ANOCHE ACABÉ A LAS TANTAS, y ahora tengo un dolor de cabeza que no me ha dejado dormir.
Me tomo dos aspirinas con un gran vaso de agua para tragarlas, y me pregunto por qué le dije que sí a Jackson. Me pidió que le cambiara el turno y esta semana voy a trabajar cinco días en lugar de los cuatro que hago normalmente, pero lo que si me compensa es saber que tendré un incentivo de quinientos pavos de más.Trabajo como Stripper en un club de El Soho, y aunque las propinas son del setenta por ciento, aguantar a todas esas locas a veces me hacen replantearme por qué aún sigo trabajando de esto. Empecé para pagarme los estudios, pero ahora este negocio forma parte de quién soy, no creo que sepa hacer otra cosa a estas alturas.
Unos golpes en la puerta me retumban en la cabeza, pero quien sea que hay detrás no le importa si estoy cansado o me duele la cabeza, porque golpea mi puerta como si quisiera echarla abajo.—Vamos abre la puerta. Sé que estás ahí, hoy es jueves —grita Meghan y por el tono de su voz sé que está llorando.
Me pongo algo de ropa ya que suelo dormir sin ella, estoy acostumbrado a estar desnudo casi todo el día y me siento más cómodo así, sobre todo en mi casa.
—¿Qué pasa, pequeña? —le pregunto al abrir la puerta. Ella se echa a mis brazos sollozando y me abraza fuerte.
Si no fuera porque está llorando y es mi mejor amiga, aprovecharía este momento para intentar meterle mano. Llevo enamorado de esta mujer desde el jardín de infancia, y por más que me repita que lo nuestro es imposible, no puedo salir corriendo y dejarla tirada cuando parece que más me necesita.
—Mi vida a terminado, no sé qué voy a hacer ahora Josh —me dice y se deja caer en el sofá cuando se aparta de mí.
—Haber, no creo que sea para tanto.—Estás muy equivocado, amigo, es un desastre, y de los gordos —sus sollozos son de pena—. Josh necesito que me digas que hacer.
—¿Yo? No sé que es, pero me temo que yo no soy el mejor dando consejos, por qué no empiezas por contarme que te preocupa.
Coge aire, y por como entierra sus manos en la cara, sé que lo que me va a decir a continuación cambiará no solo su vida, sino también la mía.
—Esto... estoy... estoy embarazada, Josh —me suelta y vuelve a empezar a llorar con más ganas.
—Vamos no me jodas. ¿Es una bromita de las tuyas? Dime que sí.
Niega con la cabeza y se tumba boca abajo en el sofá. Oigo sus gemidos y su llanto de forma ahogada incluso estando boca abajo, aunque los cojines amortiguan el sonido.
Mi cabeza da vueltas, mis pensamientos se agolpan uno detrás de otro y mi corazón apenas tiene latido por su confesión. De todas las locuras que podía contarme, esta es sin duda la que menos me esperaba.
Meghan es un pozo sin fondo de problemas, su vida es de todo menos normal, si hubiera un premio a la cabeza más loca, ella se llevaría todos los premios gordos.
—¿Josh? Di algo por favor —me dice, y por como lo ha dicho seguramente lleva bastantes minutos intentando llamar mi atención.
—¿Enhorabuena?
—No, todo menos eso. ¿Crees que estaría aquí llorando a moco tendido si fuera una buena noticia?
—¡Joder Meghan! ¿En serio? Tú solita te metes en cada lío.
«Si me dejaras a mí cuidar de ti, esto no habría pasado, al menos no tan pronto», me digo, pero por supuesto no voy a decírselo a ella.
La miro un segundo y la atraigo hacia mi pecho, la abrazo con fuerza demostrándole que no voy a dejarla sola en esto. No podría aunque quisiera.
—Lo siento pequeña, de verdad que lo lamento mucho. ¿El padre lo sabe?
—Sí, por eso estoy aquí —dice sorbiéndose los mocos—. Me ha dicho que no es suyo y que no piensa cargar con un bastardo.
—¡Hijo de puta! —grito y me pongo de pie de un salto.
Doy vueltas por la sala, estoy muy cabreado. Sabía que ese cabrón era un malnacido por estar con ella mientras estaba casado, pero esto ya es lo último. Voy a ir hasta su casa y le partiré las piernas, y luego haré que se ahogue con su propia sangre.
—¡Voy a matarlo!
Meghan me coge de la mano y me calmo enseguida. Es la única que consigue que mi odio se convierta en amor en cuestión de segundos. La miro desde arriba y mis ojos se convierten en los de un gilipollas enamorado, ¿como es posible que la quiera tanto y no sea capaz de decírselo de una vez por todas y acabar con esto?
—Josh, te necesito en esto, no puedo hacerlo yo sola —me dice y sus ojos se llenan de nuevo de lágrimas.
—¿Qué quieres decir? ¿Vas a tener el hijo de ese...? —no termino la frase al ver como me mira.
—Sí, por supuesto, él no lo quiere pero yo sí. Aunque me haya dicho que me deshaga de esta "cosa", yo no puedo, es mi hijo —me dice tocándose la barriga.
Su hijo. Esperaba que algún día fuera nuestro, pero me tendré que conformar con cuidar del hijo de otro. Porque una cosa está clara, no voy a dejarla sola.
—Tranquila pequeña, yo estaré contigo decidas lo que decidas.
—Gracias, sabía que podía contar contigo. Tengo miedo Josh, estoy aterrada —me confiesa.
—Me lo imagino, lo estoy yo y no soy el padre.
Se ríe y me contagia. Al menos he conseguido que deje de llorar.
Una cosa me agrada de todo esto, y es que por fin se ha desecho de ese mamón. Solo de pensar en todas las veces que ese desgraciado le ha puesto las manos encima, le colgaría del palo más alto, pero eso se acabó.
Ahora lo único que tengo que hacer es lograr que se enamore de mí, y me deje formar parte activa en la vida de ese niño.TENGO SUERTE DE PODER contar con Josh. Desde la guardería siempre ha estado a mi lado, ojalá... no, es igual, eso nunca ocurrirá.Recibo una llamada a las diez de la noche, al mirar la pantalla un nudo se me pone en el estómago, creía que él podría hacerme olvidar mi pasado, pero lo único que ha conseguido es hacerme un bombo y pasar de mí, ¡menudo cabrón!—¿Qué quieres? —le pregunto sin molestarme en ocultar mi enfado.—Nena, perdóname. No debí decirte esas cosas.—¿Ah sí? ¿Y eso? ¿Has cambiado de opinión?—Este no es el momento, nena. Primero tengo que divorciarme, pero podemos intentarlo más adelante.«Que poca vergüenza, quiere que me deshaga de nuestro hijo, pero que sigamos juntos».—Si es así no te molestes. Se ha acabado Freddy —le digo, ya estoy cansada de sus mentiras sobre dejar a su mujer. Llevamos así dos años.—Pero nena...<
OTRA NOCHE SIN DORMIR, pero esta vez me la he pasado más empalmado que un semental en una cuadra.Ha sido muy mala idea dejar que durmiera conmigo en la misma cama.Abro los ojos como platos cuando noto su culo en mi entrepierna, no puedo evitar lo que tiene que pasar, podría decir que es el despertar matutino que tenemos todos los hombres por las mañanas, pero os estaría mintiendo, y a mí también.La oigo soltar un gemido y toda mi fuerza de voluntad se va al garete en dos segundos.¿Se está frotando contra mí?Me echo para atrás en la cama y acabo de espaldas en el suelo.—¡Joder! Josh, ¿estás bien? ¿Qué ha pasado?—Me he dado la vuelta demasiado rápido, estoy bien —le digo y tiro de mi almohada para taparme.«Suerte que hay dos».—¿De verdad que estás bien? Conmigo no tienes que fingir.—Sí, tranquila. Sigue durm
ESTOY MUY NERVIOSA, creo que me voy a desmayar como esto no avance. Tengo el corazón que parece una centrifugadora, me late muy deprisa.Josh se ha portado muy bien acompañándome, no sé qué haría sin él.El médico me hace un montón de preguntas, como: cuantas faltas tengo, antecedentes familiares, como me encuentro, etc...Estoy sobrepasada, creía que lo tenía claro pero ahora que parece tan real, me están entrando dudas. ¿Estoy segura de querer hacer esto, sola? ¿Sabré estar a la altura? ¿Seré una buena madre?Dios esto es más difícil de lo que pensaba.—Señorita Connors, ¿está bien?Me despierto de mis pensamientos cuando Josh me pone la mano en la rodilla.—Meghan, ¿te encuentras bien?—Sí, si perdón. ¿El baño? —le pregunto al médico, necesito salir de aquí.—Enfermera Morris, acompañe a la señorita Connors, por favor.
ES LA PRIMERA VEZ que veo algo así, ha sido súper emocionante.Ella lleva una vida en la barriga, quien me iba a decir que vería algo así algún día. Siempre he tenido claro que quiero ser padre, pero la verdad, me hubiera gustado que fuera con Meghan.Nos subimos al coche y cuando pongo las manos sobre el volante antes de encender el motor, ella coloca la suya sobre la mía y la miro.—Gracias de nuevo Josh —me dice y sus ojos se llenan de lágrimas—. De no ser por ti aún seguiría encerrada en ese baño.—No he hecho nada pequeña, sabía que solo necesitabas que alguien te dijera de lo que eres capaz —le contesto y limpio sus lágrimas con los pulgares.—Igualmente, gracias.Me abraza y yo disfruto de su contacto, luego me da un beso en la mejilla y en lo único en lo que pienso es en besarla en la boca y demostrarle cuanto la quiero, pero no estoy seguro de que sea eso lo que ella quiere
DE CAMINO A CASA PASAMOS por un Starbucks y me apetece mucho comer un muffin de Nutella y otro de nueces. Después de vomitar todo el desayuno, ahora me muero de hambre.Josh se pide un café solo con hielo y pellizca un trozo de mi muffin de nueces.—Oye, es mío, pídete otro para ti —le digo entre risas.—Tienes que aprender a compartir, eso es lo que hacen las madres, darle todo a sus hijos aunque tengan que quitárselo de la boca.—Quiefefs —le digo mostrando el muffin que tengo masticado en la boca.La mueca que hace es para morirse de risa, terminamos riéndonos los dos y tengo que taparme la boca para no escupir la comida.Nos pasamos más de una hora riendo y recordando viejos tiempos, no recordaba lo bien que me lo paso con él, reconozco que lo he tenido muy abandonado desde que empecé mi relación con Freddy, y mira como he acabado. Ese idiota me ha tenido apartada de todos los q
NO SÉ EN QUE MOMENTO la conversación se ha vuelto tan intima, pero saber que hace semanas que no se acuesta con ese capullo de Freddy me hace sentir muy bien, y el cavernícola que hay en mí disfruta aún más con esa confesión.Antes me ha dicho que soy sexi, pero lo que ella no sabe es que ella sí que lo es, es tremendamente sexi sin proponérselo. Le falta creer un poco más en ella, pero yo lo hago por los dos.—Tienes que irte, ¿no? —me pregunta devolviéndome a la realidad. Creo que me he quedado embobado mirándola.—Sí, es verdad.—Vamos prepárate, ¿no querrás llegar tarde?Lo cierto es que no quiero irme ahora, pero tengo que trabajar y no puedo fallarle a Jason, se lo he prometido.Le doy un beso en la frente y salgo corriendo hacia la habitación, me pongo unos tejanos y una camiseta de tirantes.—Llegaré tarde, así que duerme en mi cama. Yo dormiré en el sofá —l
EL CALOR DE SU CUERPO es como un bálsamo para mí, me hace sentir segura. Josh es mi mejor amigo y aunque éstos últimos meses no le he hecho mucho caso, he de decir que siempre lo he tenido muy presente.Tengo mucha suerte de tenerlo en mi vida.Me acurruco contra él y la energía que desprende por todas partes me hace sentir bien, protegida.—¿Cómo ha ido la noche? ¿Te han metido mucha mano? —le pregunto y no puedo evitar reírme al hacerlo.—No te rías, pero he temido por mi vida.—Como sois los tíos de exagerados.—Estoy hablando muy enserio, si no llega a ser por los chicos me violan.Me río con más ganas y él me hace cosquillas, me retuerzo entre sus manos y me ataca con más ahínco.—Será posible, ¿te hace gracia que tenga miedo de ir a trabajar?—No, no tiene ninguna gracia. Para por favor —le suplico.—De eso na
«¡CHÚPATE ESA CABRÓN!»La mirada de ese cerdo infiel es para sacarle una foto y llevarla a una exposición al más capullo.No contento con pasarle por la cara que su ex amante ha pasado página, sino que además paso el brazo por detrás de la cintura de Meghan y la atraigo hacia mí para darle un beso en la boca, y no un pico, no, sino un beso en toda regla.—¡Oh, que tiernos! Freddy, míralos y aprende —exclama su mujer—. Tal vez deberías aprender más de este chico tan apasionado.—Sí ya. Andrea, tenemos que irnos. Seguro que estos dos tortolitos quieren estar un rato a solas —dice molesto. Se nota que está rabiando por dentro.—Claro, claro. Hacéis una pareja muy bonita. Algunas tienen mucha suerte —dice mientras se coge del brazo de su marido y sonríe.Los veo alejarse y cuando me doy la vuelta para mirar a Meghan está tiene una mueca en la cara.—¿A que ha venido eso