—¿¡QUÉ TE HA PASADO en la cara Josh!? —le pregunto y paso mis dedos por sus heridas.
—No es nada. Ha sido en el gimnasio.
—Parece que te ha pasado un camión por encima.
Me coge la mano antes de que vuelva a pasar mis dedos por su cara y me mira a los ojos.
—Siento mucho lo de antes. Me refiero a lo que ha pasado con Freddy esta mañana, no pretendía molestarte —se disculpa.
—No es eso, me ha pillado por sorpresa y...
—¿Y qué? —me pregunta al ver que no termino la frase.
—¿Es que tú no lo notas?
—Si noto, ¿el qué?
Intento apartarlo pero me lo impide bloqueando mi cuerpo contra el suyo y la encimera, mi respiración se acelera y me falta el aire.
—¿Qué es lo que tendría que notar, Meghan? —insiste.
—Nada, déjalo, no tiene importancia.
—Peque, dilo.
—No puedo.
¡ESE DESGRACIADO QUIERE que lo mate! Está buscando que vaya y le parta la cara.—Me ha dicho que sino vuelvo con él hará que me despidan.—No puede hacer eso, solo intenta asustarte —le contesto.—Lo sé, pero eso no es todo. Le he dicho que no y dice que hablara con su mujer y le dirá la verdad. Ellos son una familia y podrían quitarme a mi bebé.«¡Menudo cabrón!».—¿De verdad crees que hará eso? ¿Descubrirá la verdad y le dirá que lleva dos años engañándola? Yo creo que no.—No estoy tan segura, su mujer no puede tener hijos y ésta sería una oportunidad de tener uno, aunque solo sea de su marido.—Yo me encargo.—¡No! Josh no hagas nada. Es gente muy poderosa —me dice cogiéndome del brazo y apretándolo. Está asustada de verdad.Definitivamente ese gilipollas quiere que lo mate.—De acuerdo, no haré nada —le digo pa
SUS MANOS RECORREN mi cuerpo con una lentitud calculada, quiere hacerme sufrir por burlarme de él, pero por mí puede ir todo lo despacio que quiera, tengo todo el día para disfrutarlo.—Eres tan sexi —susurra contra mi cuello.—Josh.—¿Sí nena?—Quiero sentirte dentro de mí, no puedo esperar más —le suplico.—Paciencia, déjame disfrutarte un poco más pequeña.No digo nada más, no puedo, me ha tumbado sobre la cama y ahora vuelve a estar entre mis piernas. Saboreándome, succionandome y llevándome al cielo son sus caricias. Es tan bueno con el sexo oral. Freddy ni siguiera lo intento alguna vez.Cuando me penetra con los dedos tengo que buscar toda mi fuerza de voluntad para no chillar como una posesa, me tapo la boca con las dos manos y ahogo un grito.«¡Dios, este hombre es increíble!».—No te contengas nena, déjate llevar.
ESTOY EN UNA BURBUJA ahora mismo. No me puedo creer que por fin haya pasado. Meghan duerme a mi lado después de una noche de sexo increíble, está agotada y yo también. ¿Quien me iba a decir que alguna vez pasaría? Yo no por supuesto.Mi teléfono suena en el comedor, debí de dejármelo allí anoche.Me levanto como puedo sin hacer ningún movimiento brusco, no quiero despertarla. Parece un ángel ahora mismo con el pelo esparcido sobre la almohada y ese cuerpo tan perfecto que tiene, decir que es hermosa no le hace justicia.—¿Sí? —pregunto ya que no aparece ningún número en la pantalla.—Soy Parker, tengo algo. Tenía razón, no tiene suficiente con una amante, tiene tres.«Lo sabía, ese cerdo no es de fiar».—¿Tres? ¡Pedazo de cabrón!—Sí, es un tío con suerte. La primera se llama Suzanne, tiene veintiocho y es abogada en su lugar de trabajo. Se ven dos veces a la semana
HE PODIDO ESQUIVARLE toda la mañana. Freddy ha intentado hablar conmigo pero le he dado esquinazo, suerte que desde que empezamos nuestra relación me hizo cambiar de departamento para que el resto de empleados no descubriera que estábamos juntos.—¿Se puede saber por qué sonríes tanto? —me pregunta Mel.—Yo no sonrío.—Sí ya, claro, ¡mírala ahí está otra vez! —me dice a la vez que me señala con el dedo.—No sonrió tú me haces reír que es diferente.—Vale, vale, ya me enteraré.Se da media vuelta con el ceño fruncido pero está sonriendo. Si sigo de tan buen humor pronto sabrá que me pasa, otra cosa no, pero a cotilla no la gana nadie.Lo cierto es que no puedo dejar de sonreir, y de pensar en Josh. Hemos pasado una noche muy, pero que muy movidita y claro, ahora no puedo sacarme de la cabeza todas las cosas que hicimos.Sobre las doce me preparo para
