Amaba el romance, pero no creía en príncipes azules ni en finales felices. Más bien me atraía los príncipes negros, aquellos misteriosos hombres, que lo único que hacen en ti, es activar una atracción difícil de quitar, que te hacen descubrir ese lado oculto que todos tenemos, esos que tienen el cartel de prohibido y peligro con luces de neón alrededor suyo. Exacto, los chicos malos. Y Alessandro Rizzo lo era. La primera vez que lo vi, su belleza me deslumbro. La segunda vez que coincidimos, decidí hablarle. Lo que no contaba, era con la ignorada olímpica que me dio, fuera de ponerme triste, me puso ansiosa y deseosa por conseguir su atención. La tercera vez, lo tenía apuntándome con un arma en la cien. La cuarta, lo estaba salvando de la muerte. Sabía que no estábamos hechos para estar juntos, su mundo y el mío eran muy distintos..o eso pensaba yo. Pero la atracción que había, era mucho más fuerte que la razón. Sabía de antemano que solo yo perdería en esto, pero no lo pensé dos veces, y me tire al abismo sin tener la certeza de que sería atrapada al caer. Solo podía pensar. ¿Estará él, al final del abismo?
Leer másTres años después. (Francia) Conducía rápidamente como si estuviera siendo perseguida por algún sicario, tal vez tendría varias multas y varias citaciones al tener a dos bebes a bordo y es que, si Ana no se hubiera enfermado nada de esto estaría pasando. ¿Por qué razón nunca pensé en tener una niñera de reemplazo para estas situaciones? De todos los días del mes, justamente hoy tenia que amanecer enferma, justamente cuando empezaba mi internado por pediatría. ¡Justamente hoy! Que Dios se apiadaría de mí y del médico de piso. —Mamá, Elian me aruñó —se quejó Mia apunto de llorar. —Mientes, mamá Mia me golpeó polque le dije que tenía novia —se cruzó de brazos enfadado. Fruncí mi ceño ante su respuesta. —¿Cómo que tienes novia? —entré al estacionamiento, buscando un sitio. No había ninguno, todo estaba en mi contra—.
NOTA: ESCUCHEN SAY SOMETHING. Una semana después. Estaba tan cansada, mi cuerpo estaba al limite y mi mente destrozada como jamás pensé tenerla…yo era inestable en estos momentos y no tenia ni la menor idea de cómo volver al camino, no sabía que debía hacer, estaba en un laberinto sin salida y por más que buscaba solo encontraba culpa y lamentaciones. No veía a mis hijos desde hace una semana y es que, no quería afectarlos, sabia que les transmitiría tanta m****a y oscuridad y ellos no se lo merecían. No dejaba de llorar, no dejaba de culparme por todo, estaba en mi peor momento y no tenía ningún hombro en quien poder recostar mi cabeza. —Per-Perdóname, enserio lo lamento tanto —susurré mientras besaba sin parar su mano—. Nunca quise esto, tu sabes que te amo y eres lo mas bello en mi vida, perdóname. —¿De…que? —preguntó en un susurro, viéndome con ojos de a
Salí corriendo del hospital, rogando a Dios que Esteban aun estuviera, era el único que podría llevarme donde estaba mi padre y advertirle sobre lo que sucedería.—¡Esteban! —grité, al verlo aun en el estacionamiento. Hablaba por teléfono—. Por favor, necesitamos tu ayuda.Se despidió rápidamente y colgó, viéndome impresionado al verme aquí.—No quiero verte Luciana, ve y pídesela a Alessandro —abrió la puerta del auto y la cerré—. ¡Aléjate!—Todo lo que dije fue para salvar a mi padre —aclaré rápidamente, él tenía que saber la verdad—. Pero ahora resulta que no valió la pena porque Alessandro no me creyó y ahora nos matara.Este frunció su ceño, viéndome como si estuviera l
Estaba verdaderamente feliz mientras caminaba por el hospital, Elian seria mi hijo, claro que sí o me dejaba de llamar Luciana Licciardi, quería darle esta oportunidad y esperaba que él me la diera a mí, ambos sanaríamos nuestras heridas.Unos gritos se empezaron a escuchar y maldije internamente, sabía de quien se trataba, incluso Mia quien estaba dormida y ahora tenía sus ojos completamente abiertos a la espera del estúpido.Caminé más rápido para no toparnos, pero jamás tenía suerte en esta vida.Alessandro venia gritándole a unos pobres internos, esperaba que nunca me gritaran o no sabría lo que podía pasar.—¡Casi se muere con un procedimiento tan malditamente fácil! ¡¿Qué es lo que hacen la facultad?! ¡No puedo pasar en alto esta…! &mdash
