capitulo 31
Luz

Cuando Adam menciona eso, siento ganas de golpearlo. ¿Cómo se atreve a decir eso?

—¡Estás loco! Yo no sufro de nada de eso.

—¡Claro que sí! Solo te niegas a aceptarlo.

—¡Imbécil!

—Luz, necesitas ayuda. Déjame ayudarte.—¿Pero qué se ha creído este imbécil para decirme eso?

—¿Ayudarme? ¿Tú, a mí? —lo miro y suelto una risa irónica—. No necesito tu ayuda porque estoy bien.

Él niega con la cabeza.

—No, tú no estás bien. ¡Deja que te ayude!

—¡Basta! Ya te dije que no necesito tu m*****a ayuda. Mejor métete en tus cosas y déjame en paz.

Salgo de ahí dejándolo con la palabra en la boca. ¿Quién se ha creído para decirme que estoy enferma? Yo solo cuido de mi cuerpo. No quiero volverme una gorda.

Al llegar a casa, me tiro al sillón algo cansada. Pero como mañana tengo libre, quiero hacer algo para quitarme esta rabia que tengo con Adam.

—¡Hola, Ana! ¿Cómo estás?

—¡Amiga! ¡Qué milagro que te acuerdas de mí, ingrata! —dice en tono de indignación.

—Lo siento, amiga. Es solo que el ho
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP