Damián regreso a la mansión, abrió despacio la puerta de la habitación de su hija y observo como dormía, Camila estaba recostada durmiendo en un sillón cerca de la cama de Mariana. Ella sintió la presencia de alguien y abrió sus ojos observo a su jefe que la miraba.
“Camila, ven conmigo al despacho”. Él se giró y salió en silencio.
Camila se levantó nerviosa, acomodo las sabanas de la pequeña cubriéndola y salió detrás de él, entrando en la habitación. Damián estaba serio sentado en el gran escritorio miraba a Camila.
“¿Tú sabes porque mi hija le tiene tanto miedo a Brenda?”. Examinaba su rostro.
Ella lo miro por un momento y bajo su cabeza, ya no estaba Alba que siempre la defendía, ahora peligraba su trabajo y lo que mas le dolía es alejarse de la pequeña Mariana.
“Yo… no lo se señor”. Le contestó sin mirarlo.
“Mírame Camila”. Le dijo un poco molesto.
Ella levantó su rostro y observo sus rasgos.
“Se que tu y mi esp…” Suspiro frotándose los ojos con cansancio. “Tú y Alba se encargaban de Mariana, alguna vez ella me advirtió que no dejara a mi hija con Brenda, pero nunca me dijo el porqué, tú lo debes de saber ¿Verdad?”.
Camila lo miro nerviosa, pero se decidió a decirle la verdad no quería que esa mujer se acercara a la pequeña. “La señora Brenda es una mala persona…”
Ella le explicaba con miedo. “Con ustedes los Alcántara es buena, pero cuando ustedes no están ella…”
Camila le contó todo lo que habia pasado, las discuciones que Brenda y Alba tenian y como Alba las defendio en constantes ocasiones.
Damián la miro detenidamente. “Puedes irte a descansar”.
Ella asintió caminando hacia la puerta, la abrió y giro para ver a su jefe. “Yo creo de todo corazón que la señora Alba es inocente”. Y salió rápidamente antes de que se molestara y la corriera.
Él se levantó de la silla y se posó frente a la ventana del lugar, miraba la fría noche, recordaba que no era la primera persona que decía eso… -Alba es inocente- su mejor amigo, Mario, Diana, Héctor su asistente, hasta su propio padre no lo creía del todo, ahora Camila y de seguro su hija Mariana si supiera todo, la defendería.
El suspiro susurrando. “Cuál es la verdad…”
Saco su teléfono y marco un número. “Investiga todo sobre Brenda, Alba y mi madre, quiero saber que es lo que hicieron los últimos meses”.
Parado en silencio en el mismo lugar recordaba cuando conoció a Alba…
<<Flashback>>
Cuatros años antes…
En un Bar en la ciudad de México…
Tres chicas se divertían en una mesa de un lujoso bar. “Brindemos chicas, Por la nueva presidenta de Textiles GONTELL”.
Todas las chicas en unisonó. “¡Salud!”.
Una joven bien vestida, ojos color miel, piel blanca y cabello castaño bebía con algunas amigas, era Alba María González Téllez su padre la acababa de nombrar presidenta de la compañía familiar, era una textilera muy renombrada, Alba estudió administración y diseño, ahora entraría de lleno en el negocio e invertiría en nuevos mercados como el diseño de interiores, sus compañeras ya graduadas estarían ayudándola en esta nueva etapa de su vida.
Diana y Valeria que las conocía desde hace años, estaban felices de seguir juntas y de poder realizar su sueño en compañía de sus amigas.
La música era alta y ellas bebían y bailaban al ritmo de la música en su mesa. En el segundo piso, en la zona VIP, Damián y su Amigo Benjamín observaban a la gente bailar mientras charlaban.
“¿Cómo se le ocurrió a esa mujer meterse a tu cama y desnuda?, deberías hablar con tu madre sobre ella”. Le comentaba Benjamín a su amigo.
Damián veía a las tres chicas bebiendo y gritando felices. “La estima demasiado, no quiero tener problemas innecesarios solo me alejare de ella”.
Alba llevaba un vestido muy corto rojo, ceñido a el cuerpo, tenía un gran escote en la espalda, tacones del mismo color y su cabello largo castaño lo llevaba en un chongo alto, su maquillaje era ligero y en los labios un labial rojo sexy.
Damián no quitaba su vista de ella, era extraño que le interesara una mujer como ella, venia seguido al bar de su amigo Benjamín, pero pocas veces tenia encuentros con mujeres que por lo general era rubias solo para tener sexo con ellas. Era un viudo rico y guapo cualquier mujer estaría encantada de estar con él.
Benjamín notó su mirada y también giro para ver lo que su amigo observaba. “Esa chica no es de tus gustos…”
Damián sonrió al percatarse que Benjamín lo conocía muy bien. “Solo la observo, no es que quiera llevármela a la cama”.
Benjamín afirmo, su amigo era muy selectivo y nunca fue mujeriego, su esposa había muerto ya hacia 3 años y no se le veían intenciones de volver a casarse, Benjamín sentía que el seguía amando a su esposa muerta.
“Mi prima esta en la sala VIP 4 esta con amigas, si quieres podemos ir y…”
Damián trago su bebida y le dijo. “Me quedare aquí, ve”.
Benjamín se fue abandonando a su amigo, Damián seguía observando todo el lugar, pero siempre volvía su mirada hacia Alba.
Sus amigas se divertían, los chicos se acercaban a invitarlas a bailar y ellas aceptaban solo Alba se quedaba en la mesa, algunos chicos se acercaban, pero ella se negada amablemente, ella disfrutaba de su trago mientras pensaba en todas las ideas que tenia para mejorar la empresa de su familia.
Sus padres Norberto y Bertha empezaron con una pequeña tienda de telas en la ciudad, poco a poco fueron mejorando las ventas, decidieron ampliar el negocio comprando una maquina telar industrial usada para crear sus propios diseños de telas, el negocio próspero y más tiendas se inauguraron, así se fundó una fábrica grande llamada GONTELL, su padre administraba la fabrica y su madre se encargaba de las tiendas.
Alba creció aprendiendo todo lo que sus padres hacían, le gustaba mucho el diseño como a su madre, ella le enseñaba todo sobre como administrar el negocio, desgraciadamente su madre murió hace algunos años, pero Alba estaba orgullosa del legado que su madre le dejaba.
Ahora su padre quería descansar pues su salud ya no era buena, Alba acababa de terminar sus estudios y tenia tiempo trabajando como aprendiz de su padre en la empresa, ahora se encargaría de todo el negocio familiar.
Las chicas regresaron a la mesa. “Aly que aburrida, ¿Porque no bailas con los chicos que te invitan?”. Le decía Valeria quien seguía bailando al ritmo de la música.Diana la miro. “Vamos Aly, es noche de diversión, disfruta con nosotras”.Alba se rio y apunto a Diana. “Tu deberías de tranquilizarte, Mario es tan celoso que lo creo capaz de estar por aquí escondido vigilándote, mientras tú bailas con esos chicos”.Diana rodo los ojos. “Déjame disfrutar esta noche, que hace tanto que no me divertía”.Valeria negó con la cabeza. “Alba no seas aguafiestas recordando al susodicho”. Giro para ver la pista y un chico la miraba sonriéndole, era alto y fornido lleno de tatuajes, se mordió el labio y le sonrió coquetamente.Alba y Diana la miraban riéndose de ella. Valeria era la tí
Valeria se convirtió en su mano derecha, era su asistente, pero también ayudaba en los diseños de las telas, Diana se encargaba del departamento de diseño mientras su novio Mario manejaba su propia empresa, su familia era dueña de algunos centros comerciales, en donde Alba tenía tiendas de telas.Alba estaba en su oficina cuando entro Valeria. “Llegaron los nuevos clientes, Damián y Álvaro Alcántara, vienen del consorcio Alca”.Alba se levantó cerrando su computadora. “¿Son los clientes para el nuevo edifico en la costa?”.Valeria afirmó. “Si, la inmobiliaria busca negociar para encargarnos de los diseños de interiores de sus nuevos departamentos”.Alba sonrió emocionada. “Genial, la propuesta les va a encantar, vamos”.Entraron a la sala de juntas, Damián miraba por la ventana y Álvaro esta
El tiempo transcurrió, el edifico se inauguró y fue renombrado ganando premios a la excelencia. Alba y Damián tenían una relación muy bonita, era tiempo de conocer a su familia, Damián ya conocía al padre de Alba, en ocasiones se encontraban en la fábrica cuando visitaba a su hija.Bajaron del coche juntos tomados de la mano. Alba estaba un poco nerviosa, temíaque no la aceptaran, Damián era viudo y su difunta esposa fue muy querida en la familia.Entraron y la pequeña Mariana apareció en el recibidor abrazando un pequeño unicornio de peluche, tenía unos tres años de edad, miraba a Alba detenidamente, Camila su nana estaba a un lado.Damián tomó de la mano a Alba aproximándose a Mariana. “Hola, princesa”.Mariana los observo. “Hola papi”.Damián se agacho a la altura de su hija mirá
Damián salió con Alba en su carro. “¿A dónde vamos?”.“Ya lo veras...” Él sonreía.“Ya dime, a donde”. Ella lo interrogaba.Él sonrió. “Tranquila, te va a gustar”.Viajaban por la carretera hasta llegar a un camino de terracería, al final se observaba un pequeño muelle que llevaba a una cabaña con grandes paredes de cristal, estaba construida sobre el lago, Damián estacionó el carro y bajo para ayudar a Alba con su vestido largo.“¿Este lugar, es tuyo?”. Alba examinaba todo alrededor.“Es de mi familia, mis padres vienen aquí cuando quieren tiempo para ellos”. La tomó de la mano para entrar.  
Damián trato de comunicarse con Alba, pero no h**o respuesta, habló con Diana y Valeria, pero tampoco tomaron sus llamadas. “Maldición”. Tiro el teléfono a la pared, no podía irse, tenía que terminar su trabajo en la ciudad. Cuatro días después Damián salía con sus maletas del aeropuerto Héctor ya lo esperaba. Le entrego el sobre donde estaban impresa las fotos. Damián está furioso, quien hizo esto lo pagaría caro. “Llévame a la fábrica”. Héctor termino de subir las maletas y subió al coche, al llegar entró fácilmente, la gente del lugar ya lo conocía y lo saludaban, subió a la oficina de Alba encontrándose con Valeria y Diana. Ambas se miraron. Damián las observo, también sabían del asunto. “¿Dónde está Alba?”. Valeria contestó molesta. "En su oficina, pero está ocupada”. Damián se rio y camino hacia la puerta, Valeria y Diana trataron de detenerlo, pero fue imposible, entraron los tres a la oficina, Alba levantó su cabeza al oír el e
Alba y Diana se miraron. Y Valeria rodo los ojos, entregando su celular a Alba. “No puedo creer que no las tengan ¡son evidencias!”. Negaba con la cabeza mientras les decía, Alba encontró una foto donde se mostraba mejor la cara de la mujer, la compararon con la foto. Y si era ella.La chica cambio su semblante y se asustó. “¿Qué quieren?”.Alba la miro. “¿Reconoces estas fotos?”. Le dijo mientras se la mostraba.La chica abrió mucho los ojos.Alba se enojó. “Dime, ¿Eres tú verdad?”.Ella ya asustada y con dolor ya que Valeria la tenia de los cabellos y del brazo asintió.Alba respiro profundo y preguntó. “¿Te acostaste con él?”.La chica negó con la cabeza sin hablar. Valeria apretó el agarre, “Di la verdad o te cortare esa bonita cara”.El
Días después Alba y Damián cenaban en un restaurante, las cosas iban bien, pero Alba todavía no aceptaba del todo a Damián, él prometió encontrar a los responsables, pero hasta ahora no había nada y todo era por que buscaban en el lugar equivocado. “¿Qué pasa Damián?, te notó distraído”. Alba lo miraba mientras comían, estaba muy serio. El suspiro y dejo sus cubiertos. “No he podido dar con la mujer de las fotos… Ni el hombre que habló conmigo en el bar”. Ella bajo su cabeza jugando con su comida y le dijo. “Ya no busques más, dejemos eso por la paz”. Damián la observo. “No puedo Alba, nosotros todavía no estamos bien y te prometí explicarte lo que paso”. Ella tomó un sorbo de su vino. “Se que no te acostaste con esa mujer, la encontré y la obligué a decirme la verdad…” Ella siguió comiendo. Damián extrañado le preguntó. “¿Por qué no me dijiste nada? ¿Dime donde esta, necesito saber la verdad?”. “No es necesario Damián… l
Benjamín frunció el ceño. “¿No crees que es extraño?” Se levantó del sillón. "Dijiste... desde el día que la déjate en su departamento”. "Si, ¿Por qué?” Damián lo miro extraño. “¿No recuerdas que ella te recogió en el bar?”. Damián se quedó pensativo, el alcohol hizo estragos en él, al día siguiente no recordó nada, solo despertó desnudo, pero había imágenes y fragmentos de un sueño en donde … Alba estuvo con él… < ¿Por qué se fue?>. Pensaba Damián. Reviso su teléfono y no había llamadas de Alba, intento comunicarse, pero está fuera de servicio, esto se le hizo extraño y llamo a la oficina, Valeria le dijo que estaba de viaje y no regresaría en una semana. Ella no quiso decirle a donde y Damián se enojó. Alba llego al aeropuerto un hombre mayor ya la esperaba con un letrero en sus manos. “Hola, soy Alba María”. Ella saludo al hombre cortésmente. “Buen día señorita mi jefe me pidió que la recogiera”. La ayudo con su maleta