Stella se gira hacia su ahora esposo quien parece dormir plácidamente.—Bueno, al menos tú serás mejor compañero que tu primo —le dice y las máquinas comienzan a emitir un pitido como si estuvieran de acuerdo con lo que ella acaba de decir— Supongo que nunca lo sabremos.Minutos después, su atención vuelve a centrarse en la puerta, Robert entra y la cierra.—Tuve que pasar por seguridad para encontrarte, pero aquí estoy, tu caballero de brillante armadura.El interior de Stella se retuerce de asco cuando lo escucha hablar. No puede comprender con qué cara se aparece ahí diciéndole esas palabras después de tirarse a su media hermana.—Bueno, la verdad es que no necesito a un caballero de brillante armadura, no necesito ser salvada, yo puedo con esto sola.Ella quería decirle que lo sabía todo, quería gritarle todo lo que tenía por dentro, decirle que era un sinvergüenza, pero no podía hacerlo, no si quería atraparlos y hacer que su plan se fuera a la mierda.—Saldremos de esta, cariño,
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