No estoy tranquilo, siento que algo está pasando con Isabella y eso no me ha dejado concentrarme en toda la mañana.«Claro que está pasando, está con Fabio y ya sabes cómo es tu hermano», le hago caso a mi consciencia y decido que es momento de llamarla. Se demora en responder, pero al menos lo hace.—Hola, Isabella, ¿cómo estás?—Muy… ocupada —me responde jadeando y doy un respingo en mi asiento. Salto de allí y salgo de la oficina mientras sigo hablando con ella.—¿Ah sí? ¿Y qué haces? ¿Ejercicio?—No… estoy tratando de cerrar una maleta, pero no hay caso.—¿Y Fabio no te ayuda?—No ha llegado —la oigo suspirar—, lo estuve llamando, pero no me responde, lo malo es que tengo menos de una hora para dejar el cuarto y esto es lo único que me falta.—Yo voy.—Pero…—Yo voy, es más, ya estoy caminando al ascensor —mentira, estoy a punto de llegar al primer piso.—Gracias. Te espero entonces.Debo admitir que estaba pensando algo muy distinto de lo que estaba pasando en realidad, pero al m
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