Las chicas regresaron a la mesa. “Aly que aburrida, ¿Porque no bailas con los chicos que te invitan?”. Le decía Valeria quien seguía bailando al ritmo de la música.
Diana la miro. “Vamos Aly, es noche de diversión, disfruta con nosotras”.
Alba se rio y apunto a Diana. “Tu deberías de tranquilizarte, Mario es tan celoso que lo creo capaz de estar por aquí escondido vigilándote, mientras tú bailas con esos chicos”.
Diana rodo los ojos. “Déjame disfrutar esta noche, que hace tanto que no me divertía”.
Valeria negó con la cabeza. “Alba no seas aguafiestas recordando al susodicho”. Giro para ver la pista y un chico la miraba sonriéndole, era alto y fornido lleno de tatuajes, se mordió el labio y le sonrió coquetamente.
Alba y Diana la miraban riéndose de ella. Valeria era la típica chica que le gustaba salir con muchos, ella siempre decía -Soy un alma libre y merezco disfrutar-.
El chico caminó hacia ellas junto con otro hombre.
“Hola”. Ellos saludaron
Y ellas riéndose contestaron “Hola”.
Valeria miro al chico tatuado y le dijo. “¿Bailamos?”.
El asintió y se fueron juntos a la pista.
Diana miraba Alba mientras el otro chico platicaba con Diana, la invito a bailar y acepto dejando a Alba sola.
Alba movía su trago observando la pista y a sus amigas. Valeria se besaba con el chico tatuado y Diana penosamente disfrutaba conversando al odio con el otro chico.
Alba negó con la cabeza, pero dejo que ellas disfrutaran. Ya estaba un poco mareada necesitaba aire camino hacia los baños y entro lavándose la cara con agua, retoco su maquillaje y salió, caminaba por el pasillo cuando se topó con alguien.
Ella miro a la persona, hizo una mueca y trato de alejarse, pero el hombre la detuvo del brazo.
“Alba, tanto tiempo sin verte”. El hombre era alto y guapo, se le formo una sonrisa al verla.
Ella volvió hacer una mueca. “No el necesario” Ella quería caminar, pero él no la soltaba. “Puedes soltarme”.
El la soltó, pero no se alejó. “¿Podemos hablar?”.
“Que yo recuerde no tenemos que hablar todo quedo dicho aquel día que te encontré con esa mujer”.
El sonrío. “Vamos Alba, esa solo es del montón, sabes que tú eres importante para mí”.
Ella lo observo. “Humberto, escuche que le decías que solo estabas conmigo por el dinero de mi familia, o me vas a negar lo que dijiste”.
El la volvió a tomar de la mano. “Se que me quieres Alba y voy a volver a conquistarte”.
Ella sonrió. “Sabes en verdad ni siquiera me dolió tu engaño, solo me arrepiento de haber perdido tanto tiempo con un hombre como tú”.
“Alba”. El tomo su barbilla tratando de besarla. Pero ella se negaba forcejeando con él. De repente no sintió su peso y miro a otro hombre que lo jalaba hacia atrás golpeándolo en el rostro.
Una mujer se acercó gritando. “Humberto mi amor”. Lo ayudo a levantarse mientras él se tapaba el rostro donde lo habían golpeado.
Cuando estuvo de pie miro a Alba con odio, pero mucho más al hombre que estaba detrás de Alba, sin decir nada salió del lugar junto a la mujer.
Alba suspiro y giro para ver a el hombre que la ayudo. “Gracias”.
Damián observó sus ojos la luz era tenue, pero se podían apreciar sus ojos, eran hermosos. “No hay problema, ¿Estas bien?”.
Ella afirmo y se despidió, pero Damián la detuvo. “Te gustaría tomar una copa conmigo”.
Ella lo examino, era alto y tenía buen cuerpo al parecer hacia ejercicio, era muy guapo llevaba una camisa casual en color azul rey, con sus mangas arremangadas, pantalones negros y zapatos casuales, le sonreía de una forma tan sexy y Alba se perdía en su sonrisa.
“Ok”.
Conversaron durante un rato, la música no dejaba escuchar mucho y ambos se acercaban uno al otro para conversar, cada vez que hacían esto ella disfrutaba su perfume varonil, él miraba su rostro detenidamente.
Sus rostros estaban tan cerca y el lugar estaba obscuro solo se veían las luces neón que se movían aluzando todo el lugar, Damián se acercó y la beso.
Alba siguió el beso, se le producían cosquillas en el estómago, sentía el aliento a menta de él.
Se separaron y sonrieron, Alba ya estaba un poco nerviosa, tenía algunas copas de más y se sentía caliente y agitada.
