ES LA PRIMERA VEZ que veo algo así, ha sido súper emocionante.
Ella lleva una vida en la barriga, quien me iba a decir que vería algo así algún día. Siempre he tenido claro que quiero ser padre, pero la verdad, me hubiera gustado que fuera con Meghan.
Nos subimos al coche y cuando pongo las manos sobre el volante antes de encender el motor, ella coloca la suya sobre la mía y la miro.
—Gracias de nuevo Josh —me dice y sus ojos se llenan de lágrimas—. De no ser por ti aún seguiría encerrada en ese baño.
—No he hecho nada pequeña, sabía que solo necesitabas que alguien te dijera de lo que eres capaz —le contesto y limpio sus lágrimas con los pulgares.
—Igualmente, gracias.
Me abraza y yo disfruto de su contacto, luego me da un beso en la mejilla y en lo único en lo que pienso es en besarla en la boca y demostrarle cuanto la quiero, pero no estoy seguro de que sea eso lo que ella quiere, de hecho ya me dijo una vez que no quería estropear nuestra amistad llevando la relación a algo físico.
—¿Te dejo en casa? —le pregunto.
—Esto, ¿te importa si me quedo un par de días más en tu casa? Es que no quiero ver de nuevo a Freddy, no creo que se dé por vencido.
—No hay problema —le contesto y lo cierto es que no me importaría que se quedase un tiempo en casa viviendo conmigo—. Pero aún no me has dicho que quiere de ti.
—Quería saber si ya lo he hecho, abortar me refiero. Le he dicho que no pensaba hacer eso y me ha dicho que si pretendo que me pase una pensión es que estoy loca —me explica—. Ha sido horrible.
—Debería ir y partirle la cabeza.
—Déjalo Josh, no merece la pena que malgastes tu tiempo con ese desgraciado, no me puedo creer que lo haya amado alguna vez.
Esas últimas palabras me agujerean el corazón, lo ha amado, mientras que yo tengo que conformarme con su amistad. Aunque bueno, eso es mejor que nada.
—Bien, entonces pasaremos por tu casa para que recojas algunas de tus cosas. Necesitarás un pijama y cosas para el aseo, ¿no?
—Sí, y algo de ropa para... —se queda a media frase y se lleva las manos a la cabeza—. ¡Oh no! No había pensado que tendré que verle todos los días en la oficina.
—No te preocupes, yo me encargaré de que no te moleste.
—¿Y qué vas a hacer?
Enciendo el motor y saco el coche al tráfico mientras ella me mira. Al ver que no le contesto se cruza de brazos y siento su mirada clavada en mí.
—No te preocupes por eso —le contesto al fin—. Y no sufras, que la sangre no llegará al río, confía en mí.
Voy a tener una charla amistosa con ese cabrón, le diré lo que le va a pasar si me entero de que la molesta o la hace llorar. Y sino lo entiende por las buenas, lo hará por las malas, pero lo hará de todas formas.
—A veces me das miedo Josh —me dice y me mira alzando una ceja, luego de ríe—. La verdad es que nunca he tenido miedo de ti, eres demasiado bueno.
—Solo con quien se lo merece, los demás ya se pueden ir preparando.
Nos reímos los dos y apoya su cabeza en mi hombro, le doy un beso en esta y su risa me hace sonreir.
Su pelo rubio cae en cascada sobre mi hombro y puedo sentir el aroma a flores de su champú invadiendo todo mi espacio. Me encanta como huele y lo caliente que tiene el cuerpo al tocar mi piel.
Tengo que demostrarle que yo soy el hombre indicado y que puedo hacerla feliz. La trataré diez veces mejor que ese idiota pomposo. Aún no sé qué vio en ese fracasado.
—¿Subes conmigo? —me pregunta al llegar a su edificio.
—¿Tienes miedo de que aún siga ahí? —le pregunto al tiempo que me desabrocho el cinturón de seguridad.
—No lo creo, tenía una reunión.
—¿Entonces?
—Por si acaso —me dice y agacha la cabeza.
Se la levanto poniendo mis dedos bajo su mentón y la obligo a mirarme a los ojos, está avergonzada de mostrar que tiene miedo.
—Vamos pequeña, conmigo no puede pasarte nada.
Me sonríe y los dos subimos a su casa, no hay ni rastro de ese gilipollas de Freddy, y una parte de mí lamenta no poder romperle la boca de un puñetazo.
Pero tendré mi oportunidad algún día, de eso estoy seguro.
