Marina Johnson se encontraba en un momento de profunda desesperación. Su madre, gravemente enferma, requería una operación que costaba una fortuna. Llena de esperanza, la joven acudió en busca de ayuda a su novio, pero al llegar a su casa presenció una escena devastadora: lo encontró con su mejor amiga en un acto de traición. Sin opciones y con el corazón roto, Marina decidió vender su pureza a un desconocido,En un lúgubre lugar, se trataba de Gilbert Macallister, un hombre adinerado y habitual visitante de clubes exclusivos,el dinero selló un negocio del cual no tardaría en arrepentirse.La joven jamás pensó en volver a ver a ese caballero,más el destino caprichoso los volverá a juntar.
Leer másGilbert Macallister Los trillizos ya habían cumplido tres años, y la vida en nuestra mansión estaba repleta de risas y caos. Sin embargo, había un tema sobre el que Marina y yo siempre caemos: el matrimonio. A menudo discutimos si es mejor esperar o dar el siguiente paso. —No sé, Gilbert —me decía ella, con una sombra de tristeza en su mirada—. Me da pena separarme aunque sea un momento de los pequeños. La idea de irnos de luna de miel solo nos aleja por más tiempo.En una de mis propuestas, le dije:—¿Y si viajamos todos juntos? Una luna de miel en familia, ¿qué piensas?Marina se rió, aunque aún notaba la preocupación en su rostro.—Tiempo es lo que nos sobra, ¿verdad? Pero, cariño, aún no estoy lista para tanto estrés de un matrimonio.Con la complicidad de Gema y mi amigo Ethan, decidí que era hora de hacer algo especial. Quería crear un recuerdo imborrable en su corazón. Así que reservé una cena en un restaurante, un lugar acogedor donde cada bocado cuenta una historia.Esa no
Marina Johnson Mis dolores de parto eran cada vez más intensos, y la angustia pintaba el rostro de Gilbert mientras corría de un lado a otro en la sala.Miré sus ojos desorbitados, el sudor perlaba su frente, y por un instante se convirtió en un espejo de mi propio pánico. —Respira, amor —le dije con voz temblorosa, aunque sabía que no era yo quien debía tranquilizarle.—¿Te duele mucho? —preguntó, sus ojos reflejaban una mezcla de preocupación y amor.—Es una pregunta tonta, por supuesto que me duele. Pero ya estoy en esto, y tengo que ser fuerte —inhale y exhale repetidamente, tratando de centrarme en lo que estaba por venir, en los pequeños que pronto tendría en brazos.Gilbert agachó la cabeza, como si llevara el peso del mundo sobre sus hombros.—Lo siento, es que los nervios me ponen tonto —respondió, su voz apenas un murmullo.Traté de darle una sonrisa alentadora, aunque el dolor me desgarraba. Pero lo necesitaba; necesitaba su apoyo más que nunca. Finalmente, llegamos a la
Marina Johnson —Mi amor, vamos a enfrentar esto juntos —le dije a Gilbert, apretando su mano con fuerza, sintiendo cómo sus dedos entrelazados con los míos me brindaban una inexplicable seguridad. Él me miró con ternura, y esa chispa en sus ojos me hizo sentir que todo iba a estar bien.—No te preocupes, amor. Todo va a estar bien. Gema tiene que entender que nosotros nos amamos —respondió, su voz era un susurro calmante que aliviaba mis temores.Con determinación, entramos a la sala de la mansión. El aire estaba cargado de tensión, ya que sabía que Gema no lo recibiría de buena manera.Antes de que pudiera hacer un comentario, Gema se llevó una mano al pecho en un gesto dramático y, para mi sorpresa, cayó desmayada al suelo.—¡Gema! —exclamé, corriendo hacia ella—. ¡No! ¿Qué te pasa?Ethan, que estaba visitando a Nathan en ese momento, miró a Gema en el suelo y dijo, sin perder su sarcasmo:—Ya deja la payasada, Gema.—¡No ves que mi hermana perdió el sentido! —grité, cada segundo
Marina Johnson.Miré por la ventana de mi habitación, observando cómo la lluvia caía a raudales sobre el jardín.El estruendo de los truenos resonaba en la distancia, pero para mí, parecía un reflejo de mis propias emociones turbulentas.Acaricié suavemente mi gran barriga, sintiendo los movimientos leves de los trillizos que llevaban meses creciendo en mi interior. Estaba ansiosa por conocerlos,y al mismo tiempo sabía que lidiar con el estado de salud de Gema no sería nada sencillo.El eco de las palabras del doctor resonaba constantemente en mi mente: “Su corazón está delicado.”Gema se lo tomó con mucho angustia y me decia:— Cada latido de mi corazón se ha convertido en un recordatorio constante del riesgo al que me enfreto,así que mejor no me hagas enfurecer,ya deja de ver al idiota ese.Ella no deseaba ver a Gilbert ni un metro cerca de mí.No tenía sueño y me asomé a ver por la ventana de mi alcoba.La puerta se abrió con cuidado y mi hermana Gema entró, su rostro pálido aún mo
