Los diez días que Noah pasó fuera de Londres se le hicieron como un mes, sobre todo porque no consiguió hablar mucho con Elena y el estado de su amiga es una constante preocupación en su vida. Él, que jamás se preocupó de más, ahora no deja de pensar en cómo está su Chiquita.Por eso, aquel vuelo de regreso se le vuelve eterno, aunque sólo son unas pocas horas desde Alemania y, cuando al fin el avión aterriza en la ciudad, se va directo a su departamento, porque por la hora ya Elena debería estar allí. El auto para él avanza lento, le pide varias veces al chofer que vaya más rápido, pero sencillamente no se puede porque es la hora de más congestión.—Juro que compraré una casa lejos de toda esta gente y que me demore lo menos posible en llegar —regaña solo en el asiento trasero.Lo úni
Elena ve al hombre tirado en el piso tocándose el pómulo en donde el puño de Noah ha impactado, luego fija la mirada en su amigo y lo ve completamente furioso, fuera de sí, con el pecho subiendo y bajando por la rabia, mientras una mano poderosa permanece a la altura de su vientre.Rápidamente el dueño del local se acerca a ellos y mira a Noah con rabia.—¡No voy a tolerar este tipo de situaciones en mi bar, este es un lugar tranquilo y no voy a dejar…!—¡¿Acaso me vas a decir que vas a permitir que un ebrio toqueteé a tus trabajadoras?!—Por supuesto que no, pero tampoco voy a permitir que se forme una pelea por eso, así que los dos se me van de aquí —el jefe de Elena se gira hacia ella y le pregunta con seriedad—. ¿Por qué no me dijiste que tenías un marido tan celoso? De haber sabido, nunca te habría dejado trabajar aquí.—Porque no lo tengo —Noah la mira como si tuviera dos cabezas y ella frunce el ceño para regañarlo—. Él sólo es mi amigo, me ayudó en el peor momento de mi vida y
Elena se queda mirando a Noah con los ojos muy abiertos, pensando en cómo tomar aquellas palabras, porque aunque está sintiendo un estremecimiento diferente estando cerca de él, sabe que las ilusiones no son un lujo para ella, no siendo una madre soltera.Por más que su corazón le palpite con fuerza y quiera dejarse llevar por lo que su instinto le dice, su cabeza ahora manda mucho más que antes.«Y así debió ser en Brasil», piensa con amargura, pero ahora no es momento para filosofar. Se aclara la garganta, pasa por el lado de Noah y se va al cuarto para quitarse el suéter, aunque para ser honestos… no esperó que él la siguiera.—¿No tienes nada que decirme? —le dice con voz ronca, Elena se asusta y tropieza con las pantuflas, Noah la sostiene enseguida y cuando ella lo ve a los ojos, ve algo muy diferente a lo que había antes.—¿Qué quieres que te diga? —pregunta con un susurro nervioso.—Lo que piensas, siempre ha sido así, ¿no? —están demasiado cerca, si ella se incorpora seguro q
Elena se queda sorprendida de la aparición tan repentina de su hermano, especialmente porque no le dijo que llegaría a la ciudad y por lo visto, es obvio que sus padres ya lo envenenaron.—¡¿Cómo te atreviste a tocar a mi hermana?! —le grita enfurecido y caminando hacia Noah.—¡Santiago, no…! —intenta decir Elena, pero su hermano sólo le estampa un puñetazo a Noah, mandándolo sobre la mesa de la sala, mientras ella se lleva las manos a la boca para ahogar un grito—. ¡No lo golpees!—¡No lo defiendas! ¡Él se aprovechó de ti, ¿no lo ves?! —Elena se lanza sobre Noah para verle el golpe que le ha roto el labio.—¡¡Nadie se aprovechó de mí!! —le grita ella histérica y furiosa—. ¡Sólo me abrí de piernas, me volví una puta en
