Todos los capítulos de Karma en el Amor (Amores que Renuevan 11): Capítulo 21 - Capítulo 30
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Capítulo 21: Más celos
No estoy tranquilo, siento que algo está pasando con Isabella y eso no me ha dejado concentrarme en toda la mañana.«Claro que está pasando, está con Fabio y ya sabes cómo es tu hermano», le hago caso a mi consciencia y decido que es momento de llamarla. Se demora en responder, pero al menos lo hace.—Hola, Isabella, ¿cómo estás?—Muy… ocupada —me responde jadeando y doy un respingo en mi asiento. Salto de allí y salgo de la oficina mientras sigo hablando con ella.—¿Ah sí? ¿Y qué haces? ¿Ejercicio?—No… estoy tratando de cerrar una maleta, pero no hay caso.—¿Y Fabio no te ayuda?—No ha llegado —la oigo suspirar—, lo estuve llamando, pero no me responde, lo malo es que tengo menos de una hora para dejar el cuarto y esto es lo único que me falta.—Yo voy.—Pero…—Yo voy, es más, ya estoy caminando al ascensor —mentira, estoy a punto de llegar al primer piso.—Gracias. Te espero entonces.Debo admitir que estaba pensando algo muy distinto de lo que estaba pasando en realidad, pero al m
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Capítulo 22: Un pervertido
Estamos terminando una reunión de coordinación con Agustín y Ángello en las inmediaciones de Cavalcanti Moda, lo cierto es que nuestros números son excelentes y lo que tenemos programado para el futuro es estupendo.—Lorenzo, en verdad cada vez me sorprendo más —Agustín deja una carpeta en la mesa y sonríe satisfecho—. Cuando dijiste que tú te harías cargo de esta empresa, no creí que duraras tanto ni mucho menos que lo hicieras tan bien.—Lo más importante es que pides consejo —dice Ángello con una amplia sonrisa.—Yo no estudié para esto, pero me gusta.—¿Y tu talento? —me pregunta Ángello preocupado.—Escondido de momento, en mi departamento, quién sabe si alguna vez haré alguna exposición. Pero no crean que por llevar la empresa no hago lo que me gusta, es una de las exigencias de mi madre.Los dos se ríen y me dicen que así es ella, preocupada de todos, marcando el orden y alentando a todos a que hagan lo que aman, no lo que piensan es lo mejor para los demás. Es cierto que yo es
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Capítulo 23: Sólo una travesura
Con las ganas de verla, pero seguro de que ella no quiere verme, llamo a la casa para saber si está y mi madre me dice que ha salido con Helen.—Iré a verlos entonces, necesito ayuda con algo y quiero buscar algo que se me quedó en mi cuarto.—Le diré a tu padre, estará contento.Corto la llamada, dejo salir un suspiro y decido ir ahora, para tratar de estar lo menos posible. Parece tonto, porque es la casa de mis padres, pero no voy a incomodar a Isabella si no quiere verme.Durante el trayecto trato de recordar un regalo que tengo guardado en su caja original, espero que mi madre no mandara a ordenar y guardar mis cosas, como lo hizo con Alex, porque eso me tomará mucho más tiempo del que tengo previsto para sacarlo.Al llegar entro a la casa y mi padre se acerca a darme un fuerte abrazo. Me quedo allí unos segundos porque estar entre sus brazos es una de las cosas que ahora más valoro, porque él mismo ha perdido a su padre y veo lo mucho que le hace faltan esos abrazos.Veinticuatr
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Capítulo 24: La fiera y la gatita
Estoy sentado frente a mi escritorio con un documento en frente, revisando algunas de las nuevas propuestas para los diseños de varios de los insumos. Estamos evaluando la posibilidad de incorporar dentro de nuestro catálogo productos con materiales un poco más económicos y sencillos para aquellos que realizan manualidades más simples.De esta manera podríamos captar a aquellos clientes que no requieren de elementos tan elaborados y de magnífica calidad como los que hemos realizado hasta ahora.Mi cabeza está apoyada en mi mano libre y en mi boca, jugueteo con un lápiz de grafito. Sí, realmente estoy aburrido, quisiera estar en casa, pintando aquí el cuadro que se me ha venido a la mente y cuyo boceto está en mi tablet, pero no puedo sacarme del trabajo porque estamos en una etapa de mejoramiento e innovación crítica.—¿Estoy en la oficina de Insumos Manterola o en la escuela? —levanto la mirada y frente a mí veo parada a Isabella. Me pongo de pie como si tuviese un resorte de la sill
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Capítulo 25: Una loca al acecho
Alguna vez mi padre me enseñó que muchas veces, cuando queremos un lienzo más grande, tenemos que hacerlo nosotros mismos. Lo que no sabía es que esa enseñanza me serviría no sólo para mis pinturas, sino que también para mi vida.Pero por ahora lo estoy usando de manera literal.Me aparto del marco que acabo de crear y veo satisfecho que los bordes han quedado perfectos, alineados y listos para colocar la tela. Tengo una idea en la cabeza y para eso necesito un lienzo grande que no encontraré en las tiendas a menos que las pida y el traslado será un problema, por lo que he confeccionado uno de dos metros de ancho por tres metros de largo.Me siento satisfecho, he logrado todo esto durante la mañana de mi sábado. Pero ahora mismo estoy sintiendo un poco de hambre, así que decido ponerme de pie, ir a cambiarme, darme una buena ducha y salir a comer afuera.Tengo en mente el restaurante donde nuestros padres nos llevaban cuando éramos pequeños, se me hace bastante especial y decido ir al
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Capítulo 26: Charla sincera entre hermanos
Melike me mira con los ojos abiertos, sin poder creer lo que acabo de hacer, mientras que yo la miro con mi sonrisa de satisfacción porque sé que le he dado un golpe bajo y el estoy dejando claro que esta vez no me voy a dejar manipular ni mucho menos voy a dejar que ella vuelva a jugar conmigo.—¿Qué demonios estás haciendo? —me dice con los dientes apretados.—Estoy haciendo lo que cualquier hombre decente debería hacer —le respondo sin apartar el teléfono de mi oído, porque sé que él está escuchando—. Ya jugaste con los dos hace ocho años y no te voy a permitir que vuelvas a hacerlo. Yo ya no soy joven y no estoy para estarme recuperando de las idioteces que mujeres como tú dejan en mi vida.—Señor Castelli —me dice Serkam—, ¿mi esposa está frente a usted?—Sí, así es. Se ha aparecido en un restaurante donde viene almorzar tranquilamente y solo. La verdad, no sé si me está siguiendo o si fue una casualidad. Sin embargo, me dijo que salió a comer porque usted no está en la ciudad y
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Capítulo 27: Una mínima oportunidad
Luego de la conversación con mi hermano, me he sentido un poco más relajado en cuanto a la situación con Isabella. Al menos sé que por parte de él no hay peligro de que mi chica pueda enamorarse porque él ha desistido completamente de intentarlo.Sin embargo, todavía quedan muchos hombres por ahí que podrían intentar conquistarla, muchos de ellos mejor que yo.Es viernes, he salido temprano de la empresa y voy de regreso a mi departamento para distraerme un poco, he decidido comprar una pizza en el camino, algunas gaseosas y otras cosas más. Pretendo no salir en todo el fin de semana porque estoy preparando lo que será un hito en mi vida.El otro día en una conversación con mi padre, le conté que tenía intenciones de probar con una exposición, pero que no estaba muy seguro. Él me respondió que no cometiera los mismos errores que ellos. Mi madre se tardó mucho tiempo en hacer una exposición, me motivó a que, si ya la tenía avanzada, que sólo lo hiciera.Por supuesto que desde entonces
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Capítulo 28: Una modelo loca
Veo la hora en mi reloj y ordeno todos los documentos que mantengo en el escritorio. Dejo cada uno en sus respectivas carpetas y salgo de allí dejándole instrucciones a la señora Elena antes de irme. Salgo con prisa porque hoy es la presentación del avance de la nueva colección de Cavalcanti Moda y como una tradición que se mantiene, toda la familia deberá estar presente.A la mitad del trayecto recibo la llamada de mi padre.—¿Hijo, ya vienes en camino?—Sí, me retrasé un poco, estaba entretenido con unos documentos y no vi la hora.—Bueno, ven con cuidado. Sólo faltan tú y Luca.—Creo que en unos quince minutos estaré por ahí.Cortamos la llamada y, de pronto en la radio comienza a sonar una canción que es bastante antigua, pero demasiado hermosa. En la medida que Jon Secada comienza a cantar Angel, pienso en cómo esa letra se ajusta un poco a lo que siento.—Puede ser que te haya olvidado… pero tu luz nunca se fue de mi vida.Minutos más tarde cruzo las puertas del edificio de Cava
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Capítulo 29: Un malentendido
Me encuentro en casa de mis padres porque mi madre me ha pedido que pinte un cuadro en su taller para poder instalarlo en la sala. Dice que hay demasiados cuadros de ella en casa y que necesita uno mío, al menos para que se sepa que los dos tenemos un excelente talento.Me paso la mano por la frente, tengo un poco de calor, por lo que decido ir por un vaso de agua a la cocina y camino tal cual como me encanta trabajar, sólo con mi pantalón de algodón, mi camiseta y descalzo. Me quito un mechón de cabello que se cae por mi rostro, pero vuelve a caerse.Tal vez es momento de pasar por la barbería para que lo recorten un poco.En casa no hay nadie, puesto que mi madre ha ido a visitar a Pía, mi padre está dando una clase particular a un joven que, según él, será una promesa de la pintura, y Helen se ha ido unos días al sur a ver a una hermana que le queda por allá, supongo que con Isabella. Abro la puerta de la nevera y saco una jarra de jugo, al girarme veo a Isabella entrando en la coc
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Capítulo 30: Una mujer insistente
Por más que he intentado de hablar con Isabella, no he conseguido hacerlo. Esta chiquilla está absolutamente escondida. De hecho, siguió a su madre hace cuatro días al sur con la excusa de ir a visitar a una tía que sé perfectamente que detesta, porque cuando era pequeña me lo dijo muchas veces.Estoy en mi oficina revisando algunos documentos y la impresión del nuevo catálogo, que por supuesto está a cargo ahora del señor Russo. La calidad de la fotografía y del papel es extremadamente sublime.A varios de los artículos les han dado un toque de relieve que los hace resaltar y casi es como si pudiesen tener el producto entre sus manos. Sin duda, esto llamará la atención del cliente.La señora Elena me pasa una llamada que recibo de mala gana porque sé de quien viene.—Lorenzo Castelli… ¿Cuánto tiempo sin saber de ti?—Exactamente un año, desde la última vez que me llamaste para exactamente lo mismo por lo cual lo haces ahora.—¡Sí sabes, hombre! La cena será esta noche.—No sé por qué
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