Es el drama de un matrimonio arreglado en donde el amor no tiene importancia, solo los acuerdos que se firman. Los involucrados no tienen mucho derecho a opinar, pero sí mucho que sentir. Es una historia de cómo los sentimientos y el poder danzan y combaten entre sí, demandando un espacio. Uno de los involucrados, el novio, opinaba: "¿Que si creo que un matrimonio arreglado por los padres es algo bueno? Yo diría que sí... Aunque la gente ya está acostumbrada a pensar que una persona debe casarse por amor, por propia decisión y con libre elección de la pareja. Casarse por obligación parece una carga muy pesada, pero habría que conceder que muchos jóvenes, en la actualidad, pierden el norte y la visión de lo que realmente les conviene. No estaría mal que los padres pudieran coadyuvar a escoger para sus hijos una pareja apropiada, en el tiempo apropiado. Aunque, al final, yo creo que ese tipo de acuerdos solo tiene sentido en el seno de familias pudientes..."
Leer másIrini estaba acostada en la cama, observando que su compañera no vino a dormir en toda la noche. Se preguntaba si debía preocuparse e intentar localizarla. De pronto, sonó la puerta y vio entrar a Olga, al parecer recién bañada y con una amplia sonrisa en su rostro.—¿Y dónde estabas tú, desvergonzada?— pregunta Irini.—¿Tú qué crees?—responde Olga— aproveché la oportunidad. Esas oportunidades que tú nunca aprovechas. Anoche te vi pasar hacia la habitación y me di cuenta de que dejaste a ese pobre hombre herido y maltrecho.—¿No te da vergüenza, Olga? Si a Yuri apenas lo conociste ayer. ¿Qué estará pensando de ti?—No. No fue con Yuri con quien me acosté, fue con Sergei...—¿Qué?— preguntó Irini, sorprendida.—Ah... Viste que sí te importa. ¿Por qué te haces la insensible? Yo sé bien que el hombre te gusta, yo no te haría algo así, primero me corto una mano. Y si acaso te preocupa lo que Yuri estará pensando de mí, luego se lo preguntamos. Más tarde vamos a salir los cuatro a ver los
—¿Puedo hacerles compañía?Las chicas se sorprendieron al ver a Sergei en ese sitio tan alejado. Se levantaron y lo saludaron animosamente, como alguien que saluda a un compañero de aventuras pues presiente que la aventura se pondrá aún mejor.—Qué sorpresa verte aquí. ¿Cuándo llegaste?— preguntó Irini.—Ayer en la mañana— contesta Sergei.Olga agrega:—Te salvaste del estado de alerta que hubo ayer en toda la zona por la ola de frío. Estuvimos presas en el aeropuerto, hasta que una familia se condolió de nosotras y nos ofrecieron hospedaje.Sergei contesta:—No puede ser, ¿y durmieron bien? Eso ayer estaba feo afuera. Nosotros no salimos por esa razón, aunque aquí dentro del hotel uno se aísla completamente de las inclemencias del clima de afuera.Irini sintió una pequeña incomodidad. Quiso preguntar algo, pero se contuvo. Por alguna razón pensó que debía evitar mostrar demasiada ansiedad por la intriga que sentía en ese momento. Pero Olga hizo la pregunta que ella evitaba hacer:—¿Y
—¡Suéltame! ¡Maldito infeliz!— se oían los gritos de Olga desde su habitación.Irini salió corriendo hacia la habitación vecina para socorrer a su amiga en aprietos, su corazón latía a toda prisa. Encontró la puerta cerrada, pero escuchaba los gritos que venían desde dentro. Con desesperación golpeó la puerta.—¿Qué está pasando ahí? ¡Olga! ¡Abre la puerta!De pronto, se detuvieron los gritos y la habitación quedó en silencio. A los pocos segundos la puerta se abrió y se asomó su amiga con el rostro descompuesto.—Irini, discúlpame, es que tuve una pesadilla horrible.—Ay, Olga..., qué susto me diste.—Pues yo aún tengo el miedo a flor de piel. ¿No puedo ir a tu cuarto y quedarme allí a dormir contigo?—¿En esa cama tan pequeña? vamos a estar incómodas las dos.—Prefiero dormir incómoda que dormir con este miedo tan terrible.—Bueno... Si te sientes así, entonces vente para mi habitación. No quiero que me despiertes de nuevo con otro grito como ese.Se fueron las dos a la habitación
Una cordillera de montañas blancas se extendía en el horizonte oscurecido. El hielo y el frío parecían ser los amos del valle. Solo algunos pinos y abedules conservaban aún rastros de verde, la mayoría de ellos ya habían sido cubiertos por una gruesa capa de nieve, sumidos en un largo letargo, esperando, anhelantes, el cálido advenimiento de la primavera.El avión sobrevolaba la gélida región de Krásnaya Poliana. Olga e Irini viajaban hacia allá para presenciar los juegos de invierno, un espectáculo raro de ver que no sucedía todos los años. Tenían reservaciones para el Hotel Rixos, uno de los más prestigiosos de la zona.—No puedo esperar para disfrutar del spa—expresaba Olga.—Y yo me muero por nadar en la cálida piscina, pero no vinimos por eso, eso lo podíamos conseguir en Moscú—responde Irini.—¿Y entonces a qué vinimos? ¿a buscar novio?— contesta Olga, riéndose.—Deja de molestarme, ¿por qué siempre tienes que estar hablando de hombres?—Tal vez porque veo que te hace falta uno.
