Estimadas lectoras y lectores Al parecer, Ana simplemente no puede seguir con si vida, al menos no en el mismo lugar donde se encuentre algún Sánchez.
--- Julián Escalona ---Hoy pintaba para ser una tarde tranquila, salí temprano de la oficina, tuve una reunión con varios posibles clientes, luego de ello, llegue me quite el traje y me puse mi ropa deportiva favorita, estaba a punto de irme al GYM cuando, el llanto de mi vecina y amiga me sorprende, es un llanto ahogado, es algo doloroso.Por un momento titubeo, tal vez lo que necesita es estar sola, todos a veces necesitamos llorar en soledad, pero luego se viene a mi mente lo que paso hace varios meses, ahí es cuando reacciono y salgo a tocar en su puerta.- Ana, cielo… ¿Todo bien? – Pregunto y al no escuchar respuesta, abro la puerta.Intento entrar, pero hay algo bloqueando la puerta, algo o alguien.- Ana, hermosa, ¿Qué sucede? - Pregunto cuando por fin puede entrar la mitad de mi cuerpo.Ella se hace a un lado y por fin puedo entrar completo, al verla en el suelo, solo me limito a ponerme a su altura, me siento con ella y la abrazo. Ella, al sentir mi abrazo, se suelta a llora
--- Diego Sánchez ---Había bajado al baño del cine, sinceramente he estado poniendo todo de mi parte para arreglar las cosas con Cassandra, todo ha sido complicado desde el juicio. Su familia se muestra dudosa, pero al final, incluso ya tenemos fecha de boda y todo se está moviendo al gran día, ella realmente está vuelta loca, invitaciones, preparativos, que, si las damas de honor, los vestidos, el color de la decoración, mi traje, las flores y una larga lista de, etc.Por mi parte, sinceramente no me siento tan emocionado, digo, es la primera vez que me caso con bombo y platino, pero pareciera ser que nada me emociona, no al menos al mismo grado que a Cassandra.Luego de saber que Isabela se metió con Héctor, no vi el caso a seguir martirizándome, sé que fui y le reclamé a mi tío por aquello, él dio un golpe bajo y certero, no tuvo que golpearme físicamente, solo tuvo que recordarme una cosa, una simple cosa, yo nunca hice nada por defender a Isa.Uno de tantos días después del juic
--- Ana Teyssier ---Luego de recibir la fecha de salida, las cosas en la oficina han estado algo tensas, mi jefe se ha vuelto un ogro, bueno, ya lo era, pero ahora es más. Independientemente de cualquier cosa, ahora trato de que todo lo que tenga que ver o hacer con mi jefe, lo haga Larissa.Larissa Brooks es mi reemplazo, es joven, tiene 23 años, es muy bella, no sé qué cosas pasen por la cabeza de mi jefe, pero noto cierta complicidad entre ellos, en fin, yo me voy en 3 semanas y, sea lo que sea que ocurra entre ellos, ya no estaré aquí para verlo.La chica no es mala, es un poco sangrona y tiene un raro acento en la voz, que pareciera como si tuviese una papa en la boca, aquí coloquialmente le decimos que son la típica “niña fresa”.Mi fresita favorita, al menos conmigo, es un encanto, pero a la que para nada le cae bien es a mi amiga Soila, que por alguna razón desconocida, no le agrada en lo más mínimo. Cada que me ve con ella, prefiere solo saludarme y pasar de largo, aquello e
--- Ana Teyssier ---El día que estuvimos Julián y yo en la playa, él me dejó sola en la habitación, en lo que él, según iría a “dar la vuelta”. Yo me quedé al menos una hora sin saber qué decir, que escribir, no sabía por dónde comenzar, pero tal como si se tratase de una revelación, la inspiración llego…Diego SánchezHoy, como me cuesta escribir ese nombre, cuando te conocí casi cumplía 18 años, no tenía ningún interés en una relación, no quería a algún hombre en la vida. Al menos no quería a nadie cerca de mí, la razón en ese momento me sonaba válida, no quería que alguien viniera y borrara lo que aún sentía por Sebastián.Él había muerto cuando recién había cumplido 16 años, su partida fue dolorosa, triste y desde eso, mi vida jamás volvió a ser igual, yo no volví a ser igual.Cuando llegaste a mi vida, llegaste como un remolino que venía con su fuerte viento, el cual revoloteó y levantó polvo. Todo se movió, no llegaste preguntando si podías o no, cuando quise ver, ya estabas de
