El tiempo transcurrió, el edifico se inauguró y fue renombrado ganando premios a la excelencia. Alba y Damián tenían una relación muy bonita, era tiempo de conocer a su familia, Damián ya conocía al padre de Alba, en ocasiones se encontraban en la fábrica cuando visitaba a su hija.
Bajaron del coche juntos tomados de la mano. Alba estaba un poco nerviosa, temía que no la aceptaran, Damián era viudo y su difunta esposa fue muy querida en la familia.
Entraron y la pequeña Mariana apareció en el recibidor abrazando un pequeño unicornio de peluche, tenía unos tres años de edad, miraba a Alba detenidamente, Camila su nana estaba a un lado.
Damián tomó de la mano a Alba aproximándose a Mariana. “Hola, princesa”.
Mariana los observo. “Hola papi”.
Damián se agacho a la altura de su hija mirándola. “Quiero presentarte a Alba, ella es mi novia, es la chica de la que te hable”.
Alba bajo igual a su altura. “Hola Mariana, es un placer conocerte al fin, tu papá me habla mucho de ti”.
La niña se acercó a ella y toco su cara. “Papá es muy bonita”.
Todo rieron alegres, entraron a la sala y Alba observo al padre de Damián y a su madre Margarita que estaba sentada junto a Brenda, la ahijada de su suegra.
“Buenas tardes a todos”. Alba saludo cortésmente.
“Un gusto Alba, pasa”. El señor José Alcántara estrecho su mano sonriente, ya había visto a Alba en ocasiones en las oficinas con Damián, su hijo se veía feliz y pleno de nuevo.
Alba saludo a Margarita. “Un placer señora”.
Margarita tardo mucho en darle la mano mientras la examinaba de pies a cabeza.
Alba sintió el rechazo inmediatamente pero cortésmente sonrió. Giro para ver a Brenda y saludarla. “Hola, un gusto”.
Brenda le sonrió. “Hola”. Le contestó en un tono seco.
Alba se sintió incomoda, pero Damián tomó su mano dándole un apretón, el señor José pidió que sirvieran la comida para mejorar el ambiente.
En la cena charlaban animadamente, solo Brenda y Margarita estaban serias, Alba ayudaba a Mariana a comer.
Brenda la mirada de reojo con odio. “Señorita Alba, Damián me contó que se encargó del diseño de interiores del nuevo edificio de los Alcántara”.
Alba levantó su mirada hacia Brenda. “Si, fue mi primer proyecto como diseñadora de interiores”.
Brenda sonrió. “Sabe, el consorcio y Damián necesitan a una mujer con muchas cualidades y habilidades, espero que usted las tenga, lo mencionó no por ser grosera si no por la imagen de la empresa, como dice es nueva en el ramo de diseño de interiores”.
Alba entendió el mensaje y le sonrió. “No te preocupes Brenda, conozco el negocio de mi familia desde pequeña, mis padres me enseñaron la administración tanto de la fábrica como de las tiendas, tengo dos carreras, una es diseño de interiores y la otra es administración de empresas, habló cuatro idiomas, tengo cursos avanzados en economía que estudie en el extranjero y con el proyecto del edifico gane el premio *Constantine* que se le da solo a personas con excelentes cualidades en el ramo de la arquitectura, creo que soy apta y calificada para que cualquier hombre o familia”.
Damián tomó su mano dando un apretón, estaba muy orgullosos de su novia, al igual que el señor José, era una mujer muy interesante.
Margarita hizo una mueca y se dirigió a ella. “Alba, veo que te gusta trabajar, ¿En el futuro tendrás hijos y Mariana está de por medio, crees tener el tiempo de cuidarlos o solo los tendrás y abandonaras con una nana?”.
Damián se molestó por el comentario. “Mamá la obligación de los hijos no es solo de la mujer, ambos nos haremos cargo de nuestros hijos, tú no tienes por qué preocuparte”.
Alba lo miro y agrego. “Mi madre siempre me llevo al trabajo con ella, así es como conocí las funciones del negocio familiar, mis hijos y Mariana pueden acompañarme todo el tiempo”.
El señor José estaba feliz con su nuera, pero molesto con su esposa. “Bueno Margarita a que vienen todo eso, esta es una cena familiar, porque para mí Alba ya es parte de la familia”.
Alba sonrió. “Gracias Don José”.
La relación seguía, Alba y Damián estaban tan enamorados, disfrutaban estar juntos y con Mariana que se encariño mucho con Alba.
Una noche en un coctel donde se reunían los más destacados de la ciudad, Damián y Alba entraron por las puertas grandes juntos, Damián la abrazaba de la cintura llevaba un traje a la medida color negro con corbata roja y ella tenía puesto un hermoso vestido en color rojo ceñido a el cuerpo con escote en la espalda hasta la cintura, el faldón era semicircular y con caída y abertura en una pierna, sus tacones eran altos y rojos, la presentaba formalmente a los presentes que se acercaban a saludarlos.
Del otro lado del salón, Brenda junto con otra mujer miraban alrededor.
La mujer sonrió sarcásticamente. “Bueno Brenda al parecer eso de decir que tienes a Damián en la palma de tu mano no es cierto”. Apunto hacia ellos.
Brenda estaba muy molesta, pero trato de esconderlo sonriendo. “No te equivoques Laura, esa mujer es solo la de turno, pronto se aburrirá de ella”.
Laura era hija del alcalde de la ciudad, ayudaba a Brenda a entrar en este tipo de fiestas. “Pues para ser la de turno, la está presentando con los hombres más importantes como su novia”.
Brenda los miraba ya enfurecida. “Ya verás que pronto estarán separados…”
Damián miraba a Alba y la besaba en la mejilla de vez en cuando, nunca soltó su mano. “¿Estas aburrida?”. Le susurro al oído.
Alba sonrió a la gente que pasaba. “Un poco”.
“¿Qué le parece señorita si nos escapamos?”. Damián le susurraba acercándose a su rostro mientras seguía saludando a la gente asintiendo ocasionalmente.
“Seria grandioso”. Alba lo miro expectante.
Damián busco a su asistente. “Héctor, encárgate, tenemos que retirarnos”. El asintió y los vio salir del lugar, mientras le robaba una copa a un mesero para disfrutar de la fiesta viendo de reojo a unas chicas que le sonreían.
Damián salió con Alba en su carro. “¿A dónde vamos?”.“Ya lo veras...” Él sonreía.“Ya dime, a donde”. Ella lo interrogaba.Él sonrió. “Tranquila, te va a gustar”.Viajaban por la carretera hasta llegar a un camino de terracería, al final se observaba un pequeño muelle que llevaba a una cabaña con grandes paredes de cristal, estaba construida sobre el lago, Damián estacionó el carro y bajo para ayudar a Alba con su vestido largo.“¿Este lugar, es tuyo?”. Alba examinaba todo alrededor.“Es de mi familia, mis padres vienen aquí cuando quieren tiempo para ellos”. La tomó de la mano para entrar.  
Damián trato de comunicarse con Alba, pero no h**o respuesta, habló con Diana y Valeria, pero tampoco tomaron sus llamadas. “Maldición”. Tiro el teléfono a la pared, no podía irse, tenía que terminar su trabajo en la ciudad. Cuatro días después Damián salía con sus maletas del aeropuerto Héctor ya lo esperaba. Le entrego el sobre donde estaban impresa las fotos. Damián está furioso, quien hizo esto lo pagaría caro. “Llévame a la fábrica”. Héctor termino de subir las maletas y subió al coche, al llegar entró fácilmente, la gente del lugar ya lo conocía y lo saludaban, subió a la oficina de Alba encontrándose con Valeria y Diana. Ambas se miraron. Damián las observo, también sabían del asunto. “¿Dónde está Alba?”. Valeria contestó molesta. "En su oficina, pero está ocupada”. Damián se rio y camino hacia la puerta, Valeria y Diana trataron de detenerlo, pero fue imposible, entraron los tres a la oficina, Alba levantó su cabeza al oír el e
Alba y Diana se miraron. Y Valeria rodo los ojos, entregando su celular a Alba. “No puedo creer que no las tengan ¡son evidencias!”. Negaba con la cabeza mientras les decía, Alba encontró una foto donde se mostraba mejor la cara de la mujer, la compararon con la foto. Y si era ella.La chica cambio su semblante y se asustó. “¿Qué quieren?”.Alba la miro. “¿Reconoces estas fotos?”. Le dijo mientras se la mostraba.La chica abrió mucho los ojos.Alba se enojó. “Dime, ¿Eres tú verdad?”.Ella ya asustada y con dolor ya que Valeria la tenia de los cabellos y del brazo asintió.Alba respiro profundo y preguntó. “¿Te acostaste con él?”.La chica negó con la cabeza sin hablar. Valeria apretó el agarre, “Di la verdad o te cortare esa bonita cara”.El
Días después Alba y Damián cenaban en un restaurante, las cosas iban bien, pero Alba todavía no aceptaba del todo a Damián, él prometió encontrar a los responsables, pero hasta ahora no había nada y todo era por que buscaban en el lugar equivocado. “¿Qué pasa Damián?, te notó distraído”. Alba lo miraba mientras comían, estaba muy serio. El suspiro y dejo sus cubiertos. “No he podido dar con la mujer de las fotos… Ni el hombre que habló conmigo en el bar”. Ella bajo su cabeza jugando con su comida y le dijo. “Ya no busques más, dejemos eso por la paz”. Damián la observo. “No puedo Alba, nosotros todavía no estamos bien y te prometí explicarte lo que paso”. Ella tomó un sorbo de su vino. “Se que no te acostaste con esa mujer, la encontré y la obligué a decirme la verdad…” Ella siguió comiendo. Damián extrañado le preguntó. “¿Por qué no me dijiste nada? ¿Dime donde esta, necesito saber la verdad?”. “No es necesario Damián… l
