Inicio / Romántica / Vendida al millonario / 4- Almas gemelas al encuentro.
4- Almas gemelas al encuentro.

El millonario Parker yacía pálido y ojeroso,levantó la mano en un débil gesto de llamar a su hija.

Gema se le acercó con rapidez y le susurró con voz suave:-Padre no te esfuerces,descansa.

Joseph Parker ya tenía perfil de difunto,sus ojos eran dos cuencas que albergaba una mirada de angustia y su nariz más perfilada que de costumbre.

-Ya descansaré cuando me muera,ha de ser muy pronto la siento cerca.

-¿A quién amado padre?

-A la muerte,hija.Llama al notario,quiero que venga de inmediato.

Gema asintió con la cabeza y tomando el celular cumplió la orden de su padre.

El moribundo tosía y se quejaba de los dolores,un agresivo cáncer pulmonar apagaba su vida con lentitud.

En esa cama le dio tiempo de reflexionar y arrepentirse de sus pecados que eran muchos,siendo el hombre más adinerado del país había obrado muy mal.

Un hijo  al  que nunca le dio su amor porque a la madre la hizo suya y luego la desechó cómo a un sucio pañuelo,ni siquiera llegó a saber si fue niño o niña.

Joseph toda su vida había actuado de mala fe y para muestra un botón,a los padres de Gilbert los despojó de sus bienes y ahora en los umbrales de la muerte nada más le pedía a la providencia un poco más de vida para resarcir los daños que había causado.

-Hija,acércate-.Balbuceó el hombre.

La mujer le tomó su pálida mano y le besó el dorso de la misma.

-¿Qué puedo hacer para que te sientas mejor?

-Solo una cosa demando de tí,necesito que me oigas sin interrumpir-.Tosió un poco y tomó un poco de aire-.Tienes un hermano,en mi juventud yo era muy mujeriego y no había mujer que se me resistiera,una criada de la casa salió embarazada de mí y no me hice cargo.

-Siempre he tenido una buena imagen de tí,no me imagino eso.Yo soy tu hija y no te voy a juzgar,tienes que mejorar y juntos buscaremos a esa mujer y a su hijo.

Una lágrima recorrió las mejillas del enfermo.

-No tengo mucho tiempo y además no deberías de llorar por mí,yo soy un vil ladrón y no me quiero quemar en las brasas del infierno.Debes saber que yo me apropié de manera ilegal de los bienes de los Macallister,es mi deber moral resarcir a Gilbert.

-Nunca lo hubiese imaginado,con razón él se casó conmigo sin amarme,lo hizo por mero interés-.Espetó ella con frialdad.

El hombre lloró como un niño ante las palabras de su hija,era mucho el sentimiento de culpa acumulado en su corazón,deseaba quedar libre porque sabía que su fin estaba más cerca de lo imaginado.

-Soy el culpable de tu infelicidad y no te culpo si me odias por eso,ahora que voy a restituir los bienes a tu marido todo va a quedar en familia y pueden unir fuerzas para que el consorcio se extienda a mercados internacionales. 

-Por mi parte no tengo objeción,pero mi marido va a querer el divorcio y no se lo voy a dar porque lo amo. 

-No te preocupes querida,Gema.Yo me voy a asegurar de que nunca te deje.

Gema lloró en el pecho de su padre,sabía que no era justo con Gilbert,más no tenía el valor de dejarle ir.

El ama de llaves los interrumpió para avisar que el notario estaba en la mansión.

-¿Qué esperas?, hazlo pasar de inmediato-.Ordenó Gema,saludó al notario y los dejó a solas.El caballero tomó nota de la última voluntad del moribundo.

El corazón de Gilbert estaba lleno de resentimiento y deseos de  venganza. En su mente, solo existían sus propios deseos y sueños de poder y riqueza. 

Aunque Gema era una mujer dulce y comprensiva que lo amaba a pesar de su cruel indiferencia el hombre nunca sintió una pizca de deseo por ella.

Mientras su esposa sufría en silencio, Gilbert estaba más preocupado por la fortuna que podría heredar de su suegro moribundo. Soñaba con recuperar lo que consideraba suyo y deshacerse de Gema mediante el divorcio.

Mientras pensaba en sus maquinaciones,se dispuso a ver al enfermo. 

La esposa de Gilbert lo detuvo en el umbral. Con una tristeza en sus ojos, le reveló:Mi padre está  haciendo un nuevo testamento con el notario,me ordenó que no los interrumpan-.Enjugó sus lágrimas y salió a llorar al jardín de la mansión.

En ese momento, Gilbert vio su oportunidad de cumplir sus ansias de poder y libertad,no obstante le intrigaba la última voluntad de Parker.

