Aquella noche Noah se acomoda en el nuevo sofá, en el que pueden caber dos personas fácilmente, con su manera, las almohadas y un par de chucherías para comer mientras ve un partido de rugby.Elena está en el cuarto leyendo algo de las materias desde la plataforma de la universidad desde la laptop que le ha pasado y cuando se dispone a instalarse por fin, escucha el grito de Elena que lo hace saltarse el sofá en dos segundos.—¡¿Qué pasó, Chiquita?! —dice llegando a ella y mirando lo que Elena tiene frente a sus ojos—. OK… Esto no es mío…—¡No me mientas, Noah! ¡¡Es tu ordenador personal!!—¡Sí, pero yo no veo estas página para adultos! ¿Para qué querría verlas?—¡Pues no sé! ¡Para aprender nuevas posiciones, sacar ideas…! —Noah
En cuanto llega al departamento, mete la caja en un lugar donde no estorbe y se da cuenta que en ese departamento de Noah no tiene realmente un espacio. Se pasa las manos por el cabello, mira a todos lados y respira profundamente, porque debe hacer algo rápido para no perder la carrera… pero también para buscarse un lugar dónde vivir, porque puede que su amigo la ayude en un momento como este, pero eso no quiere decir que se aprovechará de él.—Por el momento, es mejor que coma decentemente…Rebusca en la cocina comida, pero no encuentra nada. Mira en su bolso si tiene algo de dinero, pero lo que le queda está justo para el autobús, así que no le queda más remedio que usar ese as bajo la manga que no le gusta, pero es eso o no comer.Antes le habría dado lo mismo, sin embargo, ahora no es sólo ella.Toma su teléfono y le marca a su hermano, quien le responde de inmediato.“¡Hermanita! Que bueno que me llamas, he sido un ingrato contigo, pero te prometo que lo compensaré con un hermoso
Los diez días que Noah pasó fuera de Londres se le hicieron como un mes, sobre todo porque no consiguió hablar mucho con Elena y el estado de su amiga es una constante preocupación en su vida. Él, que jamás se preocupó de más, ahora no deja de pensar en cómo está su Chiquita.Por eso, aquel vuelo de regreso se le vuelve eterno, aunque sólo son unas pocas horas desde Alemania y, cuando al fin el avión aterriza en la ciudad, se va directo a su departamento, porque por la hora ya Elena debería estar allí. El auto para él avanza lento, le pide varias veces al chofer que vaya más rápido, pero sencillamente no se puede porque es la hora de más congestión.—Juro que compraré una casa lejos de toda esta gente y que me demore lo menos posible en llegar —regaña solo en el asiento trasero.Lo úni
Elena ve al hombre tirado en el piso tocándose el pómulo en donde el puño de Noah ha impactado, luego fija la mirada en su amigo y lo ve completamente furioso, fuera de sí, con el pecho subiendo y bajando por la rabia, mientras una mano poderosa permanece a la altura de su vientre.Rápidamente el dueño del local se acerca a ellos y mira a Noah con rabia.—¡No voy a tolerar este tipo de situaciones en mi bar, este es un lugar tranquilo y no voy a dejar…!—¡¿Acaso me vas a decir que vas a permitir que un ebrio toqueteé a tus trabajadoras?!—Por supuesto que no, pero tampoco voy a permitir que se forme una pelea por eso, así que los dos se me van de aquí —el jefe de Elena se gira hacia ella y le pregunta con seriedad—. ¿Por qué no me dijiste que tenías un marido tan celoso? De haber sabido, nunca te habría dejado trabajar aquí.—Porque no lo tengo —Noah la mira como si tuviera dos cabezas y ella frunce el ceño para regañarlo—. Él sólo es mi amigo, me ayudó en el peor momento de mi vida y
