Damián entro al restaurante con su hija Mariana y su padre, los llevaron a su mesa y quedaron a unas cuantas de la de Verónica, Mariana vio a Verónica y la saludo con la mano.
Papa Verónica también está aquí cenando con un hombre”. Damián levantó la cabeza y observó a Verónica que lucía radiante.
Él asintió hacia ella y ella hizo lo mismo regalándole una sonrisa.
Eduardo giro para ver al hombre y también lo saludo con un gesto, después miro a Verónica. “Es Damián Alcántara… pensé que tenías una relación con él, siempre estaban juntos”.
Verónica miro a Eduardo y negó con las manos. “Claro que no, solo somos amigos desde hace años”.
Siguieron con su comida y de vez en cuando Verónica miraba a Damián quien no dejaba de mirarla muy serio, ella se sentía incomoda, pero trató de seguir la conversacion y siguio comiendo su cena.
Al terminar Eduardo la invito al cine, vieron una película y conversaron cuando caminaban por la calle.
Edu
Verónica asintió. “Eduardo quiere que nos vayamos en un mes, nos casaremos después de instalarnos, sé que estas a medio semestre, cuando termines puedes irte a vivir con nosotros”. “Si mamá, lo resolveremos”. Dante salió del negocio de su mamá, él estaba feliz por ella, pero un poco triste porque esperaba que al final se quedara con Damián que ya lo veía como un padre. Caminado por la banqueta llamo a Damián. “Hola”. “Damián, soy Dante, Quería pedirte un favor”. Damián sonrió. “Claro, dime en que te puedo ayudar”. "Mamá se mudará a fin de mes a USA, buscare donde quedarme mientras termino mi semestre, solo serán tres meses, ¿Sabes de algún lugar?”. La línea se quedó en completo silencio hasta que Damián preguntó. “¿Tú… mamá se ira?”. Dante sonrió. “Si, el señor Martínez le pidió que se casaran y que se fuera a vivir con él”. “Entiendo”. Dante preguntó. “Entonces, sabes de algún lugar”. Damián le dijo. “L
Damián levantó la mirada a la puerta como si la viera. “No puedo estoy borracho”. Ella suspiró y abrió la puerta mirándolo detenidamente. “¿Porque estás aquí?”. “Necesitamos hablar”. Verónica observo su estado. “No podemos hablar si estas en ese estado”. Lo ayudo a sentarse en el sillón. Damián tomo su mano y la arrastro con él al sillón. Verónica solo chillo. “¿Qué haces?”. Ella quedo recostada en el pecho de Damián. “Solo quédate quieta”. Le susurro. Verónica no se movió, el contacto de ambos la tranquilizaba, respirando hondo su colonia varonil. Después de unos minutos Damián le dijo. “No te cases”. Verónica escuchó sus palabras y preguntó. “¿Por qué?”. “No quiero verte con otro hombre”. Verónica resoplo tratando de levantarse, pero Damián la abrazo más. “Verónica no quiero perderte… me di cuenta que eres la mujer que quiero a mi lado, soy un estúpido por no darme cuenta antes”. Ella lo miraba
Los días eran calurosos en la ciudad, Carlos se levantaba de la cama para darse un baño y despues vestirse, miraba a la mujer acostada en la cama y sonreía recordando lo que paso en la noche, otra de sus tantas conquistas en el hospital, era un mujeriego empedernido.Al terminar de vestirse, la mujer se levanto para ir al baño. Carlos solo le preguntó. “¿Tienes turno hoy?”.La mujer salió buscando su vestido. “Si, ¿Puedes dejarme en la entrada?”.El asintió se acerco y la beso. “Pero todavía tenemos tiempo”. Empezó a besarla y quitarle el vestido, pero su teléfono sonó.Carlos lo tomo mirando el nombre de Rafael en la pantalla y lo contestó. “Estaré ahí”.La mujer hizo una mueca. Y Carlos sonrió. “El deber me llama”.Juntos salieron del departamento, Al llegar al ho
Después de terminar su trabajo la llevaría a comer a un buen lugar. Damaris despertó cansada pero una gran sonrisa se formo en sus labios, miro alrededor y no encontró a Carlos, observo la mesita y tomo la nota para a leerla, ella se levantó se ducho y se fue al hospital. Al llegar se encontró con aurora en el ascensor. “Hola Damaris”. “Hola jefa”. Damaris tímida la saludo. Aurora negó. “Te he dicho que solo Aurora por favor casi somos de la misma edad”. Entraron al piso, Rebeca esperaba en su escritorio. “Buenos días Aurora”. Aurora sintió haciendo una media mueca. “No le gustaba algunas actitudes de Rebeca, aunque era buena en su trabajo”. “Buenos días”. Aurora miro a Damaris. “Acompañe a mi oficina para revisar algunos pendientes”. Ya en la oficina, Damaris anotó todo su trabajo de hoy al final Aurora le comentó. “Rafael no vendrá hoy tiene algunos problemas en el laboratorio, ¿Comemos juntas?”. Damaris asint
Carlos a regañadientes acepto, con el paso de los días empezó a hablar con Damaris sobre trabajo siempre se presentaba inoportunamente a molestarla en horas de trabajo, pero lo único que el deseaba es verla y hablar con ella. Los días pasaron, Carlos salía con alguna chica, pero solo por calmar sus ganas, ni siquiera hablaba con ellas, para que, si sus conversaciones eran frívolas y aburridas, se la pasaba comparando a Damaris con todas y por mucho Damaris era la ganadora. Carlos espantaba a los pretendientes de Damaris, doctores o enfermeros del hospital y alguno que otro benefactor que coqueteaba con ella. Damaris nunca se dio cuenta de esto, después que despidieran a Rebeca ella se metió de lleno en su trabajo con Aurora. Hasta que un día cuando llego con Rafael al hospital conoció a Giovani otro tipo interesado en Damaris pensó. Días después Carlos tenia mucho trabajo con Rafael no pudo ahuyentar a Giovani quien seguía apareciendo en el ho
Carlos terminó de leer toda su información y observo la foto, ella solo estuvo casada un año y se quedo sola con su hija. – debió ser difícil para ella- Pensaba Carlos. Días después la señora Ana visitaba a María en la florería. “Y… ¿Como te fue en la cita?”. María terminaba unos arreglos. “Bien”. La señora frunció el ceño. “¿Lo volviste a ahuyentar?”. María respingo. “No necesito ahuyentarlos, al verme con mi hija ellos solos se alejan”. Ana tomo la mano de la chica. “María, tus padres están preocupados por ti y por Victoria, debes pensar en casarte y darle una familia completa a la pequeña”. María la miro. “Puedo hacerlo sola”. “Pero…” Se escucho la campanita de la puerta de entrada y ambas giraron a ver al cliente que entro. Era Carlos, la señora Ana sonrió feliz. María miro al hombre extrañada de verlo de nuevo, la pequeña Victoria que jugaba en su corral levanto la vista al ver a Carlos y sonrió. “Hol
En un hospital en la ciudad de México…Alba María, una mujer de rasgos agraciados, cabello castaño obscuro y largo, su piel era blanca, sus ojos color miel estaban hinchados de tanto llorar, descansaba en su cama, con una mirada triste, tenía lágrimas secas en su rostro y unas grandes y obscuras ojeras, miraba a la nada en total silencio.Escucho abrirse la puerta y entro un hombre alto de piel aperlada clara, sus ojos azules reflejaban un destello de odio, estaba bien vestido con un traje negro a la medida, su cabello muy negro peinado hacia atrás que dejaba ver su rostro frio, detonaba peligro en toda la habitación. Hizo una señal a su asistente para que entrara.“Señora Alba, necesito que firme estos papeles”. El asistente le comunicó a la mujer que solo observaba a él hombre con mucho resentimiento. Tomó los papeles y los leyó.Frunció
Alba solo lloró de angustia por el infierno que le depara en el futuro. Se levantó de la cama despacio y camino hacia la puerta para observar donde estaban los guardias que estaban cerca del elevador y las escaleras, regreso a su habitación, observo por la ventana pero estaba en uno de los ultimos pisos y estaba atrancada, examinó la habitación buscando como escapar, salió de nuevo despacio y encontró la alarma contraincendios, quedaba a un lado del cuarto de limpieza, el escritorio de las enfermeras quedaba un poco lejos y había dos habitaciones antes de llegar a la suya. Su plan era accionar la alarma de incendios y tratar de escapar por las escaleras o el elevador mientras todos estaban distraídos. Respiro profundo y camino hacia la alarma, la presiono, entrando en el cuarto de limpieza y espero a que todos se movieran. Los guardias inmediatamente fueron a la habitación a buscarla, pero no la encontraron separandose para empezar a buscar en los otros cuart