Nikolai Stepanov recibió una llamada. No era exactamente de su agrado aquella llamada, lo conectaba con un pasado que él prefería olvidar. Por mucho tiempo, él había sido dueño y señor de aquella gran corporación. Nada lo molestaba, nada lo incomodaba, cualquier cosa que amenazara con alterar su paz y su tranquilidad, él simplemente lo desaparecía. Él era un hombre de acción, de soluciones firmes y radicales. No había espacio para la duda en su doctrina de vida. Desde un compartimiento especial en su escritorio, sacó una pistola Glock 17 y la guardó en su traje. No sabía lo que podía esperar, pero decidió estar preparado.—Ya que estás aquí, te propongo que nos reunamos, prefiero no hablar esto por teléfono. Te veo donde hablamos la última vez.La lujosa oficina mostraba acabados de muy buen gusto, de estilo barroco-francés. De un lado, tenía acceso a un gran salón de conferencias, donde solía reunirse con directivos de la empresa. Del otro lado, tenía un amplio cristal transparente q
La luz del alba tocaba la punta de la torre de transmisión, en la parte superior del edificio sede de la corporación Stepanov. La claridad se extendía lentamente sobre toda la ciudad, mientras la vida y el movimiento acelerado iban despertando y cobrando fuerza. No había un edificio más alto en toda la región, aquí se encontraban los silenciosos testigos de los primeros destellos de luz matutina que golpeaban la ciudad.Sergei se encontraba frente a un gran ventanal contemplando la maravilla del sol naciente. Había pasado la noche allí, en la empresa. Eso hacía a veces cuando necesitaba meditar o cuando el trabajo requería su presencia constante. Su oficina daba acceso a una recámara con todas las comodidades que un mortal podría necesitar. Estuvo allí sentado, tomándose un café, hasta que casi se hizo la hora de comenzar a llegar los empleados de la torre. Se preparó para el inicio del día, tomó una ducha temprana, se cambió de ropa y se sentó frente a su computadora a revisar los r
—Tu eres el único rico que conozco que se codea con un plebeyo como yo— comentaba Yuri, mientras almorzaba con Sergei.—Para mí, tú no eres ningún plebeyo. Tú eres más humano y más culto que muchas personas que he visto en la alta sociedad— contesta Sergei. —Comencé a escribir un libro. Es una historia sobre un matrimonio arreglado.—No quiero que escribas sobre mí. —No te preocupes. Tampoco es que voy a escribir que mi protagonista se llama Sergei Stepanovich. Nadie nunca va a asociar mi historia contigo.—¿Y por qué escribes? No creo que te vayas a hacerte rico con eso.—Eso nadie lo sabe. Pero sería justo decir que escribo simplemente porque me gusta— contesta Yuri.—¿Imagino que quieres llegar a ser un Tolstoi?—Más bien, quisiera ser como Fyodor Dostoievski. ¿Sabías tú que Dostoievski escribió su obra “El Jugador'' en 26 días? que llegó a ser un clásico de la literatura mundial.—No lo sabía, pero vi la película. Era un apostador empedernido— aclara Sergei.—Sí, era un apostado
—¿Qué tal si te digo que sí eres compatible, que tu riñón puede ser colocado en el paciente sin ningún tipo de problema?Sergei escucha a Irini y se queda absorto, perplejo. En su cara se nota que la noticia le causa mucha sorpresa.Irini continua:—Eso pensé… Tú cara de espanto lo dice todo. Solo te estoy tomando el pelo, aún no podemos saber si eres compatible o no. Esta prueba es rápida, pero no tanto. Aún hace falta hacerle la misma prueba al paciente para poder establecer elementos coincidentes.Sergei respira aliviado y dice:—Realmente me engañaste. No sabía que eras así. Ya te estoy conociendo.—Ya te dije que no nos conocemos, eso es especialmente cierto considerando que solo hemos hablado por muy pocos días. Pero sí es bueno que tú sepas que eso de donar un órgano, y especialmente un riñón, no es para todo el mundo. Debes tener mucha convicción de que lo quieres hacer. Eso no se puede hacer con miedo o dudas. En la mayoría de los casos, es algo que tú haces por un familiar,
Sergei se sorprendió mucho de ver a Irini en aquel lugar, pero se sorprendió más aún al ver que la indumentaria que ella portaba era propia de un médico residente. La miró venir, la miró al cruzar, y miró alejarse. Hubo un momento en que ella pareció mirar hacia donde él estaba, pero no hizo ningún gesto. Eso lo convenció de que ella aún seguía molesta con él.—...Vamos a estar realizando unos exámenes para establecer el verdadero estado de ese riñón, pero ya les estoy adelantando mi opinión sobre el resultado más probable que esas pruebas podrían arrojar. Pienso que, a más tardar, mañana, podremos dar un diagnóstico más certero— así finalizaba el discurso del doctor Semiónov.—¿Y no lo podemos ver en este momento, doctor?— preguntó Tanya.—No. Tiene que entender que su estado es delicado. Él necesita descansar y tener una supervisión médica permanente. Es muy probable que para este momento ya lo estén trasladando a terapia intensiva. Lo que sí pueden hacer los familiares, en virtud