-Ese viejo zorro,es capaz de dejarle todo a Gema,a menos que de verdad tenga conciencia y me devuelva mi fortuna.

Con la mente llena de codicia y desprecio por su esposa, Gilbert tomó jugo de naranja y dejó que la idea de un futuro brillante sin Gema se apodera de sus pensamientos. 

Gema estaba desolada en su corazón, sabía que el verdadero vacío lo sentiría el día que su padre diera su último suspiro.

"Gilbert me va a pedir el divorcio en cuanto pueda".

El amor de la dulce Gema,no era correspondido, estaba destinada a quedar destrozada y solitaria,sus horas más oscuras se acercaban.

En el extremo opuesto de la ciudad, Marina se mantenía de pie frente a la tumba recién cubierta de su madre, con una rosa entre las manos temblorosas. Su corazón pesaba con la ausencia de la figura materna que la había criado y protegido durante toda su vida.

Las lágrimas resbalaban por sus mejillas mientras veía cómo el féretro era bajado lentamente a su morada final. Un nudo en su garganta le impedía articular palabras, pero en ese momento de silencio eterno, su mente resonaba con pensamientos llenos de dolor y determinación.

-Mi madre,mi amor eterno yace en esa tumba fría-.dijo en medio de su dolor.

Los conocidos de su madre la miraban con lástima.

-Te prometo, mamá-. susurró Marina en un tono apenas audible, como si las palabras fueran un secreto compartido solo entre ellas dos-.Buscaré a mi padre, no por su dinero ni por ningún interés egoísta. Él es el único lazo de sangre que me queda, y te prometo que lo encontraré, por ti, por nosotras.

La rosa que sostenía en sus manos se deshacía lentamente, perdiendo sus pétalos uno a uno, como lágrimas que caen al suelo.

Marina cerró los ojos por un instante, buscando fuerzas en lo más profundo de su ser. Recordaba los relatos de su madre sobre su padre ausente, aquel hombre del que apenas sabía nada más allá de su nombre. La incertidumbre del camino por delante se dibujaba frente a ella, pero en su interior ardía una llama de esperanza.

-No estoy sola,aún vive mi padre.

Con paso lento, Marina se alejó de la tumba de su madre, llevando consigo todo los bellos momentos vividos al lado de su progenitora.

El dolor más grande para ella en ese momento era sentir que se había prostituido en vano,de nada valió su sacrificio,ese dinero lo usó para el sepelio de su madre y lo que sobró le pagó a un albañil para que dejará linda la tumba de la difunta.

En la mansión Parquer,se vivían horas muy oscuras.Joseph, el patriarca de la familia Parquer, había firmado el documento que expresaba su última voluntad, sumiendo a todos en un mar de incertidumbre.

El enfermo presentó una ligera mejoría. Pidió comida, se bañó y entabló una larga conversación con su hija Gema. Entre susurros y confesiones, Joseph dejó escapar un suspiro cansado y expresó su deseo de descansar.

-Te amo,padre.

-Mi linda Gema,ve a descansar que yo tengo mucho sueño.

-De acuerdo,si necesitas algo me llamas.

El hombre asintió con una sonrisa.Cuando Gema se marchó de la habitación, un destello de luz iluminó la estancia. Joseph, aturdido, creyó ver la figura de una linda mujer envuelta en resplandor, quien extendió su mano hacia él. 

-¡Marina!, ¿has venido a verme?- murmuró Joseph con voz entrecortada, creyendo reconocer a esa presencia luminosa. Sin embargo, pronto la tristeza invadió su corazón al intuir  la partida de su amada Marina a la vida eterna.

-Oh Dios, nuestro hijo se queda solo- susurró Joseph, extendiendo temblorosa su mano hacia el espectro luminoso. En ese instante, una paz profunda se apoderó de él y cerró los ojos con serenidad, abrazando la presencia amorosa que había acudido a buscarle.Eran almas gemelas que al fin podían estar juntas.

Dos horas más tarde Gema sintió sed y luego de tomar agua fue a la habitación de su padre.

Un grito desgarrador le heló la sangre a los habitantes de la mansión.

-¡Papá!.Despierta no me hagas esto.

Gilbert acudió a ver cuál era el escándalo y también se sorprendió al ver muerto en su lecho al suegro.

-Ven,Gema.Tenemos que organizar el velorio y mandar un comunicado a la prensa,supongo que todos en la empresa quieren saber quién tomará la dirección.

La chica se secó las lágrimas y negó con la cabeza. 

“Mi marido es insensible”.-Eso fue lo que pasó por su mente.

-Hazte cargo,mi amor.Yo no tengo cabeza para nada y de negocios no sé mucho,es obvio que tú eres el nuevo presidente de las empresas.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo