Capítulo 44: Tranquilidad

Naomi.

Llegamos justo a tiempo y Rowan se hizo cargo de los que amenazaban con la vida de Silas. Él se desmayó, yo corrí para atraparlo con mis brazos, no me importaba su peso.

—Está herido —dije, al ver que su espalda sangraba—. ¿Dónde están los demás?

—Déjame ver —pidió Rowan.

Le di un permiso.

Él colocó su mano sobre la mejilla de su papá, estuvo analizando cada parte de su cuerpo como un profesional, y eso que era un niño.

—Sólo le dieron algo para dormir, tal vez por eso se veía muy cansado —comentó, viéndose intelectual.

—¿Y su herida?

—Papá es muy fuerte. Sanará sola —sonrió.

Suspiré, aliviada

—¡Silas! —La voz de Silvana me hizo voltearme.

Ella venía apoyada en Axel, ya que tenía un disparo en la pierna y varios rasguños en todo su cuerpo.

—¿Q-qué ha pasado? —cuestionó Axel.

—Lo mismo les pregunto. Están hechos un desastre los dos —dije.

—¡¿Qué hacen ustedes aquí?! —exclamó la rubia, preocupada.

Vino a ver el estado de su hermano, pero pronto se dio cuenta de los
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