Elena se queda mirando a Noah con los ojos muy abiertos, pensando en cómo tomar aquellas palabras, porque aunque está sintiendo un estremecimiento diferente estando cerca de él, sabe que las ilusiones no son un lujo para ella, no siendo una madre soltera.Por más que su corazón le palpite con fuerza y quiera dejarse llevar por lo que su instinto le dice, su cabeza ahora manda mucho más que antes.«Y así debió ser en Brasil», piensa con amargura, pero ahora no es momento para filosofar. Se aclara la garganta, pasa por el lado de Noah y se va al cuarto para quitarse el suéter, aunque para ser honestos… no esperó que él la siguiera.—¿No tienes nada que decirme? —le dice con voz ronca, Elena se asusta y tropieza con las pantuflas, Noah la sostiene enseguida y cuando ella lo ve a los ojos, ve algo muy diferente a lo que había antes.—¿Qué quieres que te diga? —pregunta con un susurro nervioso.—Lo que piensas, siempre ha sido así, ¿no? —están demasiado cerca, si ella se incorpora seguro q
Elena se queda sorprendida de la aparición tan repentina de su hermano, especialmente porque no le dijo que llegaría a la ciudad y por lo visto, es obvio que sus padres ya lo envenenaron.—¡¿Cómo te atreviste a tocar a mi hermana?! —le grita enfurecido y caminando hacia Noah.—¡Santiago, no…! —intenta decir Elena, pero su hermano sólo le estampa un puñetazo a Noah, mandándolo sobre la mesa de la sala, mientras ella se lleva las manos a la boca para ahogar un grito—. ¡No lo golpees!—¡No lo defiendas! ¡Él se aprovechó de ti, ¿no lo ves?! —Elena se lanza sobre Noah para verle el golpe que le ha roto el labio.—¡¡Nadie se aprovechó de mí!! —le grita ella histérica y furiosa—. ¡Sólo me abrí de piernas, me volví una puta en
Elena, con cierta timidez ingresa a aquella farmacia y le pide al dependiente dos pruebas de embarazo. El hombre con una sonrisa se les entrega y al verla algo indecisa, le dice cuánto es lo que debe pagar por ellas. Con las manos temblorosas, Elena le entrega el dinero y antes de salir de allí se gira nuevamente y le pide tartamudeando un poco.—¿Po-podría prestarme s-su baño, p-por favor?—Sí, claro, pase por aquí —el hombre le indica por donde debe pasar y ella agradece.Una vez que pasa el seguro, mira aquellas cajas y lee atentamente las instrucciones, luego de seguirlas al pie de la letra se lava las manos y espera los minutos que señalan. En ese momento tiene tanto miedo de todo lo que pueda suceder, porque sabe que, si el resultado es positivo, su vida dará un giro totalmente incierto.Cuando el tiempo se cumple, se acerca a ver las pruebas y cae de rodillas en el suelo aterrada, su rostro entre sus manos y comienza a llorar desconsolada. Se abraza el cuerpo y se queda allí un
Para Noah despertarse ese día como siempre, solo en su cama y luego de haber tenido una noche de espectacular desahogo con una de esas mujeres que le encantan; lo hace meterse a la ducha para luego irse a la oficina a ser ese jefe serio e inclemente.Con las mujeres es indiferente.En cambio, en el mundo sólo hay dos personas que le sacan lo mejor y son sus mejores amigos, la única familia que tiene, Santiago y Elena Valencia.Tras atender algunas llamadas a primera hora, Noah se encierra en su oficina para revisar algunos de los proyectos y también para beber de su café. Luego de eso vuelve a gritar a algunas personas porque el trabajo está mal hecho y ordena que lo vuelvan a hacer.Para la hora de almuerzo, Noah se pone de pie y se va al mismo restaurante de todos los días. Mientras espera a que le lleven su comida, se dedica a atender los correos electrónicos que no ha podido revisar en la mañana por tanto trabajo. Tras devorarse una buena porción de comida, camina hacia la oficina