era la de Amelia, una chica hermosa, rubia y usualmente prepotente que siempre creía tener la razón.En este caso Elisa estaba en el lavabo en un intento por detener la sangre que corría de manera incansable por su nariz.Cada veintiocho días, su sangre brotaba y por más doctores a los que había recurrido ninguno había dado con una solución real a su problema. Este mismo problema era el responsable, según sus varios padres adoptivos de cancelar las adopciones y regresarla a los servicios de adopción. Sí… la regresaban como mercancía defectuosa.“Lo siento pero es muy complicado” “Lamento todo esto pero seguro encontraras a las personas correctas”“La verdad no es justo estarme desvelando si ya estás grandecita”“Además de no ser de nosotros de sangre, no podemos cargar con tu enfermedad misteriosa”Desde que tenía uso de razón Elisa había estado en servicios de gobierno
Semanas después.Elisa se encuentra mirando por la ventana ya que esta por oscurecer, al encontrarse con ese fondo del bosque absorbiendo de manera innegable el tono cobrizo del cielo, convirtiéndolo en uno oscuro no puede evitar pensar en los ojos tan similares y fríos del atractivo pero misterioso hombre se había infiltrado en sus sueños de manera repentina. “¿Quién era él? ¿Por qué aparece ahí en medio de la noche?” Elisa sonríe, porque en ocasiones hasta sentía que lo tenía presente en su pequeña habitación o que la observaba a la distancia.Él también podría hacerle esas mismas preguntas sobre ella pero…“¿Quién era ella? ¿Qué hacía ahí? Y ¿Cuál era su destino?” pensó, la sonrisa se esfumó de sus labios, ni ella misma lo sabía cómo para responderlo a alguien más.Al momento de abrir la puerta de su pequeño hogar ella se encuentra con el hombre que menos hubiera imaginado… Alex.— Finalmente… te… veo. — Le dice Alex con la vista borrosa por el alcohol además de tener la cara r
Mientras tanto el lobo gigante, estaba lleno de rabia con una sola meta en su mente, eliminar de la existencia a este humano repugnante.~ ¡EMMET DETENTE!~ Gritaba Braham en un intento por detener a su lobo de cometer un error.~ ¿Detenerme?~ Preguntaba el lobo lleno de rabia~ Jamás.En un intento por detenerlo, Braham apeló al sentimiento de culpa.~Mírala Emmet, ella está aterrada, no puedes presentarte ante ella como un salvaje si queremos que nos acepte después, la necesitamos, tiene que ser ella.~La lucha interior del lobo con Alfa Braham no era la única que estaba llevándose a cabo en ese momento, Elisa por su parte estaba recordando todas las pesadillas en las que los lobos, iguales al que tenía frente a ella estaban a la caza de su presa… Ella.Cada noche era lo mismo, sentir que en cualquier momento podría perseguirla un lobo gigante, y ella tenía que luchar manteniéndose corriendo en medio del bosque, el sentimiento tan conocido la invadía, desesperación, necesidad de esca
—Sólo tengo la próxima luna llena para tomar por pareja a mi mate, debo estar enlazado para tomar el lugar de Alfa Líder que me corresponde, aunque el Alfa Líder Roman insiste que sea una loba alfa llamada Leila, no confío en él y menos en las intenciones detrás de sus acciones. ¿Qué pasará si no tomo a nadie como mi mate?La voz gruesa y profunda llamó la atención de Elisa aunque no alcanzaba a reconocerla, pero decidió seguir escuchando.— El concejo superior ha puesto esa cláusula por una razón, después de tantos años sin una Luna en la manada Luna Prohibida, y agregando que el Alfa Líder actual no tiene ningún descendiente, se sienten obligados a garantizar que el siguiente Alfa Líder tendrá hijos, deben darle estabilidad y seguridad a la manada, y tú tienes muchos años queriendo el poder sin tomar a nadie como mate. — Era la voz de otro hombre y se encontraba a un lado de ella.El primero continuó:— Ella es humana— El desprecio en su tono de voz era mordaz— nunca se ha visto
— Por lo visto, no te gusta que te hablen de manera civilizada. — La voz de Alfa Braham era inconfundible, fuerte decidida y sin dejar espacio a replicas.Y Elisa la reconoció en el momento de escucharla, aunque ella estaba sofocada de tanto esfuerzo al correr, la voz de él contrariamente se escuchaba tranquila y controlada, como si aún estuvieran sentados en el auto como minutos antes.— ¿Qué quieres? — Pregunto ella, con gran esfuerzo.— ¿Yo?— continua el con un tono de diversión en la voz— ¿Qué quieres tu Elisa? ¿Quieres regresar a ese pueblo en el que todos te odian? — Cuestiona sin piedad.Ella da un paso hacia atrás para amortiguar un poco el impacto que siente con la última frase, ella lo sabía pero seguía siendo difícil escucharlo de los labios de alguien más.Se mantuvo sorpresivamente en silencio, un nudo en la garganta le impedía hablar.Braham se acercó un paso más, solo para que ella pudiera verlo.— ¿Quieres seguir sufriendo agresiones de parte de todos los que te rodean?
Al momento de darse cuenta, Elisa ya estaba en un punto donde no pondría en duda nada de lo que le dijera ese hombre/lobo.En ese momento Emmet estaba sobre uno de los lobos atacantes, mordiéndole de manera precisa el cuello, del cual salía sangre de manera descontrolada.Pero sobre él se encontraba el otro lobo con una estaca de madera en su pecho, el palo tenía una especie de brillo de color azul, y detrás de todo esto se encontraba Andro, como lo había llamado el otro ser. Hincado, con sus manos en el suelo.Ella estaba impactada con lo que estaba presenciando, un instante después el lobo oscuro se transformó de nuevo en el humano que estaba hablando con ella anteriormente, el Alfa.Elisa sentía que los ojos se le iban a salir de la cara, el apático era un hombre absolutamente increíble, estaba frente a ella sin una pieza de ropa, y no pudo evitar observar que la sangre corría por su rostro prueba de la batalla encarnada.Pero al ver el camino que tenía esa sangre también notó que
Alfa Braham se mantiene en silencio desde esa declaración hasta llegar a unas pequeñas puertas que estaban al sur del castillo.— Pero ¿que se supone que haga? — Elisa se encontraba con la mirada concentrada en observar cada una de las curvas que daba el auto, debía saber cómo regresar en caso de necesitar irse.Pero… ¿Podría salir así nada más o necesitaría una pócima como la que había tomado para entrar? ¿Qué sucedería si intentaba atravesarlo por ella misma?— Dime por favor a que me estoy exponiendo, Braham….— ¡Alfa Braham!— él había intentado mantenerse en completo control, pero era tan agotadora al mantenerse hablando cada segundo que transcurría, que no pudo evitarlo.Además que le faltara al respeto y tratarlo como un igual era algo aberrante, al final había categorías y los humanos eran el último eslabón.Elisa se encogió de manera automática ante el grito, el sonido fue tan fuerte y profundo que los oídos le dolieron e instintivamente se los cubrió con las manos.— No me gri
Elisa nunca había estado recostada en una cama tan cómoda, grande y complaciente como esa.Las colchas eran como un abrazo en medio de una noche lluviosa, llena de truenos, lo cual a ella la aterraban, pero la luz que entraba por la ventana le indicaba que el sol estaba muy alto y el día ya había transcurrido más de la mitad.En medio de la inconsciencia comenzó a sentir que algo corría por su rostro.Abrió de manera rápida y consciente los ojos.No podía estar sucediendo de nuevo. No aquí.—No puede ser. —Susurró nerviosa.Se levantó de manera inmediata de la cama para no manchar la colcha y corrió hacia una puerta que se encontraba en la misma habitación, donde podría conseguir unas telas para detener la hemorragia nasal que siempre llegaba constante a su vida.No había pasado veinticuatro horas en este lugar cuando ya iba dejando rastro de sus rarezas, aunque en este momento ella sonrió.“¿Qué puede ser más raro que un hombre lobo? ¿Un castillo? ¿Brujos y magia? Un poco de sangre no