Bajo la luz de la mañana el lago en medio del bosque de las ilusiones con su isla en el centro, se veía más amigable para los visitantes pese a que aún había que sortear el laberinto de árboles y el agua seguía hirviendo cuando se le acercaban, pero eso no era algo que detuviera a alguien como Rosa.
La bruja pelirroja salió del bosque, se acercó a la orilla del lago e ignorando que el agua había comenzado a arrojar vapor caliente nada más acercarse, centró toda su atención en las ruinas que yacían en la pequeña isla al centro del lago, testamento de un tiempo que ya había quedado muy atrás.
Rosa suspiró, cerró los ojos y antes de darse media vuelta dijo:
—Es algo…
***
La luz de la mañana comenzó a calarle en los ojos, por lo que Dalia despertó. Se sinti&oac
23 de junioPese a lo que su aspecto pudiera indicar a primera vista, al ser un hombre alto y corpulento con el rostro moreno oculto tras una frondosa barba negra, la verdad era que con toda seguridad no encontrarías a nadie más amable y alegre como Socorro Flanagan, sin embargo, esa mañana no daba esa impresión.Socorro no se encontraba dando saltitos alegre preparándose para una nueva jornada laboral como enfermero en el hospital general de la ciudad, si no que estaba sentado en un sillón de la sala de su pequeño departamento, con una expresión de tristeza en el rostro y un vaso con tequila en la mano.Le dio un trago a su bebida y dijo.—Debí haberle dicho…En ese momento escuchó un grito de terror viniendo de una de las dos habitaciones del pequeño departamento. Socorro suspiró, se puso de pie y caminó hacia la habitaci
22 de junioYuri se encontraba disfrutando de uno de los pocos momentos de paz que tenía: un apacible sueño, cuando algo llegó y lo sacó de los brazos de Morfeo:—¡Buenos días Yuri! —exclamó Socorro entrando de golpe a la habitación, provocando que el muchacho casi saltara de la cama del susto.—¡Toca antes de entrar! —gritó Yuri con los pelos de la nuca erizados por el susto.En respuesta, Socorro rio y dijo con la mano al pecho.—No puedo evitarlo. ¡Hoy es un gran día y estoy emocionado!Yuri suspiró, pues ya sabía a qué se refería su papá. Ese día era su ceremonia de graduación de la secundaria. Tendría que ir al centro de la ciudad a una misa y luego a una ceremonia donde entregarían sus papeles.—Pues que te diviertas —dijo
Yuri y Socorro caminaron por la plaza hasta que llegaron al centro de esta, en donde se alzaba una enorme parroquia de fachada color café, columnas precediendo la enorme entrada y unas largas torres adornadas con campanas de cobre oscuro en lo alto.Frente a la parroquia había unas escalinatas, en las cuales los compañeros de Yuri estaban ya reunidos. Yuri tomó su lugar entre ellos sin hablar a nadie mientras que Socorro entraba a la iglesia para tomar un buen lugar y al cabo de unos minutos, un hombre moreno de pelo canoso, el prefecto de la secundaria, les llamó:—¡A ver chavos! ¡Ya casi es hora de la misa! Acomódense para entrar.Yuri tomó su lugar en la fila y a los pocos minutos los graduados fueron entrando también a la iglesia tomando sus respectivos lugares y así, la misa dio inicio, con el sacerdote pidiendo sus oraciones por esos recién egresados y dándole co
Yuri abrió los ojos. Estaba acostado en su cama.—¿Un sueño…? —se preguntó.—Me temo que no —respondió su padre a su lado.Yuri primero vio a su padre y lo vio tranquilo, para después llevarse las manos al pecho y sentir un par de senos, apretó sus piernas y como ya lo había constatado momentos antes, no había nada entre ellas.Ya habiendo superado el shock inicial y viendo lo tranquilo que estaba su papá ante la situación, Yuri se pudo tomar las cosas con “calma”.—Tú sabes qué es esto, ¿verdad? —preguntó bastante molesto.Socorro sonrió con culpa y eso le bastó a Yuri para confirmar sus sospechas.—Lo primero que debo hacer, es disculparme contigo —dijo Socorro sin animarse a mirar a Yuri—, por no habértelo dicho antes.—&ie
Ya había pasado todo un día desde la transformación de Yuri y el muchacho todavía no salía de su habitación. Socorro no intentó siquiera convencerlo de salir a comer algo, pues estaba consciente de que su hijo tenía mucho en qué pensar.Socorro se encontraba en la cocina preparándose un desayuno. Justo acababa de colocar los huevos con tocino en un plato cuando escuchó que la puerta de al lado se abría y de ella emergía Yuri, todavía convertido en chica.—Buenos días —dijo el hombre con una gran sonrisa—. ¿Ya listo para enfrentar al mundo?Yuri gruñó mientras se sentaba en la mesa.—Salí porque apenas me di cuenta de que no he comido nada desde antier.Socorro rio, le pasó el plato ya servido, fue a prepararse más huevo y cuando volvió Yuri ya casi había limpiado su
Los siguientes días pasaron sin novedades para Yuri hasta que a finales de julio apareció un paquete en su puerta. En este además de venir un conjunto de uniformes escolares femeninos, venía también una carta pidiéndole a Yuri que se reportara el día veintiséis de agosto en el jardín de Netzahualcóyotl para su asignación de dormitorio y comenzar con una semana de inducción a la que sería su casa por el siguiente año.26 de agostoEl tiempo pasó y al fin había llegado el momento de que Yuri partiera a su escuela, así que esa mañana desde temprano padre e hijo echaron todas las cosas del joven en el Cutlass y se pusieron en marcha.El jardín de Netzahualcóyotl se encontraba ubicado algo cerca de la ciudad de México, lo bastante cerca para quedar a un viaje de autobús, pero lo
Yuri continuó avanzando por el estacionamiento hasta que llegó al gran edificio amarillo. La reja en el arco estaba cerrada, pero justo cuando se comenzaba a preguntar cómo haría para entrar, casi como salido de la nada un corpulento guardia se acercó a él.—¿Qué se le ofrece? —dijo el guardia con una voz que denotaba que era un hombre de malas pulgas. Pasando un poco de saliva, Yuri contestó:—Mi nombre es Yuri Flanagan, voy a estudiar aquí, sé que debería haber llegado más temprano, pero mi papá se perdió en el camino y…—¿Trae su carta? —preguntó el guardia interrumpiendo a Yuri.Yuri asintió y sacó de su bolsillo la carta que había llegado junto a sus uniformes. El guardia la leyó, se la regresó y abrió la puerta.—Espere en esa banca, llamar&e
Yuri se encontraba sentado en una de las camas de la habitación, con su maleta al lado y sus codos sobre sus rodillas, mirando a las dos chicas frente a él.«Maldita sea», pensó Yuri hastiado. No solo había que soportar un año siendo una mujer, también tendría que soportar vivir con dos chicas.Mientras tanto, las dos chicas conversaban. La pelirroja sacaba de la bolsa que traía unos panes y se los daba a la castaña.—¿Por qué comen? —preguntó Yuri un poco ceñudo— La cena va a ser servida en un rato.La pelirroja miró a Yuri mientras que la castaña empezaba a comerse su pan y dijo:—Dalia no quiere bajar a cenar con las demás alumnas, como no quise dejarla sola fui por algo de cenar para nosotras, ¿quieres uno? Traje bastantes— y le ofreció un pan.La pelirroja tenía un