Noah mira a Santiago esperando su respuesta, pero este sólo lo mira con una expresión divertida. Se pone de pie para ir por el plato de galletas y luego vuelve a sentarse para ver a Noah unos segundos más, hasta que este no aguanta y le dice.—¿No vas a decirme nada?—Sí, primero déjame endulzarme un poco o las palabras que saldrán de mi boca puede ser peores que el putazo que te di.—Sé que estás molesto, pero…—No estoy molesto, en realidad estoy feliz de que al fin reconozcas lo que sientes por mi hermana… —Noah lo mira sin comprender y Santiago muerde una galleta—. Pero eso no quita que eres un idiota que dejó pasar mucho tiempo para aceptar lo que sientes, ahora ella está embarazada de otro y no sé cómo vas a lidiar con eso.—¿Cómo que “cómo voy a lidiar con eso”? ¡Pues como lo he hecho hasta ahora! Haciéndome cargo de ella, cuidándola, dándole todas las atenciones que necesita, comprarle una casa para que se vaya los fines de semana a descansar y arrodillarme frente a ella para
Aquella noche, Elena al fin puede descansar como Dios manda, saber que su hermano ya conoce toda la verdad de lo que había ocurrido en su vida y de cómo había quedado embarazada, le da una tranquilidad mucho mayor.Por eso, cuando se despierta feliz y sale de la cama con el ánimo de hacer algo divertido aquel día, lo último que espera al abrir la cortina es mirar abajo y encontrarse que frente al edificio está estacionado el auto de Noah.—Y me dicen terca a mí…Elena coge su bata y se coloca las pantuflas, para luego dejar el departamento y bajar a enfrentar a ese hombre. Al acercarse al auto, llama a la ventana y el vidrio tintado se baja lentamente en donde ve el rostro completamente somnoliento de Noah.—Buenos días, Chiquita.—¿Noah, que se supone que estás haciendo aquí?—No te vi muy bien anoche y decidí quedarme aquí por si te sucedía algo y necesitabas mi ayuda.—Estás loco, ¿lo sabías? —Elena niega con la cabeza y le abre la puerta del auto—. Ven, te invito un café y luego t
Después de haber pasado casi todo un día con ella, Noah decide darle espacio a Elena para no abrumarla, porque lo último que desea es que ella se sienta acosada por él. Quiere demostrarle interés, pero no demasiado para que no lo vea como un acosador.Y ya que ni Santiago ni Noah la llaman por teléfono, Elena decide salir a caminar, esta vez con la intención de entrar a alguna tienda y comprarle algo a su bebé. Desistió de hacerlo el día anterior porque quiere hacerlo sola y sabe que, si lo hubiese hecho con su hermano, este no hubiese dudado en comprarle media tienda.Pero, sobre todo, sólo cosas para niña.Al entrar a una tienda departamental comienza a recorrer distintos lugares y llega a una tienda que se especializa en bebés y maternidad. Al entrar se queda maravillada con todas las cosas que hay, no sólo para su pequeño, sino también para ella.Una mujer bastante amable, se acerca a ella y le pregunta si necesita algo. Elena, con cierta timidez, le dice que es madre primeriza y
Luego de aquel encuentro con el amigo de Henry, Elena no puede salir a la calle sin mirar por encima del hombro, como si fuera una fugitiva de la justicia. Al llegar a la universidad se encuentra con la sorpresa de que uno de los salones en donde tendrá clases tiene problemas eléctricos y se ha cancelado.Bosteza porque se despertó temprano para estar en la clase y por la noche no durmió bien pensando en que un día el amigo de Henry o este mismo puede presentarse delante de ella pidiendo más explicaciones acerca de su embarazo.Un mensaje de Noah le llega, diciéndole que la espera en la oficina luego de que salga de clases y que por supuesto un chofer la estará esperando para el traslado. Con un suspiro se dirige a la cafetería, en donde se sienta sola en un rincón con un chocolate con malvaviscos.Se pierde mirando a la nada haciendo la hora para la siguiente hora, cuando de pro