PARIS: APARTAMENTO DE ISABELLA. —Amiga, disculpa que te llame a esta hora, pero me estoy muriendo. —Isabella, no me asustes, ¿qué te pasa? —Valentina lo ví. —¿A quién? ¿De qué me hablas? —De Máximo Valentina, lo ví. —Pero dónde lo viste, explícate, no estoy entendiendo nada y deja de llorar, que así menos te puedo entender, cálmate y luego me hablas, respira y tómate tu tiempo, estás respirando, ¿ya te sientes mejor? —Sí, ya me siento mejor, gracias, ahora puedo respirar mejor. —Okey, ahora sí, puedes explicarme, pero sin atropellarte, ¿dime dónde viste a Máximo? —Está aquí en París, vino con la novia. —¡Válgame Dios! ¿Él te vio? —Sí, nos encontramos en una discoteca. —¿ Qué hacías tú en una discoteca? Se supone que ayer, digo ayer porque allá en París es de madrugada, bueno ayer era tu exposición. —Sí, así es, después de la exposición Piero me invitó a una discoteca, allí se iba a encontrar con unos amigos que lle
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