Las chicas volvieron a la mesa buscándola, ella las observo y le dijo a Damián. “Tengo que irme, me dio gusto conocerte”. Alba se levantó de la mesa VIP y camino hacia las escaleras.
Damián la detuvo. “¿Podemos vernos otro día? sin tanto ruido, dame tu número”.
Ella lo miro y le dicto su número, se despidió y se fue. Las chicas la esperaban, ella les contó lo que paso y voltearon a ver a Damián que estaba en la segunda planta, él solo sonrió y saludo a Alba, las amigas chillaron y Alba trato de que se calmaran.
Salieron del bar minutos después. “Bueno chicas las dejo, ha sido una noche super agradable pero mi chico tatuado me espera”. Se despidió de sus amigas y camino hacia el chico que la esperaba en su moto.
Diana estaba impresionada. “¿No le da miedo irse así con un desconocido?”.
Alba sonrió. “Ya la conoces dice que es un alma libre”.
Ellas pidieron un taxi y se fueron a sus casas.
En la segunda planta, Damián observaba a las chicas ya afuera del bar, no quitaba la mirada de Alba, Benjamín entro abrazando a dos chicas rubias. “Oye amigo, nos vamos, ¿Nos acompañas?”.
Damián miraba a las chicas que acompañaban a Benjamín, una de ellas soltó a Benjamín y se acerco a Damián, era linda y sexy. “Hola, tu amigo quiere seguir la fiesta en otro lado, ¿Te quieres divertir?”.
Damián la tomó de la cintura diciendo. “Vámonos”.
Pasaron algunas semanas y Alba se acostumbraba a su trabajo como presidenta, tenía tiempo trabajando en la empresa, pero solo como aprendiz y conociendo cada departamento y a sus empleados, quería saber las necesidades de la gente que trabajaría para ella y que cosas se tendrían que cambiar para mejorar el rendimiento de la fábrica.
Valeria se convirtió en su mano derecha, era su asistente, pero también ayudaba en los diseños de las telas, Diana se encargaba del departamento de diseño mientras su novio Mario manejaba su propia empresa, su familia era dueña de algunos centros comerciales, en donde Alba tenía tiendas de telas.Alba estaba en su oficina cuando entro Valeria. “Llegaron los nuevos clientes, Damián y Álvaro Alcántara, vienen del consorcio Alca”.Alba se levantó cerrando su computadora. “¿Son los clientes para el nuevo edifico en la costa?”.Valeria afirmó. “Si, la inmobiliaria busca negociar para encargarnos de los diseños de interiores de sus nuevos departamentos”.Alba sonrió emocionada. “Genial, la propuesta les va a encantar, vamos”.Entraron a la sala de juntas, Damián miraba por la ventana y Álvaro esta
El tiempo transcurrió, el edifico se inauguró y fue renombrado ganando premios a la excelencia. Alba y Damián tenían una relación muy bonita, era tiempo de conocer a su familia, Damián ya conocía al padre de Alba, en ocasiones se encontraban en la fábrica cuando visitaba a su hija.Bajaron del coche juntos tomados de la mano. Alba estaba un poco nerviosa, temíaque no la aceptaran, Damián era viudo y su difunta esposa fue muy querida en la familia.Entraron y la pequeña Mariana apareció en el recibidor abrazando un pequeño unicornio de peluche, tenía unos tres años de edad, miraba a Alba detenidamente, Camila su nana estaba a un lado.Damián tomó de la mano a Alba aproximándose a Mariana. “Hola, princesa”.Mariana los observo. “Hola papi”.Damián se agacho a la altura de su hija mirá
Damián salió con Alba en su carro. “¿A dónde vamos?”.“Ya lo veras...” Él sonreía.“Ya dime, a donde”. Ella lo interrogaba.Él sonrió. “Tranquila, te va a gustar”.Viajaban por la carretera hasta llegar a un camino de terracería, al final se observaba un pequeño muelle que llevaba a una cabaña con grandes paredes de cristal, estaba construida sobre el lago, Damián estacionó el carro y bajo para ayudar a Alba con su vestido largo.“¿Este lugar, es tuyo?”. Alba examinaba todo alrededor.“Es de mi familia, mis padres vienen aquí cuando quieren tiempo para ellos”. La tomó de la mano para entrar.  
Damián trato de comunicarse con Alba, pero no h**o respuesta, habló con Diana y Valeria, pero tampoco tomaron sus llamadas. “Maldición”. Tiro el teléfono a la pared, no podía irse, tenía que terminar su trabajo en la ciudad. Cuatro días después Damián salía con sus maletas del aeropuerto Héctor ya lo esperaba. Le entrego el sobre donde estaban impresa las fotos. Damián está furioso, quien hizo esto lo pagaría caro. “Llévame a la fábrica”. Héctor termino de subir las maletas y subió al coche, al llegar entró fácilmente, la gente del lugar ya lo conocía y lo saludaban, subió a la oficina de Alba encontrándose con Valeria y Diana. Ambas se miraron. Damián las observo, también sabían del asunto. “¿Dónde está Alba?”. Valeria contestó molesta. "En su oficina, pero está ocupada”. Damián se rio y camino hacia la puerta, Valeria y Diana trataron de detenerlo, pero fue imposible, entraron los tres a la oficina, Alba levantó su cabeza al oír el e
Alba y Diana se miraron. Y Valeria rodo los ojos, entregando su celular a Alba. “No puedo creer que no las tengan ¡son evidencias!”. Negaba con la cabeza mientras les decía, Alba encontró una foto donde se mostraba mejor la cara de la mujer, la compararon con la foto. Y si era ella.La chica cambio su semblante y se asustó. “¿Qué quieren?”.Alba la miro. “¿Reconoces estas fotos?”. Le dijo mientras se la mostraba.La chica abrió mucho los ojos.Alba se enojó. “Dime, ¿Eres tú verdad?”.Ella ya asustada y con dolor ya que Valeria la tenia de los cabellos y del brazo asintió.Alba respiro profundo y preguntó. “¿Te acostaste con él?”.La chica negó con la cabeza sin hablar. Valeria apretó el agarre, “Di la verdad o te cortare esa bonita cara”.El
Días después Alba y Damián cenaban en un restaurante, las cosas iban bien, pero Alba todavía no aceptaba del todo a Damián, él prometió encontrar a los responsables, pero hasta ahora no había nada y todo era por que buscaban en el lugar equivocado. “¿Qué pasa Damián?, te notó distraído”. Alba lo miraba mientras comían, estaba muy serio. El suspiro y dejo sus cubiertos. “No he podido dar con la mujer de las fotos… Ni el hombre que habló conmigo en el bar”. Ella bajo su cabeza jugando con su comida y le dijo. “Ya no busques más, dejemos eso por la paz”. Damián la observo. “No puedo Alba, nosotros todavía no estamos bien y te prometí explicarte lo que paso”. Ella tomó un sorbo de su vino. “Se que no te acostaste con esa mujer, la encontré y la obligué a decirme la verdad…” Ella siguió comiendo. Damián extrañado le preguntó. “¿Por qué no me dijiste nada? ¿Dime donde esta, necesito saber la verdad?”. “No es necesario Damián… l
Benjamín frunció el ceño. “¿No crees que es extraño?” Se levantó del sillón. "Dijiste... desde el día que la déjate en su departamento”. "Si, ¿Por qué?” Damián lo miro extraño. “¿No recuerdas que ella te recogió en el bar?”. Damián se quedó pensativo, el alcohol hizo estragos en él, al día siguiente no recordó nada, solo despertó desnudo, pero había imágenes y fragmentos de un sueño en donde … Alba estuvo con él… < ¿Por qué se fue?>. Pensaba Damián. Reviso su teléfono y no había llamadas de Alba, intento comunicarse, pero está fuera de servicio, esto se le hizo extraño y llamo a la oficina, Valeria le dijo que estaba de viaje y no regresaría en una semana. Ella no quiso decirle a donde y Damián se enojó. Alba llego al aeropuerto un hombre mayor ya la esperaba con un letrero en sus manos. “Hola, soy Alba María”. Ella saludo al hombre cortésmente. “Buen día señorita mi jefe me pidió que la recogiera”. La ayudo con su maleta
No muy lejos de ahí, Álvaro disfrutaba de una tarde en la misma playa con una chica, giro y vio a Alba con un hombre, frunció el ceño y siguió espiándola por un rato más. Llamo a Damián. “¿Oye hermano que rayos hiciste?”. Estaba muy molesto, Alba le gusto el día que se conocieron en la fábrica, pero cuando se enteró que Damián la conoció primero y al parecer le gustaba le dejo el camino libre a su hermano, Ahora Alba estaba en una playa con otro hombre. Damián enojado. “¿Qué quieres Álvaro?, tengo mucho trabajo”. “Tanto trabajo, como para dejar que Alba este con otro hombre”. Damián se levantó de la silla. “¿De qué hablas? ¿La viste?”. “Si, estoy en Manzanillo te mandare los datos”. Álvaro colgó y camino hacia Alba, ella conversaba alegre con Ernesto. “Alba, que coincidencia”. Ambos giraron para ver a Álvaro y Alba solo negó con la cabeza. <De tantos lugares porque tenía que encontrárselo aquí, lo más probable es que Damián