Capítulo 3
—¡Caramba, en serio es Sabrina!

Hernán terminó convenciéndose de que era Sabrina, no sin antes mirarla repetidas veces. —¡Que atrevida! Con tantos jóvenes atractivos.

Francisco la veía fijamente. Serio, frío, pensando en las fotografías entrando y saliendo de un hotel con Rahman y ahora aquí con esos jóvenes tan guapos.

¡Buena esa!

¡Tienes coraje, Sabrina!

...

Sabrina se estaba divirtiendo con los chicos cuando sintió una mirada sobre ella. Rodó sus ojos por el lugar buscando su procedencia, pero se encontró con la oscura y helada mirada de Francisco que iba caminando, entre toda la multitud, hacia ella.

La chica soltó una carcajada sarcástica al tenerlo al frente.

El hombre terminó de llenarse de ira y le espetó —Acabas de firmar el contrato de divorcio y ya estás coqueteando con otros hombres, ¿estabas tan insatisfecha?

El hombre no podía apartar los ojos de ella, aún le parecía increíble que la mujer que él tuvo a su lado por dos años, tan simple y común, fuese esta mujer, tan elegante y provocativa en ese vestido rojo, tacones altos y sutilmente maquillada.

Lucía espectacularmente hermosa y hasta con aires de arrogancia.

Francisco estaba petrificado y llenó de rabia al verla tan hermosa rodeada de esos jóvenes guapos y bien vistos.

Ella, risueña y divertida le dijo —La vida es corta y es obvio que debo disfrutarla todo el tiempo posible.

Francisco la miraba furioso.

Hernán al verla tan divertida con esos jóvenes le susurró a su amigo —¿Será que tu abandono la trastornó?

—¡Deja tus chistes! —le siseó Francisco.

Sabrina abrazó a los chicos a sus costados y explayó una sonrisa encantadora.

—Se siente mejor la compañía de estos jóvenes bellos y complacientes… ¿Entonces por qué dejarlos por un hijo de puta?

Hernán quedó asombrado.

¡¿Acaba de decir que Francisco es un hijo de puta?!

¿Esta es la Sabrina que conozco?

A Francisco, le iba subiendo el enfado con cada sonrisa de ella…

La mujer le dirigió una mirada retadora.

—¿El señor Herrara piensa que estoy equivocada?

Su exmarido era un hombre bello, de un rostro y cuerpo perfectos, masculino, y ferozmente atractivo. Siempre vestido acorde y elegante, por eso ella quiso a los más portados con ella. Para no sentir que le quedaban por debajo.

Aquel hombre la miraba ya con un brillo peligroso y fiera, pero…

Repentinamente un hombre obeso y ebrio caminó directo a Sabrina fanfarroneando —¡Esos hombres débiles no son Buenos para ti, hermosura! ¡Ven conmigo que yo si te sabré amar!

Así mismo, de un jalón, apartó a un joven del lado de la chica, pasó su asqueroso brazo sobre los hombres de ella y le dijo airadamente.

—Que linda eres, ¡ven, dame un beso!

Francisco desmesuró sus ojos y lleno de furia dio un paso adelante para intervenir cuando….

¡Paff! Una fuerte bofetada se oyó en el ambiente, la mano de Sabrina cruzó el rostro del hombre con una fuerza impensable.

El hombre ebrio chilló.

—¡Ah! —y cayó este sobre sus nalgas en el piso.

—¡¿Perra, como te atreves? —la insultó.

El hermoso y femenino vestido se vio movido rápidamente cuando una pierna que salió de él llegó con fuerzas al abdomen de aquél atrevido borracho y lo voló lejos de ella.

Tanto Francisco como Hernán, los dos quedaron sorprendidos por el movimiento de la chica.
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo