Noah se despierta con una deliciosa sensación, un calorcito a su costado derecho, un brazo que cruza por su abdomen y algo húmedo en su pecho…—¡Mierda! —salta de la cama asustado, limpiándose la baba del pecho y cuando Elena salta de la cama también, mirando a todos lados asustada, Noah se pasa las manos por la cara.Jamás, ¡NUNCA! Ha dormido con una mujer, porque la cama es para muchas cosas con una mujer. Así que sí, es de los corredores.—¿Qué te pasó? —pregunta ella pasándose las manos por los ojos en un gesto tan infantil que a Noah lo hace sonreír por la ternura que le provoca.—Es que… ¡pues me tenías babeado, niña! —Elena se pasa la mano por el rostro y se ríe, pero cuando recuerda dónde estaba su cara babeando a su amigo, se sonroja un poco. Sin embargo, luego de verlo nervioso, ella sólo entrecierra los ojos y se acerca a él.—A mí me huele que tú eres de los que corre, Noah Cummings… y antes de recordar que estabas conmigo, saltaste de la cama para escapar —él le saca la l
Leer más