3. Al descubierto
—¿De verdad te vas a casar, desgraciado?—explotó Zaira, gerente de imagen.—Calma, mi amor, las cosas no son lo que parecen—responde Sergei, tratando de apaciguar a aquella fiera.—Pues a mí me parece que ya no le vas a hablar a tu papá sobre lo nuestro. ¿Acaso estoy equivocada? ¿O todavía estás esperando “EL MOMENTO APROPIADO”?—Baja la voz, por favor…—Es que ya estoy harta, Sergei, estoy harta de esperar por ti, harta de tus desplantes, de tus excusas, de tus mentiras.—Mi amor, esto no es una mentira. Es un negocio de mi padre, una de esas “alianzas estratégicas”, pero esta vez me tocó a mí secundarlo. Debo simular, al menos por un año, un matrimonio feliz… —¿Sabes qué? No me interesa. No necesitas darme explicaciones y yo no quiero escucharlas. No quisiera tener que volver a oír aquella historia de que “por razones corporativas” no puedes llevarle la contraria a tu padre.Sergei la vio retirarse. Él sabía bien que sí era capaz de llevarle la contraria a su padre, pero lo cierto
Leer más