capitulo 8
Entró hecha furia a mi habitación. ¿Cómo puede ser tan tierno en algunos momentos y en otros una completa bestia? Me tiene cansada su m*****a bipolaridad. Toqué mis labios con mis dedos, sintiendo todavía los de Adam, y cerré los ojos, imaginándome ese momento. Dios, Adam, ¿qué me estás haciendo?

Me levanté por unos ruidos que provenían de la sala, así que decidí salir para ver qué era. Cogí mi bata y me la puse para después salir y bajar con cuidado las escaleras. Cada vez que me acercaba más, podía escuchar que eran los gemidos de una mujer hasta que me paré en seco al ver a Adam teniendo sexo con una rubia. Ella gritaba como loca y le pedía que lo hiciera más fuerte. Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero rápidamente las sequé. No permitiré que él me lastime; por mí, que haga lo que se le dé la gana. Así que subí a mi habitación y me volví a dormir, bueno, si los ruidos de la m*****a no me dejaban.

Me desperté por el sonido de mi alarma y, con mucho esfuerzo, me levanté de la cama p
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