Capítulo 299
Para ella, no existía la más mínima posibilidad.

«¿De dónde habrán salido esos rumores?», se preguntó. «¿Por qué Gabriela no se defiende?»

La respuesta se le antojó clara: Gabriela, por alguna razón, estaba más que decidida a divorciarse de Álvaro. ¿Para qué molestarse en desmentir nada? De hecho, quizá hasta lo había admitido sin reparo…

Laura frunció el ceño.

Le resultaba más sencillo enfrentarse a los números de la empresa y a la política del mercado que lidiar con este drama personal tan enredado. Sin embargo, tenía una certeza: Gabriela debía mantenerse casada con Álvaro.

A la mañana siguiente, Laura se dirigió a la residencia de las afueras bajo una suave nevada. Cuando se bajó del auto, se encontró con Gabriela al borde de un estanque climatizado, alimentando a los peces.

—Señora, —la saludó Laura.

Gabriela solo alzó la vista y asintió; no interrumpió su tarea ni respondió con palabras.

Kian ya le había comentado a Laura que, desde que Gabriela llegó a esa finca, casi no interac
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