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CAPITULO 10 UN GRAN ANILLO

Damián salió con Alba en su carro. “¿A dónde vamos?”.

“Ya lo veras...” Él sonreía.

“Ya dime, a donde”. Ella lo interrogaba.

Él sonrió. “Tranquila, te va a gustar”.

Viajaban por la carretera hasta llegar a un camino de terracería, al final se observaba un pequeño muelle que llevaba a una cabaña con grandes paredes de cristal, estaba construida sobre el lago, Damián estacionó el carro y bajo para ayudar a Alba con su vestido largo.

“¿Este lugar, es tuyo?”. Alba examinaba todo alrededor.

“Es de mi familia, mis padres vienen aquí cuando quieren tiempo para ellos”. La tomó de la mano para entrar.                                                                                           

El lugar era muy bonito y acogedor, una pequeña sala con dos sillones al centro, de lado izquierdo una cocina pequeña pero linda con las cosas necesarias para disfrutar de una comida, un comedor redondo y pequeño que estaba cerca de uno de los ventanales de la casa donde podías ver el gran lago, a la derecha de la sala una gran cama con sábanas blancas.

“Este lugar es muy bello Damián”. Alba le decía mientras acariciaba la mesa y los sillones.

Damián la tomó abrazándola de la cintura por atrás quedando con su rostro en el hombro. “Qué bueno que te guste, ven te mostrare el lago”.

Llegaron a uno de los ventanales salieron a un pequeño balcón donde se encontraban dos mecedoras de madera. Se observaba como la luna daba luz al gran lago donde el agua se movía con el viento.

Damián volvió abrazarla por detrás y empezó a besar su espalda lentamente mientras desabrochaba el cierre del vestido. Alba disfrutaba perdida en sus caricias, Damián dejo caer el vestido, ella estaba completamente desnuda, la tomó de la cintura quedando frente a ella besándola más candente, ella se abrazó a su cuello, Damián la cargo para llevarla a la cama colocándola debajo de él para seguir dándole besos por toda su piel. Fue una noche mágica para ambos.

Al despertar al día siguiente Alba sentía como Damián la besaba en todo el rostro, los besos no se detenían recorría su mandíbula, su cuello sus hombros, sus brazos, ella estaba completamente perdida en Damián, tomo su mano y beso cada uno de sus dedos despacio, ella lo miraba con una gran sonrisa mientras él seguía besando sus dedos hasta detenerse en el anular…

“Creo que aquí le falta algo señorita González…”

Ella seguía divertida. “¿Ha sí? ¿Qué cree que falte señor Alcántara?”.

Damián la miro con una gran sonrisa mientras colocaba un gran anillo de diamantes en su dedo, Alba sintió el anillo y miro su mano asombrada.

“Damián… esto…”

Él sonrió y le dijo. “Mira por la ventana”.

La ayudo a levantarse y cubrirse con la sabana de la cama, caminaron hacia la ventana para salir al balcón y Alba observo el lago, había muchas flores flotando por toda el agua alrededor de la casa.

Ella estaba extasiada. Giro para buscar a Damián y tenía una caja en las manos, dentro había un pastel de fresas con la frase “Te quieres casar conmigo”.

Era su postre favorito. “Damián…” Ella sonreía feliz.

“Entonces … ¿Quieres ser la señora Alcántara?”

Alba se lanzó a él casi tirando el pastel, Damián alcanzo a cargarla, dejo el pastel en la mesita para tomarla y que ella se enrollara en él. “Si, acepto casarme y ser la señora Alcántara”.

Damián abrazo a Alba más fuerte y empezó a besarla sin control llevándola a la cama de nuevo.

La noticia se esparció y Brenda estaba que le hervía la sangre tenía que alejar a Alba de Damián lo más pronto posible.

Damián salió de viaje, Alba no pudo acompañarlo por trabajo en su fábrica, ellos hablaban diario por la noche antes de dormir, un día Damián no llamó y ella no pudo comunicarse con él, fue extraño se quedó dormida en su cama esperando que él la llamara.

Al siguiente día Alba llegaba a la fábrica, tenía muchos pendientes y los revisaría con Valeria, entraron juntas a la oficina cuando sonó su teléfono.

“Debe ser Damián”. Le comentó a Valeria desbloqueando su teléfono y lo que encontró fue un mensaje con varias imágenes, recibió fotos de Damián desnudo con otra mujer.

Alba se quedó paralizada por un momento.

“¿Qué pasa Aly?”. Preguntó Valeria extrañada. Las lágrimas de Alba corrían por su rostro y se dejó caer en la silla solo susurro. “¿Por qué? ...”

Valeria tomó el teléfono y las vio… “No puede ser…” Miro a su amiga y la abrazo. “Lo siento Alba”.

Diana entro, para saludarlas, sonreía alegremente, pero al verlas cambio su rostro. “¿Por qué están así?”.

Valeria le entrego el celular y Diana vio las fotos. “Esto… esto no puede ser cierto Aly, debe haber una explicación”.

Alba miro a Diana. “Que más pruebas quieres, él me engaño, ayer estuve llamándolo y no contestó, es porque estaba con esa mujer”.

Damián, despertó en una habitación extraña, su cabeza dolía mucho, estaba desnudo no entendía que hacía en ese lugar, se levantó buscando su ropa y pertenencias para salir del lugar, su teléfono estaba apagado, lo encendió y verifico todas las llamadas, eran de su asistente y de Alba, llamó a Héctor que se quedó en México encargado de la oficina.

“¡Señor, al fin llama!”. Héctor se levantó de la silla conmocionado. “¿Dónde estaba?”.

Damián se apretó las cienes. “No sé porque desperté en una habitación de otro hotel”.

“Señor… ¿Usted estuvo con una mujer?”. Héctor le preguntó.

“No, no recuerdo nada ¿Por qué lo dices?”. Preguntó extrañado.

Héctor negó con la cabeza, la señorita Alba recibió fotografías de usted con una mujer”.

Damián se quedó un instante quieto en su lugar. “Yo no…” Trataba de recordar el día anterior.

“Sali al bar del restaurante con los clientes, solo tomé dos tragos… luego me despedí para quedarme en la barra… un hombre se acercó y me preguntó algo sentándose a mi lado y no recuerdo nada más”.

"Señor, le mandare las fotos para que las vea, le llegaron a la señorita hoy en la mañana".

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