A Francisco se le puso el ojo claro al ver a Sabrina. Estaba enfundada en un largo vestido negro ajustado a la cintura, con una abertura lateral dejando ver sus largas y esbeltas piernas al caminar. Su cabello rizado sueldo al natural y sublimemente maquillada resaltando sus ojos y labios. Lucía encantadora.—¿Sabrina? —se dijo Francisco al verla entrar. Hernán la tenía al frente y, de inmediato, recordó lo sucedido la noche anterior. Sintió temor y reculó, alejándose. Pero Sabrina ni lo determinó, se fue directo a donde estaba Francisco., se le puso al frente y sin más demandó.—Devuélveme mi collar de jade. El hombre, aún entre asombrado y embobado ante la bella chica que ahora era su ex, atinó a preguntar —¿Qué collar de jade?Ella soltó una risotada sarcástica, ya tenía en mente que él no recordaría ese momento, ya que esa noche, al dárselo, él ni siquiera lo vio, lo puso en la mesa y ahí lo dejó. —El día de nuestro matrimonio, te regalé un collar de jade, ¿dónde lo ti
Belén no se esperaba que la modosita y obediente Sabrina le hablara así. Se molestó y le soltó:—Sabrina, eres una descarada, ya Fran y tú están divorciados, ¿cuál es la razón de que lo sigas molestando? Esta puta vino así vestida y arreglada seguramente para provocar a Fran… Sabrina soltó una risa irónica—: Señorita Tiburcio, solo para que entienda le digo esto: él y yo aún no tenemos el certificado de divorcio, así seguimos legalmente casado. La mujercita aún carcomida se le acercó apresurada y señalándola le dijo:—¿Y eso qué? Aunque sean marido y mujer legalmente, la única que ama aquí eres tú, porque Fran no siente nada por ti.—No importa a quién ama. Lo único importante es que si yo no me divorcio, siempre seré la legítima esposa de Francisco, la Sra. Herrera.Belén quería arrancarle los ojos y del hermoso rostro —¡Conozco a muchas como tú… No quieres darle el divorcio porque solo quieres su dinero, ¿verdad? —La mujer ardida sacó un cheque de su bolso y se tiró en la c
Francisco desde que nació nunca nadie se atrevió a volcarle el café en la cara. Esta era la primera vez.—¿Ya no quieres vivir más? —Le espetó el hombre con el rostro enrojecido de la ira.—Jajaja—soltó una risa sarcástica.Ni ante Francisco con mirada de asesino, Sabrina se acobardó.—¡Solo inténtalo! ¡Te volaré los dientes!—No creas no me atreveré a darle una lección, solo porque Rahman está a tu lado.Sabrina levantó sus cejas, ¡Por Dios, si era ella la que siempre estaba ayudando a Rahman!—¿Estás celoso de que tenga a alguien que me cuida?!Francisco se quedó paralizado.Ni siquiera le gusta, ¿Cómo es que va a estar celoso?¡Solo estaba enojado! —Sabrina —le dijo con frialdad —¡Si estás tratando de llamar mi atención, te digo de una vez que lo deje!Sabrina blanqueó los ojos —¡Qué estupidez!!«¡Que creído!»¿En serio se cree oro y qué todos lo codician?Sabrina sintió que por cada minuto que lo tenía al frente más quería matarlo… Así que se dio la vuelta y salió
Lejos de la ciudad, en la villa Marvel.Sofía estaba en el sofá, atadas las manos y pegada la boca con cinta. Dos hombres la vigilaban. El líder colgó el teléfono y ordenó:—Suelten a la señorita Herrera.Al soltarle, Sofía se quitó la cinta y se levantó rápidamente.—Mateo Pérez ¿qué te pasa? ¿Cómo te atreves a secuestrarme? Las familias más poderosas de la ciudad: Herrera, y Pérez y García.Los Pérez, a pesar de no llevarse bien con los Herrera, aún se contactan. —Señorita Herrera, no le haremos nada. Solo queremos que Sabrina venga. El corazón de Sofia perdió un latido, recién se enteró de que su excuñada había lastimado la cara de Belén Tiburcio y también le torció una mano.Sofía sintió que se moría, se acaba de enterar que su excuñada le lastimó la cara y le torció también la mano a Belén Tiburcio. Mateo Pérez es el enamorado de ella, así que la uso para traer a Sabrina y vengarse de ella. No podía permitir que Sabri venga. Sofía intentó tomar el teléfono, pero
