Capítulo 114.

El tiempo parecía haberse detenido, todos los presentes estaban a la espera de lo que deberían hacer, a la espera de indicaciones.

Mientras tanto Miel y Andro estaban acomodando a Elisa en la cama.

— ¡Andro bloquea el dolor de Elisa!— Gritó Miel, queriendo replicar la fórmula del parto de Lita.

Andro al encontrarse en una construcción y no sobre la tierra directamente, se movió para quedar bajo los rayos del sol, haciendo una unión con la madre naturaleza.

La conexión era más sutil pero podía potencializarlo con el nuevo poder que tenía, incluso había descubierto que ese brujo le guiaba a través de pasajes e imágenes en su mente.

Su corazón latía desbocado, por más que lo intentaba no lograba hacer que Elisa dejara de gritar con terror, algo bloqueaba su magia.

El promedio de tamaño de los cachorros de licántropo era de ocho kilos, demasiado para el cuerpo y capacidad de una humana.

— ¡Aauugghh!— Grito Elisa de nuevo, cerrando los ojos, en ese momento sentía cómo las patitas de su cac
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