Amor a la Intensidad
Amor a la Intensidad
Por: Nobleza Anónima
Capitulo 1
—Divorciémonos.

—Te daré cuatro millones de dólares que con eso vivirás bien.

—¡Ahora Firma y vete de aquí de inmediato!

Luego de un matrimonio de dos años, Sabrina Suárez no podía creer que la primera vez que Francisco Herrera la buscara fuera para divorciarse.

—Fran, ¿Cuál es la razón del divorcio? ¿Hice algo mal? Puedo ...

—Encontré a Steffy —la cortó con frialdad.

Sabrina quedó asombrada, ¿Steffy?

—¿Pero Sofi había dicho que… ella ya había fallecido...

—¡Ya basta! — El hombre, furioso, levantó la voz.

¡Él no podía soportar que alguien hablara mal sobre ella!

Sabrina apretó los labios, su corazón había sido apuñalado, le dolía tanto que le costaba respirar.

Ella siempre sabía que él nunca la ha sacado de su corazón…

Durante estos años, le dio la vuelta al mundo buscándola, y hasta se tatuó su nombre en el pecho. Francisco realmente la amaba… Al igual que ella lo amaba a él.

—Fran, no quiero divorciarme. No nos divorciemos, ¿vale? Te amo ...

Dos años antes, Francisco la rescató cuando ella cayó de un acantilado.Al abrir los ojos lo primero que vio fue a él, desde ese instante quedó enamorada.

Él, mirándola con desdén le soltó —¡Sabrina, tú no me gustas!

La chica dolida dejó caer sus lágrimas.

A pesar de su amor, ella no era quien ocupaba su corazón.

Ella sabía que desde el principio en su corazón solo estaba Steffy.

—Señor Herrera, el helicóptero ya está listo.

Leandro Samuel, el asistente del hombre, entró apurado a avisar.

Francisco dio un vistazo al contrato de divorcio sobre la mesa y como obligado dijo —¡Fírmalo y vete de aquí de inmediato! — dijo y salió apresurado.

—¡Fran!

La chica corrió hacia él y lo abrazó fuertemente —¡Por favor, te lo pido, no te vayas! ¡No me dejes sola!

El hombre, con mirada asesina, la tiró con todas sus fuerzas lejos de él y le espetó —¡Sal de aquí!

—¡Ah!

La chica cayó sin poder con nada y su frente se golpeó fuertemente contra el piso.

El hombre la miró con desdén y, sin darle importancia, subió al helicóptero, dejándola ahí tirada.

Después de haber estado buscando a Steffy durante cinco años ¡Por fin encontró noticia sobre ella!

Francisco ansioso apretó el anillo hecho de broncita y diamantes negros que llevaba en la mano, no podía esperar para verla.

Sabrina, se levantó despacio y se masajeó la frente con la mano, mientras miraba al helicóptero alejarse. La mirada triste que llevaba se transformó en odio.

—¡Puf! ¡Hijueputa! —siseó.

Ella entró en la habitación e inmediatamente firmó el contrato.

Luego tomó el teléfono y llamó.

—Hola ¿quién habla? —una voz masculina le respondió.

—Yo

—¿Tienes problemas mentales? ¿Cómo mierda sé quién eres tú?

La mujer levantó una ceja y dijo:—¿Ya ni mi voz reconoces Rahman Emiel?

El hombre guardó silencio un momento y repentinamente gritó:—¡Sabri!

—¡Correcto! —exclamó ella.

Al escuchar su respuesta, el hombre con amargura dijo: —Llevas desaparecida dos años y ni un mensaje. Deduje que te habías ido con otro hombre.

—Te mandé la ubicación al celular, ¡Ven a buscarme!

......

A la mañana siguiente.

Sabrina, al salir de la mansión, un Ferrari, decorado con diamantes, se le acercó.

De él, un atractivo hombre de ojos azules y cabellos rubios bajó y la abrazó.

—¡Baby!

La chica, con indiferencia lo apartó, abrió el auto y subió.

Rahman pateó el piso y exclamó: —¡Qué mujer tan insensible! Viaje toda la noche desde Inglaterra para buscarte ¡¿y te portas así?!

—¡Deja de tontear! —le dijo seria.

Rahman se quejaba mientras entraba al auto. —¡No quiero, yo soy muy cariñoso…

Sabrina no quería perder el tiempo discutiendo, así que le dijo —Vámonos ya.

Ella no debería estar allí, no pertenecía a ese sitio, a esas personas. Así como Francisco no le pertenecía a ella.

Ya soportó demasiada injusticia. Debería aprovechar que recuperó sus recuerdos y averiguar quién intent acabar con ella.

Dos días después.

Francisco volvió a la mansión. Cansado, se encerró en su habitación.

La mujer no era Steffy, todo fue en vano. Estaba desilusionado por completo.

El sirviente tocó y entró para entregarle el documento de divorcio.

—Sr. Herrera, la señora ya firmó el contrato y se fue. No se llevó nada, ni si quiera la tarjeta bancaria que le dio.

Francisco frunció el ceño.

¿Qué quiere entonces? ¿Irse sin nada? Esa mujer débil y llorona, incapaz de hacer nada. Se morirá de hambre en la calle.

—¡Hum! —tarareó.

Esa está fingiendo para dar lástima y ganar mi compasión.

El hombre se volvió y ordenó: —Anda de inmediato y completa el divorcio, no vaya a ser que luego se arrepienta.

Apenas cuando el sirviente se retiró, su asistente Leandro entró a la habitación —Sr. Herrera, la Sra. Herrera….

El hombre frunció las cejas —¿Volvió?

¡ Ya sabía que no se divorciaría tan fácilmente!

Leandro dijo —No. Los medios han sacado una foto de ella con Rahman, el hijo menor de la familia más rica de Inglaterra, la familia Emiel, entrando y saliendo del hotel y encima no salieron durante toda la noche.

El hombre apretó la mandíbula furioso.

¿Cómo Sabrina va a conocer a Rahman?

¿Y encima entraron al hotel y no salieron durante toda la noche?

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