Recoge varios vestidos para trabajar y un par de zapatos de tacón, un camisón demasiado sugerente para mi salud mental y física, y algo de ropa más cómoda para el día a día.
Mientras está en el baño recogiendo sus productos de higiene personal me llaman al móvil, y cuando lo saco del bolsillo veo el número de Jason.
—¿Qué hay jefe?
—Hola grandullón. Patty organizó mal el planning y te puso la cita para las once en lugar de las doce. ¿Puedes entrar una hora antes? —me pregunta.
—Claro, no hay problema.
—Gracias Josh, te pagaré esa hora de más muy bien.
—No te preocupes por eso, una hora tampoco es tanto.
—Eso no importa, te mereces cada centavo de más que te pago —me dice y no puedo evitar sonreír—. Las clientas solo vienen a este antro por ti. Hago un pastón a tu costa, claro que te pagaré esa hora extra.
Veo a Meghan salir del baño haciéndose una coleta de caballo y algunos mechones de pelo se le escapan y le caen sobre el rostro, me quedo absorto mirándola y no me entero de cuando Jason cuelga.
—¿Con quien hablas? —me pregunta en voz baja señalado el móvil que aún sujeto sobre la oreja.
—El jefe, hoy entro una hora antes.
—Bueno, entonces será mejor que nos vayamos para que puedas descansar un poco.
DE CAMINO A CASA PASAMOS por un Starbucks y me apetece mucho comer un muffin de Nutella y otro de nueces. Después de vomitar todo el desayuno, ahora me muero de hambre.Josh se pide un café solo con hielo y pellizca un trozo de mi muffin de nueces.—Oye, es mío, pídete otro para ti —le digo entre risas.—Tienes que aprender a compartir, eso es lo que hacen las madres, darle todo a sus hijos aunque tengan que quitárselo de la boca.—Quiefefs —le digo mostrando el muffin que tengo masticado en la boca.La mueca que hace es para morirse de risa, terminamos riéndonos los dos y tengo que taparme la boca para no escupir la comida.Nos pasamos más de una hora riendo y recordando viejos tiempos, no recordaba lo bien que me lo paso con él, reconozco que lo he tenido muy abandonado desde que empecé mi relación con Freddy, y mira como he acabado. Ese idiota me ha tenido apartada de todos los q
NO SÉ EN QUE MOMENTO la conversación se ha vuelto tan intima, pero saber que hace semanas que no se acuesta con ese capullo de Freddy me hace sentir muy bien, y el cavernícola que hay en mí disfruta aún más con esa confesión.Antes me ha dicho que soy sexi, pero lo que ella no sabe es que ella sí que lo es, es tremendamente sexi sin proponérselo. Le falta creer un poco más en ella, pero yo lo hago por los dos.—Tienes que irte, ¿no? —me pregunta devolviéndome a la realidad. Creo que me he quedado embobado mirándola.—Sí, es verdad.—Vamos prepárate, ¿no querrás llegar tarde?Lo cierto es que no quiero irme ahora, pero tengo que trabajar y no puedo fallarle a Jason, se lo he prometido.Le doy un beso en la frente y salgo corriendo hacia la habitación, me pongo unos tejanos y una camiseta de tirantes.—Llegaré tarde, así que duerme en mi cama. Yo dormiré en el sofá —l
EL CALOR DE SU CUERPO es como un bálsamo para mí, me hace sentir segura. Josh es mi mejor amigo y aunque éstos últimos meses no le he hecho mucho caso, he de decir que siempre lo he tenido muy presente.Tengo mucha suerte de tenerlo en mi vida.Me acurruco contra él y la energía que desprende por todas partes me hace sentir bien, protegida.—¿Cómo ha ido la noche? ¿Te han metido mucha mano? —le pregunto y no puedo evitar reírme al hacerlo.—No te rías, pero he temido por mi vida.—Como sois los tíos de exagerados.—Estoy hablando muy enserio, si no llega a ser por los chicos me violan.Me río con más ganas y él me hace cosquillas, me retuerzo entre sus manos y me ataca con más ahínco.—Será posible, ¿te hace gracia que tenga miedo de ir a trabajar?—No, no tiene ninguna gracia. Para por favor —le suplico.—De eso na
