Capítulo 491
Lucía volvió a mirar con atención y negó con la cabeza: —No.

Carolina se acercó, parándose junto a su hija frente al panel: —Aquí dice que después de la Reforma Agraria, Casa Apango fue devuelta a los herederos de los Apango. Si fue devuelta, debería ser propiedad privada.

Si era privada, ¿por qué estaba abierta a todos los visitantes?

Y además sin cobrar entrada, como si fuera una obra de caridad.

¡Qué extraño!

Sin embargo, Carolina no profundizó en el tema y la familia continuó hacia la puerta este.

Sin duda el jardín era enorme - les tomó unos diez minutos llegar al siguiente pabellón.

Junto al pabellón había un pequeño bosque de bambú, con un camino de losas grises que se adentraba en su profundidad.

Tenía un aire misterioso y poético.

Con la brisa, las hojas de bambú susurraban y el viento parecía impregnarse de su fragancia.

La familia siguió los carteles indicadores mientras Sergio iba tomando fotos y exclamando:

—¡Es realmente precioso!

Después de atravesar un pequeño patio y u
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