Justo en ese momento, Daniel había terminado de contar una historia que sí bien algo diferente en su narración, contenía la misma información que José María le estaba dando a Dalia.
Yuri reflexionó todo lo que había dicho el chef, apretó los puños sobre las cobijas y mirando furioso a su padre dijo:
—No puedo creer que te hayas prestado para este juego enfermo. No sólo le diste cuerda a las maquinaciones de ese loco, ¡también pusiste en riesgo una vida inocente!
Socorro torció la boca y miró para otro lado. Luego dijo:
—Si bien sabía lo que podía pasar, al final del día deseaba tener hijos al lado de la mujer que amaba. Tenía la esperanza de que mi descendencia fuera una niña… pero te imaginarás mi terror cuando vi que eras un niño. Aún así, te amé como no ti
Hacía un rato que Yuri había dejado la casa de Daniel. Todavía le dolía el torso y caminar por el accidentado terreno del bosque de las ilusiones no hacía que la experiencia fuera mejor, pero eso no le importaba pues sabía que tiempo no era precisamente lo que le sobraba a Dalia.El deseo que le había pedido a Rosa había sido uno muy simple: ser inmune a la magia de José María y Rosa así lo había hecho, pero dado que Yuri se encontraba muy débil y que la magia de José María se había vuelto muy fuerte, dependería de su voluntad que el hechizo que le había dado Rosa funcionara… y parecía que no lo estaba haciendo.Llevaba un buen rato caminando por el bosque, el color naranjoso del cielo se lo probaba, pero no había podido avanzar mucho. Claramente había podido llegar más lejos de lo que lo había hecho cua
En las ruinas en medio de la isla. Dalia y José María miraban expectantes por la ventana vigilando el color del cielo que ya casi estaba negro. La oscuridad se hacía presente y José María había hecho aparecer un par de esferas de luz alrededor de la sala para mejorar la iluminación.Dalia ya estaba comenzando a morderse las uñas por la desesperación. Si de verdad Yuri y Rosa iban a hacer algo para salvarla, ¡¿por qué se tardaban tanto?!De repente la cara expectante de José María cambió a una de alivio y después a una sonrisa burlona.—Bien, ya oscureció —declaró José María mientras se ponía de pie, se sacudía el polvo del vestido y la sangre de Dalia se congelaba—. Eso significa que esa amiga tuya no vendrá a salvarte.Aterrada, Dalia intentó arrastrarse lejos de Jos&eacut
Bajo la luz de la mañana el lago en medio del bosque de las ilusiones con su isla en el centro, se veía más amigable para los visitantes pese a que aún había que sortear el laberinto de árboles y el agua seguía hirviendo cuando se le acercaban, pero eso no era algo que detuviera a alguien como Rosa.La bruja pelirroja salió del bosque, se acercó a la orilla del lago e ignorando que el agua había comenzado a arrojar vapor caliente nada más acercarse, centró toda su atención en las ruinas que yacían en la pequeña isla al centro del lago, testamento de un tiempo que ya había quedado muy atrás.Rosa suspiró, cerró los ojos y antes de darse media vuelta dijo:—Es algo…***La luz de la mañana comenzó a calarle en los ojos, por lo que Dalia despertó. Se sinti&oac
23 de junioPese a lo que su aspecto pudiera indicar a primera vista, al ser un hombre alto y corpulento con el rostro moreno oculto tras una frondosa barba negra, la verdad era que con toda seguridad no encontrarías a nadie más amable y alegre como Socorro Flanagan, sin embargo, esa mañana no daba esa impresión.Socorro no se encontraba dando saltitos alegre preparándose para una nueva jornada laboral como enfermero en el hospital general de la ciudad, si no que estaba sentado en un sillón de la sala de su pequeño departamento, con una expresión de tristeza en el rostro y un vaso con tequila en la mano.Le dio un trago a su bebida y dijo.—Debí haberle dicho…En ese momento escuchó un grito de terror viniendo de una de las dos habitaciones del pequeño departamento. Socorro suspiró, se puso de pie y caminó hacia la habitaci
22 de junioYuri se encontraba disfrutando de uno de los pocos momentos de paz que tenía: un apacible sueño, cuando algo llegó y lo sacó de los brazos de Morfeo:—¡Buenos días Yuri! —exclamó Socorro entrando de golpe a la habitación, provocando que el muchacho casi saltara de la cama del susto.—¡Toca antes de entrar! —gritó Yuri con los pelos de la nuca erizados por el susto.En respuesta, Socorro rio y dijo con la mano al pecho.—No puedo evitarlo. ¡Hoy es un gran día y estoy emocionado!Yuri suspiró, pues ya sabía a qué se refería su papá. Ese día era su ceremonia de graduación de la secundaria. Tendría que ir al centro de la ciudad a una misa y luego a una ceremonia donde entregarían sus papeles.—Pues que te diviertas —dijo
Yuri y Socorro caminaron por la plaza hasta que llegaron al centro de esta, en donde se alzaba una enorme parroquia de fachada color café, columnas precediendo la enorme entrada y unas largas torres adornadas con campanas de cobre oscuro en lo alto.Frente a la parroquia había unas escalinatas, en las cuales los compañeros de Yuri estaban ya reunidos. Yuri tomó su lugar entre ellos sin hablar a nadie mientras que Socorro entraba a la iglesia para tomar un buen lugar y al cabo de unos minutos, un hombre moreno de pelo canoso, el prefecto de la secundaria, les llamó:—¡A ver chavos! ¡Ya casi es hora de la misa! Acomódense para entrar.Yuri tomó su lugar en la fila y a los pocos minutos los graduados fueron entrando también a la iglesia tomando sus respectivos lugares y así, la misa dio inicio, con el sacerdote pidiendo sus oraciones por esos recién egresados y dándole co
Yuri abrió los ojos. Estaba acostado en su cama.—¿Un sueño…? —se preguntó.—Me temo que no —respondió su padre a su lado.Yuri primero vio a su padre y lo vio tranquilo, para después llevarse las manos al pecho y sentir un par de senos, apretó sus piernas y como ya lo había constatado momentos antes, no había nada entre ellas.Ya habiendo superado el shock inicial y viendo lo tranquilo que estaba su papá ante la situación, Yuri se pudo tomar las cosas con “calma”.—Tú sabes qué es esto, ¿verdad? —preguntó bastante molesto.Socorro sonrió con culpa y eso le bastó a Yuri para confirmar sus sospechas.—Lo primero que debo hacer, es disculparme contigo —dijo Socorro sin animarse a mirar a Yuri—, por no habértelo dicho antes.—&ie
Ya había pasado todo un día desde la transformación de Yuri y el muchacho todavía no salía de su habitación. Socorro no intentó siquiera convencerlo de salir a comer algo, pues estaba consciente de que su hijo tenía mucho en qué pensar.Socorro se encontraba en la cocina preparándose un desayuno. Justo acababa de colocar los huevos con tocino en un plato cuando escuchó que la puerta de al lado se abría y de ella emergía Yuri, todavía convertido en chica.—Buenos días —dijo el hombre con una gran sonrisa—. ¿Ya listo para enfrentar al mundo?Yuri gruñó mientras se sentaba en la mesa.—Salí porque apenas me di cuenta de que no he comido nada desde antier.Socorro rio, le pasó el plato ya servido, fue a prepararse más huevo y cuando volvió Yuri ya casi había limpiado su