XIX Bajo el agua

—¡¿Me escuchas, Rojas?!

Pasado el estupor de la dramática confesión que habían presenciado, Max acompañaba a Sara en la enfermería.

—¡¿Me escuchas?!

—Sí... un poco despacio... Hay un pitido.

—No se aprecia trumatismo interno —dijo el oficial médico de turno, revisándole los oídos—. Si el tinnitus continúa mañana, tendrás que ir a un hospital.

Sara leyó en sus labios "hospital". El resto habían sido murmullos por debajo del pitido. Max le acercó su teléfono. Había escrito lo dicho por el médico.

—¿Qué es tinnitus? —preguntó ella.

"Ese pitido que escuchas".

Sara asintió. Era bastante molesto. Se sentía como un televisor viejo que no acababa de sintonizar un canal. Emitían un sonido similar que pocos oían.

"¿Cómo lo hacías en las prácticas de tiro?", escribió él.

—Uso tapones. Además, en lugares abiertos el sonido se dispersa. Esto de ahora fue una explosión.

Y vaya que lo había sido. Los sesos del hombre habían decorado gran parte de la pared del costado y del escritorio de Max
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo