Capítulo 14. Confesiones.
PARÍS: CASA DE PIERO. Ya es más de medianoche, casi todos están ebrios, yo sólo estoy pendiente de los movimientos de Isabella, la noto serena, no ha tomado mucho, apenas unas copas de vino. Por otro lado Piero está muy tomado, se acerca a Isabella y se la lleva al centro del salón para bailar, me doy cuenta que Isabella no está muy agusto, él la aprieta y no permite que ella se desate del abrazo, Piero intenta besarla, ella lo esquiva, la conozco bien, está molesta, le dice algo a Piero, pero él se ríe en forma burlona y la aprieta más a él. —No, esto es demasiado, esto no lo puedo permitir. Con pasos firmes voy decidido a quitarle a Isabella de los brazos a Piero, cuando Mía llega primero que yo hasta ellos. —Piero como dijo tu mamá, está fiesta es para compartir, qué te parece si intercambiamos de pareja, ven novio, baila con Isabella, yo voy a bailar con Piero. De forma rápida me toma la mano, toma la mano de Isabella y une las dos manos.
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