Capítulo 419
La voz al otro lado solo dijo: —Mantén tu boca cerrada. No digas lo que no debes, o no tendré problema en ayudarte a callarla.

Colgó inmediatamente después.

El conductor sostenía el teléfono con las manos, su espalda completamente empapada de sudor.

...

Al caer la noche, Mateo permanecía inmóvil frente al ventanal.

Observó cómo el sol se hundía lentamente, mientras el cielo era gradualmente cubierto por la oscuridad, y las sombras crecían descontroladamente en rincones desconocidos.

Cuando la noche se hizo completa, el cristal reflejaba la imponente silueta del hombre.

De repente, tomó su teléfono y marcó un número.

La llamada fue contestada rápidamente.

—¿Te divierte, Jorge? —preguntó Mateo.

Hubo una pausa al otro lado —¿Qué locuras dices ahora, Mateo?

Él sonrió con sarcasmo —¿Acaso David no te llamó?

David, ese era el nombre del conductor.

El otro lado quedó en silencio.

—Supongo que también te habrá dicho que ella sigue viva —continuó Mateo.

—Qué lástima, ¿no? David temía ir a prisi
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