Darío echó un vistazo a las cosas puestas sobre la mesa, y aunque estaba un poco conmovido, siguió hablando: —No hace falta, gracias.—Usted es el abuelo de Sabrina. Es mi honor. —dijo Francisco.Darío se burló: —¡No lo quiero!—Abuelo. —Sabrina se abrazó al brazo de Darío.Al ver a su nieta, Darío se volvió más amable, diciendo: —Sabrina me dijo que tienes algo que decirme, dilo, ¿qué es?Francisco miró a Sabrina, luego se puso recto y habló con sinceridad: —Señor, en realidad vine hoy a proponerle matrimonio.Darío se puso rígido, «¿Qué?»Francisco continuó: —Sabrina y yo estamos enamorados y espero que me dé permiso para casarme con ella.Darío puso el café con fuerza sobre la mesa, —¡Ni en sueños!Estaba muy dedicido.Francisco se encontró con el enfado de Darío pero no tenía miedo, —Señor, soy sincero con Sabrina.Darío dijo fríamente: —¿Quieres casarte con Sabrina? ¡Imposible!Sabrina se puso molesta, —Abuelo, ¿cómo...?Darío la interrumpió, —Sabrina, ¿qué me prometi
Sabrina siempre se había preguntado por qué el abuelo tenía tantos problemas con Francisco.«No es una persona irrazonable, pero en este caso es tan terco.»Darío suspiró y cogió la mano de Sabrina, —Sabrina, lo hago por tu bien, no quiero que te arrepientas en el futuro.Sabrina negó con la cabeza, —Abuelo, lo que pasará en el futuro nadie lo puede saber, ¿cómo sabes que me arrepentiré definitivamente en el futuro? Sólo sé que si echo de menos a Francisco, no necesito esperar al futuro, me arrepentiré ahora.—¡Chica, ridícula! —Darío se enfadó tanto que quiso reñirla—. Ya que quieres saberlo, te lo diré.Sabrina se puso nerviosa al instante, —Sí.Darío dudó unos segundos y dijo: —Francisco es bueno, mejor que Martín, pero por desgracia es de la familia Herrera, hijo de Alonso. Sabrina, ¿sabes que los Herrera tienen enfermedades mentales hereditarias? Si te casas con él, en el futuro, tus hijos...Darío habló suspirando y moviendo la cabeza.«¿Cómo puedo aceptar que mi nieta se
—En cuanto a tu preocupación —Sabrina forzó una sonrisa—, no tendremos hijos.Darío miró a su nieta con pena, —¿Francisco lo sabe?Sabrina asintió, —Sí. Abuelo, hace un tiempo pasó algo...Sabrina le contó a su abuelo el atraco a un banco que ocurrió en Madrid hacía algún tiempo.Darío veía las noticias todos los días y sabía de ese incidente, sin embargo, cuando escuchó a Sabrina decir que ella estaba entre los rehenes secuestrados, se puso atónico, especialmente cuando la oyó decir que los ladrones le habían atado una bomba.—Abuelo, ese incidente me hizo ver mi corazón y lo que Francisco siente por mí, así que acepté su propuesta. —Sabrina no encontraba una razón para rechazar a alguien que la quería tanto.Darío miró a Sabrina con ojos complicados durante largo rato.Sabrina le rogó: —Abuelo, espero que nos des tu bendición.Darío acarició la cara de Sabrina, —Sabrina, quiero que seas feliz.«El tiempo vuela de verdad, en un santiamén, han pasado veinticuatro años. Sabrina
Al pensar en eso, Darío se puso molesto.—Por aquel entonces, por tu familia, toda mi familia se traladó aquí.Francisco miró fijamente a Darío con expresión solemne, pensó un momento y habló: —He oído que la abuela de Sabrina y mi abuelo se llevaron bien cuando eran jóvenes.Al mencionar a su difunta esposa, Darío se desencajó, se burló, —Sí. Julia y tu abuelo fueron íntimos desde la infancia. ¡Si no fuera por mi apariencia, Julia probablemente sería tu abuela!Julia fue la abuela de Sabrina, la mujer de Darío.Al final, entre las tres personas había una relación especial.Francisco frunció el ceño, —Señor, mis abuelos eran muy buenos.Darío se mofó, —¡Claro! Si no, no habrías tenido padre ni tíos.Francisco no dijo ni una palabra más.«Mis abuelos y la abuela de Sabrina están muertos y no tiene sentido mencionar sus historias.»Darío suspiró, tampoco quería seguir mencionando esas cosas, —Han pasado tantos años. Está bien no mencionarlo.En cuanto a la enemistad con la fam