No sé cómo fue que volvimos a estar juntos, no sé qué me dijiste, tal vez usaste las palabras correctas, tal vez solo sentí lástima, porque apareciste y me contaste las cosas de manera trágica, me dijiste que estabas harto de tu familia, me dijiste que me extrañabas y que habías sido un completo idiota.La verdadera idiota fui yo, porque esta vez yo fui quien te creyó, yo fui quien hizo caso omiso del pasado, del doloroso pasado, te abrí las puertas de mi casa, de mi corazón y de todo mi mundo, si bien no lo había logrado fácilmente, era mi mundo, mi hogar, mi lugar seguro.Tal como la primera vez, dos o tres meses fueron muy, muy buenos, eras todo lo que una mujer esperaría, me llevabas a cenar, te interesabas por mis cosas, realmente te mostrabas preocupado por mí, jamás lo vi venir, tal como la primera vez. Solo que esta vez no te fuiste, simplemente tomaste el control de todo, de mi vida, de mi corazón, de mi hogar, de quien era, ibas y venías, nuevamente solo me estabas usando pa
--- Ana Teyssier ---Luego de pasar el fin de semana en Cancún, Julián dijo que lo ideal era que para despedirme de Sebastián, debía irlo a ver al cementerio, yo acepté porque para mí es más fácil hacerlo ahí, frente a frente, lo quise tanto y si voy a decir adiós, deber ser en el lugar que por años he frecuentado.Vaya que el tiempo ha pasado muy rápido, ya solo faltan dos viernes y me voy, hoy no me dio tiempo ir a casa de mamá, Julián me pidió acompañarlo al súper, no tenía ánimos de hacerlo solo, así que, como él me está alimentando para que ya no compre más despensa, dijo que era mi obligación acompañarle.Mientras mi querido amigo se queda en la sección de limpieza seleccionando el mejor aroma para su apartamento, yo camino hacia donde está la zona de lácteos, ando en búsqueda de crema para café y café. Mientras me pierdo en la selección, no me percato de quién está detrás de mí hasta que escucho una voz familiar.- ¿Ana? – Me pregunta con duda.Volteo y lo veo, Héctor junto a J
Diego y yo nos conocimos en el último semestre de preparatoria, éramos de colegios distintos, mientras él estudiaba en un colegio privado, yo asistía a un colegio de gobierno.Todo surgió como una extraña amistad, nos conocimos en una fiesta por conocidos en común, ese día él me pidió mi número telefónico y se lo proporcioné, al principio no tuve interés en ello, en ese momento, no estaba interesada en encontrar novio o algo por el estilo.Grande fue mi sorpresa cuando él comenzó a escribirme casi a diario, él hacía lo posible para que nos encontráramos en la parada de autobús, casi siempre a la salida, nuestras charlas eran amenas, en ocasiones me dolía la panza de tanto reír.Diego, poco a poco, se fue metiendo en mi vida, su plática, su sonrisa, sus detalles hicieron que, sin querer, me fuera atrayendo hasta que un día cualquiera, entre nuestras muchas escapadas después del colegio, me besó y ese beso fue el comienzo de mi propio fin.Fueron dos años, llenos de momentos buenos y ma
Todos en esta vida, en algún momento, necesitamos pagar para que alguien escuche nuestra historia, le dicen “Ir al psicólogo”, después de muchas conversaciones con mi familia, finalmente acepte ir. Llegue 10 minutos antes, me siento nerviosa, estoy inquieta, jamás había pisado un lugar así, seguramente mi familia me cree una desequilibrada y no es para menos, luego del último arranque que tuve. En mi defensa, solo puedo decir que es lo último, ya no pude aguantar más.Aún recuerdo ese día como si fuera ayer, ese día sufrí la más grande humillación de todas, si en el pasado había sido humillada por Diego, esta ocasión la situación rebaso todo lo que había vivido con él, además de que teníamos público. Lo peor de todo fue ver los ojos de mi madre, ella realmente estaba asustada y vi decepción en su mirada, en ese momento lo supe, había tocado fondo.Pensando en ello, me levante, cogí la mano de mi madre y decidí que, desde ese día haría todo lo que estuviera a mi alcance para olvidarme