HE SALIDO DEL GIMNASIO, he ido a correr y luego a casa a darme una ducha. Ahora voy de camino al supermercado para comprar. Mañana tengo fiesta y quiero prepararle una buena cena, será la primera después de lo que ha pasado entre nosotros y quiero darle una sorpresa.Mi teléfono vibra dentro de mis pantalones de chándal, miro el número y es el de Meghan. Lo cojo con una sonrisa de bobo en la cara hasta que la voz de un hombre al otro lado me pone en alerta.—¿Eres Josh? —me pregunta.—Sí, ¿por qué tienes el teléfono de Meghan? ¿Quién coño eres tú?—Soy un compañero de trabajo, no te asustes pero estamos en el hospital, ella está bien.—¿Dónde está, en que hospital?En cuanto me da la dirección cojo la moto y me voy para allá. Llego siete minutos más tarde y dejo la moto aparcada en la entrada sin candado ni nada, ahora mis prioridades son ella y el bebé, ¿le habrá pasado algo?
—HOLA PEQUE —me susurra y me acaricia el pelo.Me encanta cuando es tan dulce. Sé que nada malo puede pasarme si estoy a su lado, no sé cómo explicarlo, pero es como si tuviéramos una conexión especial.—Hola feo.—¿Así que feo eh?Asiento con la cabeza y le hago un mohín de lo más infantil. Él sonríe y me da un beso en los labios muy, pero que muy lento, todo mi cuerpo se estremece y empieza a arder.«Estás dichosas hormonas me van a volver loca».—¿Por qué vuelves a llevar ropa? —le digo y lo cojo de la camiseta para atraerlo más cerca y profundizar el beso.—Necesitas dormir peque, no seas mala.—Pero es que a mí me gusta ser mala, sobretodo contigo. No sé, despiertas la loba que hay en mí.Se ríe y de un salto se estira a mi lado y me sube encima de él, yo desnuda y él con el pijama, esta vez completo. Él nunca se pone más de un
ENTRO EN EL AULA Y Lola me hace un gesto con la cabeza, es la otra entrenadora y mi ayudante —por así decirlo—, está intentado que dos clientas no lleguen a las manos. Luego le preguntaré que ha pasado, pero ahora las demás esperan que dé comienzo la clase y les enseñe entre otras cosas a saber defenderse si son atacadas.Antes de entrar me he puesto mi equipamiento, lo necesito ya que de no ser así podría tener otro percance, como cuando una de ellas se defendió de mi ataque dándome una patada en las pelotas sin previo aviso, no quiero que vuelva a repetirse por nada del mundo. Me pase diez días a pan y agua y con un dolor horrible en los huevos.—Bien chicas —les digo a mis clientas ya que todas ellas son mujeres—. Lo primero es mantener la calma, no dejarse llevar por el pánico. Sé que es difícil, pero si os resistís no solo conseguiréis cansaros más rápidamente, sino que podrían heriros para tener menos resistencia por vuestra parte.<
LA CONVERSACIÓN CON Freddy me ha dejado bastante mal, no sé qué pensar al respecto. ¿De verdad ha cambiado y quiere formar parte en la vida de este bebé, o solo está jugando conmigo?Estoy hecha un lío.Llego a casa y dejo los muffins que he comprado antes de venir, no he desayunado y aunque falta una hora para comer, me muero de hambre, así que corto la mitad de uno y me lo como.Voy al armario y busco algo que ponerme, antes mientras recogía he pensado que no podía seguir rebuscando en la maleta cada vez que tengo que vestirme. Sé que a Josh no le importará que haga un poco de sitio para mis cosas, cuando llegue se lo comentaré.Como si me leyera el pensamiento Josh aparece mientras estoy pensando en él, corro para saludarlo y pedirle que me ayude a escoger algo que ponerme, pero me quedo parada de pie junto a la puerta en cuanto le veo.—¿Qué te ha pasado en la mano? —le pregunto cuando me doy cu