Una semana después. —¿Todo va bien con la niña? —le pregunté a mamá.Hoy ambas teníamos revisión y todo estaba bien conmigo, así que ahora revisaba muy feliz a su nieta.—Todo muy bien —empezó a besar sus mejillas sin parar—. Mi nieta es una niña muy saludable.—Que bien —sonreí, viéndolas ambas—. ¿Puedes vestirla tu?Esta asintió sin ningún problema. —Tú no estás bien —dijo, volteándome a ver con su ceño fruncido—. ¿Qué ha pasado?Me sentía un poco incomoda hablar con mamá sobre mi vida amorosa, jamás habíamos tenido ese tipo de confianza tan fuerte con respecto a ese ámbito, como para que lo hicier
Un día después. Habían traído a Mia conmigo, todo estaba bien con ella así que en un par de horas estaríamos en casa, descansando.Sonreí inconscientemente al verla, estaba entre mis brazos y dormía plácidamente, no podía parar de observarla, se me era imposible no tener mis ojos puestos en ella, era tan perfecta que dolía.—Eres tan hermosa —susurré con lagrimas en mis ojos.Fue justo en ese momento donde supe que nada era más importante en mi vida que ella, que el amor que había tenido en relaciones anteriores no se comparaba con el amor que tenia por esta bebé, no había un amor en la tierra que lo sobrepasara, podría dar mi vida por ella.Fue algo tan difícil saber que estaba embarazada, pensaba que no podr&iac
—Pa-Papá, ¿por qué razón Esteban no contesta el teléfono? —pregunté entre dientes, sintiendo otra contracción un poco más leve que las anteriores, respiré profundo y exhalé lentamente. Le había marcado más de cinco veces y Esteban no contestaba, lo que me parecía verdaderamente raro viniendo del. Estaba muy pendiente últimamente, sabíamos que en cualquier momento podría nacer nuestra hija. —Fue hacer un trabajo y en ese lugar no hay mucha señal, tardara un día en volver —comentó un poco distraído, seguro estaba muy ocupado, pero haría que enloqueciera un poco. —Va a nacer tu nieta, así que harás hasta lo imposible para que su padre en menos de media hora este en el hospital —susurré amenazante y colgué. Alessandro me miró de reojo y frunció el ceño, sabía lo que estaba pensando y me adelante. —No —dije firme. —Soy su padre, Luciana —advirtió. —Ay ¡mierda duele mucho! —grité, agarrando su brazo y ap
Miraba fijamente mi abdomen demasiado abultado en el espejo, se me era imposible no pensar que lo estaría aún más, si estuviera mi príncipe allí dentro, era una herida que jamás se cerraría, siempre estaría ahí…doliendo por ratos y recordándome lo que algún día pudo ser y no fue.Una pequeña lagrima silenciosa cayó y la limpié rápidamente, no había ni un día en que no lo llorara a él y a mi Dalila, mi corazón estaba incompleto.Sonreí sin poder evitarlo, la Luciana de ahora era muy madura y jamás creí que podría serlo, tener una vida dentro de ti, estar en el proceso de formar una familia te cambia y para bien. Ya había pasado varios meses desde que dejamos Italia para estar en la tranquilidad que Alemania nos ofrecía, había cambiado de universidad, acababa de te
POV ALESSANDRORespiré profundo y me contuve de detenerla, no podía hacerlo, era lo mejor para ellas estar alejadas de mí, lo único que haría es que sufrieran o en el peor de los casos que sus vidas corrieran peligro, tenía que estar lo más alejado posi…A la mierda, claro que no lo haría.¿Dejar a mi hija y a esa mujer malditamente loca?Ni siquiera era una maldita opción y ella misma lo sabía, pero si pensaba que iba a ir tras ella y detenerla no lo haría…jamás. Volveríamos a encontrarnos, tal vez no dentro de una semana, tal vez en un año, mierda no estaba seguro, pero de lo que sí estaba, era que sucedería, tarde o temprano.Mataría más pronto de lo que pensaba al puto rey de la mafia italiana, claro que lo haría.Mi teléfono vibr&oacu