Gilbert Macallister — Es grato verte,estoy preparando la cena,hoy se me antojó cocinar.-Marina luce hermosa con el cabello recogido y un delantal.—Entiendo,seré breve solo vine para saber que estás bien y me alegra verte así que ya…Ella sintió un poco de pena,por la timidez con la que me expresaba y en forma rápida me interrumpió:—Quédate a cenar.—¿Cómo dices?—Lo que oyes,siéntate que voy a la cocina a dar un último toque y vuelvo. Asentí y la esperé en la sala de estar de la mansión que había sido mi hogar por mucho tiempo.Gema entró sigilosamente mientras Marina estaba en la cocina.No se mostró sorprendida al verme,susurró para sí misma:—Debo hacer algo para Marina abra los ojos de una vez..— No crees que es tú hermana la que debe decidir qué es lo que quiere.—Uff,Oíste lo que dije,creí que lo había pensado—. Dijo llevándose la mano a la boca de forma burlona.Marina entró a la sala y viendo la tensión entre ambos expresó:— ¡Oh, Gema! ¿Qué haces aquí? ¿Pasa algo?Gema
Marina Johnson — Te deseo lo mejor en tu vida,Gema.-Agregó mientras empuñaba el bolígrafo.Ella no dijo nada, en el fondo no estaba feliz,se negaba a dejarlo ir.Ese día tan esperado había llegado. Gilbert se encontraba sereno,con la mirada perdida en el horizonte. Sabía que había tomado una decisión que cambiaría sus vida para siempre, pero estaba seguro que era lo correcto. A pesar de la infidelidad de Gema, había optado por negociar el divorcio de la manera más civilizada posible. Gema había dado mucha lucha durante todo el proceso de divorcio, tratando de obtener la mayor parte de las propiedades en común. Pero finalmente, se encontraba frente a la realidad de que debía firmar los papeles y dejar atrás aquella vida que compartió con Gilbert.Mientras tanto,a escasos metros de la oficina del juzgado Ethan y yo nos despedimos en buenos términos. Habíamos decidido separarnos por mutuo acuerdo, alegando diferencias irreconciliables. A pesar de todo, nos miramos a los ojos y supimos
Marina Johnson.—¿No entiendes lo importante que es para mi que me perdones? Gilbert, con una expresión de arrepentimiento en su rostro, se acercó a mí con paso vacilante, buscando redimirse por los errores del pasado.—¡No te atrevas a tocarme! -- Mis ojos ardían ante las lágrimas contenidas.—Marina, te ruego que me perdones por mis acciones. Estaba cegado por la sed de venganza hacia tu familia, pero ahora soy un hombre cambiado. Te amo con todo mi ser y deseo un futuro juntos, dejando atrás las sombras del pasado.Con los ojos entrecerrados y el corazón lleno de dudas, confronté a Gilbert con valentía: —¿Cómo puedo confiar en tus palabras, Gilbert? Tu sed de venganza hizo estragos en mi familia, ¿cómo puedo estar segura de que has cambiado verdaderamente?Mis palabras colmaron el aire con tensión y Gilbert luchaba por demostrar la sinceridad de sus sentimientos. —Comprendo tus dudas, mi amor, pero te juro que estoy dispuesto a demostrarte que he cambiado, que mi amor por ti es
Marina Johnson.—¿Cómo fuiste capaz,Gilbert? Ethan entró a nuestra sala hecho un polvorín,su mirada lanzaba chispas,era notable que estaba a punto de perder los estribos,todos en la sala nos quedamos impactados sin poder entender el motivo de su furia.—¡Macallister esto es por Gema! —. El golpe lo derribó al piso.—¿Estás loco? —. Gilbert algo aturdido por el golpe se mostró sorprendido.—¡Párate cobarde!,¿por qué le pagaste a Michel para que simulara ser mi amante.¡No lo niegues!,me la encontré por casualidad luego de años y me lo contó todo.Las acusaciones de Ethan resonaron en el ambiente.— ¡Ya entiendo!,merezco ese golpe y muchos más,aquí estoy para que desahogues tu furia,es más no me voy a defender porque reconozco que hice daño.-Expresó Gilbert con una tranquilidad que me congeló.Las vidas de Gilbert, Gema e Ethan estaban entrelazadas por un pasado turbio y oscuro que se vio revelado ese día.Mi hermana,ilusionada y enamorada, había sido la novia de Ethan,a escondidas de m
—¿Cómo fuiste capaz de engañarme de ese modo?-.El grito de Marina previno a su esposo que se quedó paralizado en el umbral de la puerta de su habitación.Ethan apenas y le sostenía la mirada no tenía argumentos para defender su traición,era la primera vez que veía a Marina tan enojada.—¡Déjame explicarte!,todo tiene una razón….—¿Qué me vas a decir?,me usaste para estar cerca de Gema y del hijo de ambos,no sé quién es más descarado si mi hermana o tú.-Le recriminó con rabia— ¿Cuándo me lo dirías?El hombre enmudeció por varios segundos antes de responder:¿Me negarás la oportunidad de defenderme?Marina negó con la cabeza,su mirada lanzaba chispas.—Yo pensé que tú eras diferente y me sentía orgullosa de tener un hombre cómo tú a mi lado,hasta llegué a sentir culpa por no corresponder a tus sentimientos.Ethan permaneció inmóvil sin saber si retirarse o intentar convencer a Marina de que lo oyera.Para mí no es fácil esta situación— .Dijo intentando dar su versión. — No me vengas