«¡CHÚPATE ESA CABRÓN!»La mirada de ese cerdo infiel es para sacarle una foto y llevarla a una exposición al más capullo.No contento con pasarle por la cara que su ex amante ha pasado página, sino que además paso el brazo por detrás de la cintura de Meghan y la atraigo hacia mí para darle un beso en la boca, y no un pico, no, sino un beso en toda regla.—¡Oh, que tiernos! Freddy, míralos y aprende —exclama su mujer—. Tal vez deberías aprender más de este chico tan apasionado.—Sí ya. Andrea, tenemos que irnos. Seguro que estos dos tortolitos quieren estar un rato a solas —dice molesto. Se nota que está rabiando por dentro.—Claro, claro. Hacéis una pareja muy bonita. Algunas tienen mucha suerte —dice mientras se coge del brazo de su marido y sonríe.Los veo alejarse y cuando me doy la vuelta para mirar a Meghan está tiene una mueca en la cara.—¿A que ha venido eso
—¿¡QUÉ TE HA PASADO en la cara Josh!? —le pregunto y paso mis dedos por sus heridas.—No es nada. Ha sido en el gimnasio.—Parece que te ha pasado un camión por encima.Me coge la mano antes de que vuelva a pasar mis dedos por su cara y me mira a los ojos.—Siento mucho lo de antes. Me refiero a lo que ha pasado con Freddy esta mañana, no pretendía molestarte —se disculpa.—No es eso, me ha pillado por sorpresa y...—¿Y qué? —me pregunta al ver que no termino la frase.—¿Es que tú no lo notas?—Si noto, ¿el qué?Intento apartarlo pero me lo impide bloqueando mi cuerpo contra el suyo y la encimera, mi respiración se acelera y me falta el aire.—¿Qué es lo que tendría que notar, Meghan? —insiste.—Nada, déjalo, no tiene importancia.—Peque, dilo.—No puedo.
¡ESE DESGRACIADO QUIERE que lo mate! Está buscando que vaya y le parta la cara.—Me ha dicho que sino vuelvo con él hará que me despidan.—No puede hacer eso, solo intenta asustarte —le contesto.—Lo sé, pero eso no es todo. Le he dicho que no y dice que hablara con su mujer y le dirá la verdad. Ellos son una familia y podrían quitarme a mi bebé.«¡Menudo cabrón!».—¿De verdad crees que hará eso? ¿Descubrirá la verdad y le dirá que lleva dos años engañándola? Yo creo que no.—No estoy tan segura, su mujer no puede tener hijos y ésta sería una oportunidad de tener uno, aunque solo sea de su marido.—Yo me encargo.—¡No! Josh no hagas nada. Es gente muy poderosa —me dice cogiéndome del brazo y apretándolo. Está asustada de verdad.Definitivamente ese gilipollas quiere que lo mate.—De acuerdo, no haré nada —le digo pa
SUS MANOS RECORREN mi cuerpo con una lentitud calculada, quiere hacerme sufrir por burlarme de él, pero por mí puede ir todo lo despacio que quiera, tengo todo el día para disfrutarlo.—Eres tan sexi —susurra contra mi cuello.—Josh.—¿Sí nena?—Quiero sentirte dentro de mí, no puedo esperar más —le suplico.—Paciencia, déjame disfrutarte un poco más pequeña.No digo nada más, no puedo, me ha tumbado sobre la cama y ahora vuelve a estar entre mis piernas. Saboreándome, succionandome y llevándome al cielo son sus caricias. Es tan bueno con el sexo oral. Freddy ni siguiera lo intento alguna vez.Cuando me penetra con los dedos tengo que buscar toda mi fuerza de voluntad para no chillar como una posesa, me tapo la boca con las dos manos y ahogo un grito.«¡Dios, este hombre es increíble!».—No te contengas nena, déjate llevar.
ESTOY EN UNA BURBUJA ahora mismo. No me puedo creer que por fin haya pasado. Meghan duerme a mi lado después de una noche de sexo increíble, está agotada y yo también. ¿Quien me iba a decir que alguna vez pasaría? Yo no por supuesto.Mi teléfono suena en el comedor, debí de dejármelo allí anoche.Me levanto como puedo sin hacer ningún movimiento brusco, no quiero despertarla. Parece un ángel ahora mismo con el pelo esparcido sobre la almohada y ese cuerpo tan perfecto que tiene, decir que es hermosa no le hace justicia.—¿Sí? —pregunto ya que no aparece ningún número en la pantalla.—Soy Parker, tengo algo. Tenía razón, no tiene suficiente con una amante, tiene tres.«Lo sabía, ese cerdo no es de fiar».—¿Tres? ¡Pedazo de cabrón!—Sí, es un tío con suerte. La primera se llama Suzanne, tiene veintiocho y es abogada en su lugar de trabajo. Se ven dos veces a la semana