Sofía preocupada por Sabrina, pero la vio pateando a un guardaespaldas y darle un palazo a otro en la cabeza, dejándolos en el piso, ¡ni pudieron chillar!Mateo comenzó a gritar al ver a sus guardaespaldas caídos. —Seguridad, ¡Vengan aquí! Sabrina, se acomodó ágilmente el cabello y, con sarcasmo, le dijo a Mateó:—Si quieres que entre alguno, ¡olvídalo, están durmiendo!Mateo respiró profundo, incrédulo…Sus hombres eran profesionales…¿Cómo logró vencerlos?¡No aguantaron ni si quiera diez minutos!¡Es tan buena peleando!¿No era que era una debilucha?¡Está seguro es un tigre que finge ser un conejo!Sabrina, con frialdad le dijo a Mateo:—¿Cómo te atreves a tocar a mi protegida?¿No conoces el dolor?Mateo estaba tieso, la mirada de Sabrina y lo que ella transmitía lo dejó sin aire.«¡No, no me puedo acojona!»Si Mateo no toma venganza por Belén ¿Cómo podrá verle la cara después?«¡Mierda! ¡Es solo una mujercita! ¿Cómo le voy a temer?»Mateo levantó el mentón y
—¡Ahhhhh!Sofía corrió hasta Sabrina y le tomó la mano.—¿Estás bien? —Tranquila —dijo Sabrina—, no me paso nada. —Sabri, a Mateo lo...? —Sofía pasó su dedo por el cuello.—No, hoy no lo maté.No quiso ensuciar sus manos. Sofía siguió a Sabrina e iba viendo hombres tirados por doquier.《¡Oh, estos... ¡los derribó Sabri!》, pensó mientras llevaba una mano a la boca.—Sabrí, ¿cómo quieres que te agradezca? Haré lo que quieras para elogiarte. Cuando salieron a la calle y Sabrina iba a responder, inesperadamente vio un Maybach negro y un Bentley plateado que venían camino a ellas.—¡Es mi hermano!Sofía reconoció el auto de su hermano y llamó su atención para ser vista. —¡Fran, estoy aquí!Los autos pararon frente a ellas, Del Maybach bajó un hombre alto, elegante y peligrosamente atractivo que se dirigió a Sofía. Era su hermano.Francisco constató que su hermana ya no estaba en peligro, entonces se dirigió a Sabrina.—¿Y tú qué haces acá? —le preguntó mientras echaba un
Sofía, extrañada, miró a Francisco.«Él fue quien la obligó a divorciarse y ahora parece él, el abandonado. ¡Es realmente desconcertante!»Sabrina blanqueó los ojos, no quiso seguir en la discusión, así que dijo:—Sí el señor Pérez quiere vengarse por su hermano, lo estaré esperando— y sonriendo agregó—.. ¡Solo espero que qué para la próxima traiga más gente!«¡Que arrogante!» Pensó Martín mientras veía el auto rojo desaparecer de su vista.Martin frunció las cejas, ¡Esta mujer es demasiada arrogante!Al terminar sus palabras, Sabrina se subió a su auto deportivo rojo, pisó el acelerador, y el auto se fue casi volando. —Sabri...Sofía estaba que daba saltos.—Fran, no sabes… Sabri se portó demasiado linda. Ella sola pudo derribarlos a todos. Francisco solo seguía con el rostro cerrado y la mirada enigmática viendo en dirección a donde se fue la chica.Martin Pérez, recordó la mirada encantadora de Sabrina, también su arrogancia, y que ella le cortó el dedo a su hermano… Ad
Sabrina no podía aceptar la realidad.Cuando quiso hacerle una llamada telefónica a su abuelo, vio que en la pantalla saltó una noticia.Noticiero: [Melisa Suarez, la dama más famosa de Barcelona, fijó la fecha de matrimonio con Joaquín Díaz, el hijo mayor de la familia Diaz.]Debajo del titular estaba la imagen de los novios. Al verla, Sabrina se quedó tiesa. Era su novio con quien se iba a casar su prima Melisa, el mismo con quien ella se comprometió hace cinco años. Pero… ¿Cómo es qué se van a casar?¿Creen que ella está muerta?Sabrina de inmediato se puso a investigar lo sucedido durante sus dos años de ausencia y encontró dos cosas:Primero, La familia Suárez anunció públicamente su muerte y celebraron un funeral.Y segundo, que don Darío Suárez, el abuelo de Sabrina y quien controlaba las empresas y el dinero familiar, sufría de apoplejía, producto de tanta tristeza después de haberla perdido. y estaba en estado vegetal.El abuelo era el único que sabía de sus capacidade