A Francisco se le puso el ojo claro al ver a Sabrina. Estaba enfundada en un largo vestido negro ajustado a la cintura, con una abertura lateral dejando ver sus largas y esbeltas piernas al caminar. Su cabello rizado sueldo al natural y sublimemente maquillada resaltando sus ojos y labios. Lucía encantadora.—¿Sabrina? —se dijo Francisco al verla entrar. Hernán la tenía al frente y, de inmediato, recordó lo sucedido la noche anterior. Sintió temor y reculó, alejándose. Pero Sabrina ni lo determinó, se fue directo a donde estaba Francisco., se le puso al frente y sin más demandó.—Devuélveme mi collar de jade. El hombre, aún entre asombrado y embobado ante la bella chica que ahora era su ex, atinó a preguntar —¿Qué collar de jade?Ella soltó una risotada sarcástica, ya tenía en mente que él no recordaría ese momento, ya que esa noche, al dárselo, él ni siquiera lo vio, lo puso en la mesa y ahí lo dejó. —El día de nuestro matrimonio, te regalé un collar de jade, ¿dónde lo ti
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