—Reina, siempre estás tranquila, ¿por qué estás hoy tan extravagante?Sabrina lo miró y se sentó en el sofá, —No sé qué va a decir a Francisco mi abuelo.Estaba un poco nerviosa.—Reina, si al final el señor sigue sin aprobar que Francisco y tú estén juntos, ¿le dejarás? —Paco preguntó.Antes de que Sabrina contestara, Francisco dijo: —¡No te preocupes!—Cariño —En cuanto Sabrina vio a Francisco, caminó rápidamente hacia él—. ¿Qué te dijo el abuelo? ¿Está de acuerdo con nuestro matrimonio?Francisco miró a Sabrina y le frotó la cabeza, —Sí.—¿De verdad? —Sabrina se animó y miró hacia arriba—. ¿Dónde está el abuelo?—Dijo que quería estar solo —Francisco le dio un beso—. Sabrina, es hora de que hablemos de la boda.—Bien.La boda de Sabrina y Francisco estaba prevista para el 28 de diciembre, tres meses después, en la finca privada de Madrid de Francisco.Sabrina sentía que el tiempo es un poco apresurado, miedo de que fuera demasiado tarde para prepararse, pero Francisco no
—Divorciémonos.—Te daré cuatro millones de dólares que con eso vivirás bien. —¡Ahora Firma y vete de aquí de inmediato!Luego de un matrimonio de dos años, Sabrina Suárez no podía creer que la primera vez que Francisco Herrera la buscara fuera para divorciarse.—Fran, ¿Cuál es la razón del divorcio? ¿Hice algo mal? Puedo ...—Encontré a Steffy —la cortó con frialdad.Sabrina quedó asombrada, ¿Steffy?—¿Pero Sofi había dicho que… ella ya había fallecido...—¡Ya basta! — El hombre, furioso, levantó la voz.¡Él no podía soportar que alguien hablara mal sobre ella!Sabrina apretó los labios, su corazón había sido apuñalado, le dolía tanto que le costaba respirar.Ella siempre sabía que él nunca la ha sacado de su corazón… Durante estos años, le dio la vuelta al mundo buscándola, y hasta se tatuó su nombre en el pecho. Francisco realmente la amaba… Al igual que ella lo amaba a él. —Fran, no quiero divorciarme. No nos divorciemos, ¿vale? Te amo ...Dos años antes, Francis
Francisco pego un puñetazo a la mesa, su expresión estaba llena de ira.Que mujer tan desagradable.¡Con razón que no quiso el dinero que le dio, se ve que ya está junto a otro hombre!Al enterarse que Sabrina andaba con otro hombre, estaba tan ardido que llamó a su amigo Hernán Moreno para tomarse unas copas....Madrid, una ciudad con vida nocturna.Sabrina miraba fijamente a los chicos guapos que estaban parados frente a ella y una sonrisa malvada apareció en su rostro.Rahman estaba en la habitación de arriba trabajando y para que no se aburriera esperando, ordenó a una docena de chicos guapos para que la acompañaran.—A ver hermanitos, ¿cuántos años tienen?— Preguntó la chica mientras movía la copa de vino.—Yo veintitrés años.—veintiún años.—Yo diecinueve.—...Sabrina estaba bien satisfecha al ver un grupo de chicos tiernos y guapos frente a ella.Claro, ella está en el lugar de diversión más caro de Madrid, indudablemente los chicos eran guapos, uno más que otro, ¡
—¡Caramba, en serio es Sabrina!Hernán terminó convenciéndose de que era Sabrina, no sin antes mirarla repetidas veces. —¡Que atrevida! Con tantos jóvenes atractivos.Francisco la veía fijamente. Serio, frío, pensando en las fotografías entrando y saliendo de un hotel con Rahman y ahora aquí con esos jóvenes tan guapos.¡Buena esa! ¡Tienes coraje, Sabrina!...Sabrina se estaba divirtiendo con los chicos cuando sintió una mirada sobre ella. Rodó sus ojos por el lugar buscando su procedencia, pero se encontró con la oscura y helada mirada de Francisco que iba caminando, entre toda la multitud, hacia ella. La chica soltó una carcajada sarcástica al tenerlo al frente.El hombre terminó de llenarse de ira y le espetó —Acabas de firmar el contrato de divorcio y ya estás coqueteando con otros hombres, ¿estabas tan insatisfecha? El hombre no podía apartar los ojos de ella, aún le parecía increíble que la mujer que él tuvo a su lado por dos años, tan simple y común, fuese esta muje