En un hospital en la ciudad de México…Alba María, una mujer de rasgos agraciados, cabello castaño obscuro y largo, su piel era blanca, sus ojos color miel estaban hinchados de tanto llorar, descansaba en su cama, con una mirada triste, tenía lágrimas secas en su rostro y unas grandes y obscuras ojeras, miraba a la nada en total silencio.Escucho abrirse la puerta y entro un hombre alto de piel aperlada clara, sus ojos azules reflejaban un destello de odio, estaba bien vestido con un traje negro a la medida, su cabello muy negro peinado hacia atrás que dejaba ver su rostro frio, detonaba peligro en toda la habitación. Hizo una señal a su asistente para que entrara.“Señora Alba, necesito que firme estos papeles”. El asistente le comunicó a la mujer que solo observaba a él hombre con mucho resentimiento. Tomó los papeles y los leyó.Frunció
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