OTRA NOCHE SIN DORMIR, pero esta vez me la he pasado más empalmado que un semental en una cuadra.
Ha sido muy mala idea dejar que durmiera conmigo en la misma cama.
Abro los ojos como platos cuando noto su culo en mi entrepierna, no puedo evitar lo que tiene que pasar, podría decir que es el despertar matutino que tenemos todos los hombres por las mañanas, pero os estaría mintiendo, y a mí también.
La oigo soltar un gemido y toda mi fuerza de voluntad se va al garete en dos segundos.
¿Se está frotando contra mí?
Me echo para atrás en la cama y acabo de espaldas en el suelo.
—¡Joder! Josh, ¿estás bien? ¿Qué ha pasado?
—Me he dado la vuelta demasiado rápido, estoy bien —le digo y tiro de mi almohada para taparme.
«Suerte que hay dos».
—¿De verdad que estás bien? Conmigo no tienes que fingir.
—Sí, tranquila. Sigue durmiendo que es muy pronto todavía.
—No creo que pueda dormir, ya me has despertado —me dice y sonríe.
Se estira como una culebra y se le levanta la camiseta dejándome ver más carne de la necesaria.
Ya vuelvo a estar empalmado.
Desayunamos en silencio, yo porque no sé qué decir después de mi despertar, y ella porque supongo que piensa en ese soplapollas de Freddy. ¿Que tío con casi cuarenta años se hace llamar Freddy?
—¿Me estás escuchando? —me pregunta sacándome de mis pensamientos.
—Sí perdona. Dime.
—Necesito que me acompañes hoy al médico —me dice y dejo caer la cuchara sobre el bol de fruta—. No quiero estar sola cuando vea por primera vez a mi bebé.
—¿Yo?
—Claro. Es un momento muy importante y no quiero estar sola. ¿Vendrás?
Esto sí que no me lo esperaba, yo en la consulta de un ginecólogo, es un momento demasiado íntimo incluso para mí.
—Esto... ¿estás segura? ¿No prefieres decírselo a Patty o Mel?
—Claro —contesta y gira la cabeza hacia otro lado—. Perdona, es que aún no sé lo he dicho a nadie más.
—No, está bien. Te acompañaré.
—De verdad, no te molestes. Entiendo que es una situación un tanto rara para ti. Déjalo. No te he dicho nada.
Baja del taburete y la cojo de la mano antes de que se aleje. No quiero que piense que no me importa lo suficiente. He dicho que haría cualquier cosa por ella, y eso haré.
—Peque, perdóname. Me ha pillado por sorpresa, pero si me necesitas, allí estaré.
—De verdad, ¿estás seguro?
Asiento con la cabeza y ella salta sobre mí, rodea sus largas piernas en mi cintura y el roce de estas en mi estómago desnudo me empalma otra vez.
Tengo muy poca fuerza de voluntad cuando se trata de ella.
—Significa mucho para mí Josh, en serio.
—Somos amigos, y los buenos amigos estamos para eso, ¿no?
—Em, sí claro.
Carraspea y se baja, la suelto muy despacio porque necesito su contacto aunque no pueda decirle todo lo que me gustaría.
Después de desayunar ella entra en la ducha y yo empiezo a recoger la cocina, pero cuando Meg cierra la puerta me apoyo en la pica y miro por la ventana.
¿En qué lío me he metido?
La quiero, pero, ¿de verdad voy a ser capaz de hacerme cargo de un niño que no es mío? ¿Y si después de todo vuelve con ese gilipollas de Freddy?
Ahora mismo no estoy seguro de nada.
—¿Podemos pasar por mi casa primero? Necesito cambiarme de ropa.
—Claro peque, no hay problema.
—Gracias por todo, no sé qué haría sin ti.
—No es para tanto pequeña —le contesto con una sonrisa y se aleja, pero en el último segundo vuelve corriendo y me planta un pico en la boca.
«¡Joder!».
Después de esperarla media hora en el coche Meghan baja las escaleras de su edificio bastante seria, tiene los ojos enrojecidos aunque secos, ¿ha estado llorando?
—¿Qué ha pasado? —le pregunto preocupado.
—Nada, vamonos.
—Meghan —exijo.
La puerta de su edificio se abre y aparece Freddy, y todo mi cuerpo se pone en alerta.
—¿Qué coño hace este subnormal aquí? —pregunto a nadie en concreto y rodeo el coche hasta estar a su lado.
—Mira, si ya estamos todos, ¿qué tal Josh?
—Eres un...
—Déjalo —me interrumpe Meghan y me coge del brazo cuando ve que doy un paso hacia ese capullo—. No merece la pena, ya es historia.
—No te hagas ilusiones machote, ella todavía es mía.
—Yo no soy de nadie. No quiero volver a verte Freddy.
—Eso ya lo veremos.
Ese gilipollas no sabe de lo que soy capaz, si sigue insistiendo en querer joderla se las verá conmigo.
Abro la puerta del copiloto y ayudo a Meghan a subirse, luego rodeo el coche mientras miro a ese idiota y sin palabras lo amenazo, él sonríe, pero puedo ver que no está muy seguro ahora mismo.
«Haces bien en tenerme miedo, cabrón».
Arranco el coche y en quince minutos llegamos a la consulta, tenemos que esperar otros veinte hasta que una enfermera sale y la llama.
—¿Usted es el padre? —me pregunta la chica.
—Sí —responde ella antes de que a mí me dé tiempo a abrir la boca—. Sí, viene conmigo.
—Exacto.
—En ese caso, acompáñenme.
La seguimos por un pasillo hasta una sala, allí hay un hombre de mediana edad que estrecha mi mano y luego la de ella, nos pide que nos sentemos y ella me coge la mano, esta está húmeda y fría, se nota que está nerviosa.
—Bien, lo primero que haremos será hacerle unas cuantas preguntas de control para rellenar su historial clínico, y después haremos una ecografía, ¿de acuerdo?
—Sí doctor —le responde ella y yo me quedo callado.
Aunque vengo acompañándola esto no tiene nada que ver conmigo, así que prefiero quedarme al margen.
Aprieto su mano para demostrarle que estoy aquí con ella y me devuelve el apretón, una pequeña sonrisa asoma en su cara a pesar de que está temblando, toda ella es como gelatina.
ESTOY MUY NERVIOSA, creo que me voy a desmayar como esto no avance. Tengo el corazón que parece una centrifugadora, me late muy deprisa.Josh se ha portado muy bien acompañándome, no sé qué haría sin él.El médico me hace un montón de preguntas, como: cuantas faltas tengo, antecedentes familiares, como me encuentro, etc...Estoy sobrepasada, creía que lo tenía claro pero ahora que parece tan real, me están entrando dudas. ¿Estoy segura de querer hacer esto, sola? ¿Sabré estar a la altura? ¿Seré una buena madre?Dios esto es más difícil de lo que pensaba.—Señorita Connors, ¿está bien?Me despierto de mis pensamientos cuando Josh me pone la mano en la rodilla.—Meghan, ¿te encuentras bien?—Sí, si perdón. ¿El baño? —le pregunto al médico, necesito salir de aquí.—Enfermera Morris, acompañe a la señorita Connors, por favor.
ES LA PRIMERA VEZ que veo algo así, ha sido súper emocionante.Ella lleva una vida en la barriga, quien me iba a decir que vería algo así algún día. Siempre he tenido claro que quiero ser padre, pero la verdad, me hubiera gustado que fuera con Meghan.Nos subimos al coche y cuando pongo las manos sobre el volante antes de encender el motor, ella coloca la suya sobre la mía y la miro.—Gracias de nuevo Josh —me dice y sus ojos se llenan de lágrimas—. De no ser por ti aún seguiría encerrada en ese baño.—No he hecho nada pequeña, sabía que solo necesitabas que alguien te dijera de lo que eres capaz —le contesto y limpio sus lágrimas con los pulgares.—Igualmente, gracias.Me abraza y yo disfruto de su contacto, luego me da un beso en la mejilla y en lo único en lo que pienso es en besarla en la boca y demostrarle cuanto la quiero, pero no estoy seguro de que sea eso lo que ella quiere
DE CAMINO A CASA PASAMOS por un Starbucks y me apetece mucho comer un muffin de Nutella y otro de nueces. Después de vomitar todo el desayuno, ahora me muero de hambre.Josh se pide un café solo con hielo y pellizca un trozo de mi muffin de nueces.—Oye, es mío, pídete otro para ti —le digo entre risas.—Tienes que aprender a compartir, eso es lo que hacen las madres, darle todo a sus hijos aunque tengan que quitárselo de la boca.—Quiefefs —le digo mostrando el muffin que tengo masticado en la boca.La mueca que hace es para morirse de risa, terminamos riéndonos los dos y tengo que taparme la boca para no escupir la comida.Nos pasamos más de una hora riendo y recordando viejos tiempos, no recordaba lo bien que me lo paso con él, reconozco que lo he tenido muy abandonado desde que empecé mi relación con Freddy, y mira como he acabado. Ese idiota me ha tenido apartada de todos los q
NO SÉ EN QUE MOMENTO la conversación se ha vuelto tan intima, pero saber que hace semanas que no se acuesta con ese capullo de Freddy me hace sentir muy bien, y el cavernícola que hay en mí disfruta aún más con esa confesión.Antes me ha dicho que soy sexi, pero lo que ella no sabe es que ella sí que lo es, es tremendamente sexi sin proponérselo. Le falta creer un poco más en ella, pero yo lo hago por los dos.—Tienes que irte, ¿no? —me pregunta devolviéndome a la realidad. Creo que me he quedado embobado mirándola.—Sí, es verdad.—Vamos prepárate, ¿no querrás llegar tarde?Lo cierto es que no quiero irme ahora, pero tengo que trabajar y no puedo fallarle a Jason, se lo he prometido.Le doy un beso en la frente y salgo corriendo hacia la habitación, me pongo unos tejanos y una camiseta de tirantes.—Llegaré tarde, así que duerme en mi cama. Yo dormiré en el sofá —l
EL CALOR DE SU CUERPO es como un bálsamo para mí, me hace sentir segura. Josh es mi mejor amigo y aunque éstos últimos meses no le he hecho mucho caso, he de decir que siempre lo he tenido muy presente.Tengo mucha suerte de tenerlo en mi vida.Me acurruco contra él y la energía que desprende por todas partes me hace sentir bien, protegida.—¿Cómo ha ido la noche? ¿Te han metido mucha mano? —le pregunto y no puedo evitar reírme al hacerlo.—No te rías, pero he temido por mi vida.—Como sois los tíos de exagerados.—Estoy hablando muy enserio, si no llega a ser por los chicos me violan.Me río con más ganas y él me hace cosquillas, me retuerzo entre sus manos y me ataca con más ahínco.—Será posible, ¿te hace gracia que tenga miedo de ir a trabajar?—No, no tiene ninguna gracia. Para por favor —le suplico.—De eso na
«¡CHÚPATE ESA CABRÓN!»La mirada de ese cerdo infiel es para sacarle una foto y llevarla a una exposición al más capullo.No contento con pasarle por la cara que su ex amante ha pasado página, sino que además paso el brazo por detrás de la cintura de Meghan y la atraigo hacia mí para darle un beso en la boca, y no un pico, no, sino un beso en toda regla.—¡Oh, que tiernos! Freddy, míralos y aprende —exclama su mujer—. Tal vez deberías aprender más de este chico tan apasionado.—Sí ya. Andrea, tenemos que irnos. Seguro que estos dos tortolitos quieren estar un rato a solas —dice molesto. Se nota que está rabiando por dentro.—Claro, claro. Hacéis una pareja muy bonita. Algunas tienen mucha suerte —dice mientras se coge del brazo de su marido y sonríe.Los veo alejarse y cuando me doy la vuelta para mirar a Meghan está tiene una mueca en la cara.—¿A que ha venido eso
—¿¡QUÉ TE HA PASADO en la cara Josh!? —le pregunto y paso mis dedos por sus heridas.—No es nada. Ha sido en el gimnasio.—Parece que te ha pasado un camión por encima.Me coge la mano antes de que vuelva a pasar mis dedos por su cara y me mira a los ojos.—Siento mucho lo de antes. Me refiero a lo que ha pasado con Freddy esta mañana, no pretendía molestarte —se disculpa.—No es eso, me ha pillado por sorpresa y...—¿Y qué? —me pregunta al ver que no termino la frase.—¿Es que tú no lo notas?—Si noto, ¿el qué?Intento apartarlo pero me lo impide bloqueando mi cuerpo contra el suyo y la encimera, mi respiración se acelera y me falta el aire.—¿Qué es lo que tendría que notar, Meghan? —insiste.—Nada, déjalo, no tiene importancia.—Peque, dilo.—No puedo.
¡ESE DESGRACIADO QUIERE que lo mate! Está buscando que vaya y le parta la cara.—Me ha dicho que sino vuelvo con él hará que me despidan.—No puede hacer eso, solo intenta asustarte —le contesto.—Lo sé, pero eso no es todo. Le he dicho que no y dice que hablara con su mujer y le dirá la verdad. Ellos son una familia y podrían quitarme a mi bebé.«¡Menudo cabrón!».—¿De verdad crees que hará eso? ¿Descubrirá la verdad y le dirá que lleva dos años engañándola? Yo creo que no.—No estoy tan segura, su mujer no puede tener hijos y ésta sería una oportunidad de tener uno, aunque solo sea de su marido.—Yo me encargo.—¡No! Josh no hagas nada. Es gente muy poderosa —me dice cogiéndome del brazo y apretándolo. Está asustada de verdad.Definitivamente ese gilipollas quiere que lo mate.—De acuerdo, no haré nada —le digo pa