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2- No voy a saltar.

Marina Jhonson.

La suite era muy lujosa,se notaba que a ese sugeto lo que le sobraba era el dinero.

Me ofreció un trago de Whisky y me lo tomé hasta el fondo para espantar mis nervios.Estaba resuelta a sacrificarme para salvar la vida de mi madre.

—¿Puedo ir al tocador?,no me voy a tardar mucho–.Lo miré con cierto temor mis piernas temblaron en forma leve.

-¡Nada de drogas aquí por favor!-.Masculló sin mirarme mucho.

—Sólo quiero darme una ducha rápida—.Traté de parecer lo más serena posible aunque en el fondo era un manojo de nervios. 

El hombre  me miró de forma extraña y asintió con la cabeza,se quedó sentando en el sofá tomándose su trago.

Yo entré a ese cuarto de baño y luego de asearme me perfume y coloqué un poco de maquillaje,del susto me veía más pálida de lo normal.

—Si voy a perder mi virginidad al menos no será con un viejo baboso y repugnante—. Susurré entre dientes.

Busqué mi ropa y no la encontré,el venía entrando a la habitación con un lindo vestido en la mano.

—Debe ser de tu talla--Tendió su mano para darmelo 

-¡Quiero mi ropa!-.Me exasperé un poco y mucho más por lo que me dijo el muy estirado.

—La tiré al cesto de la basura,era muy corriente para mi gusto—.Lo dijo en un tono tan despectivo que me sentí humillada.

Estiré la mano para tomar el vestido y ese hombre lo lanzó a otro lado y me tomó por la cintura para atraerme hacia  él.

Sus besos eran rudos,aunque sus labios eran dulces,aspiré su fragancia varonil y sentí esas manos que recorrían todo mi cuerpo.

Una ola de calor se apoderó de mi ser,un ligero temblor recorrió mi cuerpo,cerré los ojos y me dejé envolver por ese torrente de pasión.

No sentí cuando me quitó la toalla,me alzó cómo una pluma y me metió en su cama.

Con rapidez se quitó la ropa y se colocó protección,me besó hasta la sombra,yo estiré mi mano y apagué la luz.

—Me gusta ver—.Dijo al encender la bombilla de nuevo.

—Disculpe,será cómo usted quiera.

Yo me había recogido el cabello en una cola,el hombre extendió la mano y soltó mi larga cabellera y acarició mi rostro.

—¡Eres más linda de lo que me dijeron!

Era obvio que me había confundido con alguien,hice silencio,sólo pensaba en el dinero para la operación de mi madre.

Las caricias y los besos siguieron su curso,ante su magnetismo arrollador mi cuerpo cedió sin ofrecer resistencia,mis piernas se separaron y su fuerte virilidad entró en mí,suspiré profundo y un par de lágrimas se me salieron,sentí ganas de decirle que se detuviera pero pensé cuanto necesitaba ese dinero y cerré los ojos,me aferré a su espalda y le clavé las uñas.

El dolor fue remplazado por una sensación de calor placentera que me hizo estremecer entre sus brazos y jadear de placer.

Lo sentí arquear sus piernas y me abrazó con fuerza nos quedamos así por espacio de quince minutos.

-¡Eres la puta más extraña que me he comido?,creo que te llamaré de nuevo.-Dijo mientras me daba su tarjeta de presentación,su nombre era Gilbert Macallister,era presidente de las empresas del mismo nombre,al menos eso decía la tarjeta,luego de echarle un ojo la tiré en el fondo de la cartera.

Yo permanecia muda,me sequé las lágrimas y me fui a bañar de inmediato,me vestí de prisa,él hablaba por teléfono y no se dio cuenta de que me había marchado.

—¿Cómo qué  dejé a la dama de compañia esperando? —.Atiné a oir —¿Quién es la mujer que me follé?

Entre corriendo al ascensor y salí de prisa de ese Edificio,le metí la mano al primer taxi que pasaba.

—¡A la clinica central por favor!,¡rápido!

Yo miré atrás y pude ver que él salió corriendo tratando de alcanzar el auto.

El taxista le metió velocidad máxima al parecer pensó que tenía yo algún dolor. 

—¿Está bien,señorita?

—No,necesito llegar rápido a esa clínica.

Subí en el ascensor,mi madre estaba despierta 

y me sonrió.

-Mi hija,¿dónde andabas?--.Su rostro se veía muy pálido y sus labios marchitos.

-Buscando el dinero para tú operación,ya verás que vas a estar mejor madre,yo cuidaré de tí.

Mi madre levantó su mano y tomó la mía,su rostro tenía una expresión extraña.

-¡No me quiero morir!,no al menos hasta que tengas una vida realizada,pero presiento que voy a quedar en esa operación.-.Su voz era agitada y se cansaba al hablar.

-¡No te agites mamita!-.Traté de calmarla,pero fue imposible así que la dejé que hablara.

-Siempre te oculté la identidad de tu padre,su nombre es Joseph Parker-Ella toció y prosiguió -Yo trabajé de mucama en su mansión,es uno de los pecados de mi juventud que no me arrepiento.

-Mamita ya habrá tiempo para que me cuentes ¡y es más!,ya estoy muy crecida para necesitar un papá,te tengo a tí y eso me basta—.No deseaba saber más pero mi madre insistió en seguir su relato.

—Joseph estaba comprometido,la atracción entre nosotros era mutua y pasó lo que tenia que pasar,no me arrepiento porque de allí salió lo más bello de mi vida que eres tú.

Le di un beso en la mejilla y ella me abrazó fuerte.

—¡Te amo madre!,no te preocupes todo va a estar bien,lo más difícil era el dinero  y lo tenemos ya,esta clínica tienes a los mejores doctores.

—Si te has endeudado para pagar mi operación Joseph Parker nos puede ayudar a pagar.

¡Te amo y no quiero verte triste,hija!

El rostro de mi madre lucía más relajado,al parecer haber soltado ese secreto le había liberado de un peso que había llevado en sus espaldas durante años.

Mamí se quedó dormida y bajé a la administración  a pagar el dinero de la operación.

Había una fila de gente cancelando y escuché que llamaron a ese doctor que atendía a mi mamá,la voz en el micrófono anunciaba  código azul.

No me preocupé,en ese piso habían otros pacientes,poco rato después  el doctor bajaba.

—Señorita,lamento ser portador de malas noticias,su madre acaba de morir.

Me arrodillé y lloré con gran dolor,había perdido mi virginidad para nada,también había perdido a mi madre y a mi novio todo el mismo día.

—¡Ay mi madre querida!---.Ese lamento salió de lo más profundo de mi corazón.

En ese momento desee estar muerta y corrí a la azotea de la clínica.

-¡Señorita!,¡Señorita!-.

Esa voz parecía familiar,no volví la mirada y corrí a toda prisa.

Me asomé al barandal,era muy alto,estaba tomando impulso para saltar quería al menos estar con mi madre y calmar mi dolor.

Un par de manos me tomaron por la cintura y me bajaron de allí al darme vuelta entre sus brazos me encontré con esos ojos marrones profundos.

—¡Quieta! si prometes no saltar te suelto.

—¡Lo prometo!,pero ya quiteme las manos de encima.

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