Benjamín frunció el ceño. “¿No crees que es extraño?” Se levantó del sillón. "Dijiste... desde el día que la déjate en su departamento”. "Si, ¿Por qué?” Damián lo miro extraño. “¿No recuerdas que ella te recogió en el bar?”. Damián se quedó pensativo, el alcohol hizo estragos en él, al día siguiente no recordó nada, solo despertó desnudo, pero había imágenes y fragmentos de un sueño en donde … Alba estuvo con él… < ¿Por qué se fue?>. Pensaba Damián. Reviso su teléfono y no había llamadas de Alba, intento comunicarse, pero está fuera de servicio, esto se le hizo extraño y llamo a la oficina, Valeria le dijo que estaba de viaje y no regresaría en una semana. Ella no quiso decirle a donde y Damián se enojó. Alba llego al aeropuerto un hombre mayor ya la esperaba con un letrero en sus manos. “Hola, soy Alba María”. Ella saludo al hombre cortésmente. “Buen día señorita mi jefe me pidió que la recogiera”. La ayudo con su maleta
No muy lejos de ahí, Álvaro disfrutaba de una tarde en la misma playa con una chica, giro y vio a Alba con un hombre, frunció el ceño y siguió espiándola por un rato más. Llamo a Damián. “¿Oye hermano que rayos hiciste?”. Estaba muy molesto, Alba le gusto el día que se conocieron en la fábrica, pero cuando se enteró que Damián la conoció primero y al parecer le gustaba le dejo el camino libre a su hermano, Ahora Alba estaba en una playa con otro hombre. Damián enojado. “¿Qué quieres Álvaro?, tengo mucho trabajo”. “Tanto trabajo, como para dejar que Alba este con otro hombre”. Damián se levantó de la silla. “¿De qué hablas? ¿La viste?”. “Si, estoy en Manzanillo te mandare los datos”. Álvaro colgó y camino hacia Alba, ella conversaba alegre con Ernesto. “Alba, que coincidencia”. Ambos giraron para ver a Álvaro y Alba solo negó con la cabeza. <De tantos lugares porque tenía que encontrárselo aquí, lo más probable es que Damián
Los días pasaron Alba trabajaba y en su tiempo libre preparaba todo para la boda junto a sus amigas, Estaban juntas en la tienda de vestidos, Alba buscaba su vestido perfecto, pero no encontraba el indicado, sus amigas negaban con la cabeza cada vestido que se probaba tampoco creían que fueran buenos. Diana miro a Valeria mientras Alba se probará otro vestido. “¿Cómo te fue en la cita con Benjamín?”. Valeria cerro los ojos asqueada. “Ni me lo recuerdes, aunque el sexo fue bueno, es un arrogante de primera un completo patán”. Diana la miraba divertida. “Si era arrogante y un patán porque te acostaste con él”. Valeria movió los hombros. “No me iba a perder semejante bombón”. Diana rodo los ojos y Alba negó con la cabeza. Valeria y Benjamín era tan parecidos y tan opuestos a la vez. Alba les preguntó. ¿Qué les parece este?”. Ambas amigas giraron para verla, era un vestido tipo princesa con escote en forma de corazón lleno de pedrería en l
La limosina se detuvo, pero las mujeres estaban con los retoques del vestido que ni se dieron cuenta, después de unos minutos el chofer toco la ventana de las chicas. “Señoritas lo siento, pero el motor tiene problemas”. Las tres se miraron asombradas. “No me digas que es obra de esa bruja”. Decía Valeria muy molesta. Alba y las chicas salieron de la limosina, estaban en medio de una carretera no había taxis en ese lugar, solo pasaban camiones de carga y algunos coches, pero no se detenían. Diana angustiada preguntó. “¿Qué hacemos?”. Ni siquiera había señal para llamar. Alba miraban a la carretera, el chofer seguía revisando la limosina. A lo lejos vieron un tráiler, Alba y Valeria se miraron, pensando lo mismo. Diana las observo y vio el tráiler. “Oh no, no lo haremos”. Manoteaba negando la ocurrencia de sus amigas. Valeria le contestó. “¿Tienes otra idea?”. Diana se quedó en silencio y juntas le pidieron aventón al chofer, él