— Ayer bebimos mucho y debo confesar que no recuerdo toda nuestra conversación — aseguró George sin dejar de observar esos labios naturalmente rojos rodeando la fresa, qué sexy le resultaba esa mujer.
Los enormes ojos verdes, su piel fina y blanca y esas pecas que adornaban su rostro típico de cualquier mujer pelirroja natural, ese cabello rojo y rizado a medio peinar que la volvían todavía más sexy al caer sobre su escote y tremendo escote.¿A quién le importaba unos kilos de más si le sentaban tan bien como a ella? A Leticia, su hermosa, superficial y cínica exmujer, ella no dejaba de criticar todo lo que Marjorie hacía.«Una mujer de su edad ya no debería ser madre ya, a saber quién es el padre de ese bastardo. Un incauto que habrá huido del mismo modo en que lo hizo el padre de su hija»Una de las últimas conversaciones que tuvo con Leticia antes de que ella le sorprendiera con los papeles del divorcio.George se llevó el café a los labios al darse cuenta de que se había quedado demasiado tiempo abstraído en sus pensamientos y observando el voluptuoso escote de aquella mujer.Marjorie no era tonta, le gustaba observar a las personas a su alrededor y estaba seguro de que Michael le observaba cómo observa un cazador a su presa.Lo que hizo que ella se removiera en su silla, para comprobar que sus suposiciones eran ciertas, notando como la mirada del hombre frente a ella se movía junto con ella.— Ya se lo dije en el entierro, pero me gustaría volver a decirte que siento mucho lo de tu hija, ella era una chica muy lista, le salvó todo un semestre de malas notas a mi hijo Evan— mencionó George dejando la taza de café de nuevo en la mesa.Marjorie empezó a toser ante la mención de Evan, el hijo de George. Sobre todo al ir en la misma oración que “Siento mucho lo de tu hija”— No quiero ni imaginar el dolor que puede suponer tu perdida y por eso quiero ayudarte con esos problemas económicos que ayer me comentaste mientras bebíamos y también a llevar a cabo ese sueño de ser diseñadora profesional, quiero ser tu socio Marjorie, más que eso, quiero ser tu esposo ¿Te casarás conmigo?Marjorie evitó responder lo dicho por el padre de Evan. Por supuesto que no tenía ni idea, ni nunca la tendría del dolor que en ese momento estaba sintiendo, pero tenía que tranquilizarse. Pero lo que hizo que ella terminara de ahogarse fue la propuesta de George.No solo se ahogó con los últimos rastros de la fruta en su boca, sino que el asombro que sus palabras le hicieron sentir era demasiado como para que ella no empezara a toser.—¿Qué tú deseas ser qué?George le sirvió un vaso de jugo y se lo acercó para que calmara si todo, tal vez había sido algo brusco y directo a la hora de decirle aquello.Realmente él no se acordaba de lo que ella le había dicho anoche, sobre la verdadera identidad de Ian, el pequeño que en esos momentos esperaba no estuviera dando muchos problemas a Jean-Paul y a su novio.Tomó el vaso de jugo que él se acercó a darle… bebiendo del golpe casi la mitad del contenido.— Tu esposo, casarme contigo, le pondré tu apellido a mi hijo, en realidad deseo que todo el mundo crea que es mío, a cambio yo voy a darte todo lo que tú deseas, nunca volverás a tener problemas económicos. ¿No tienes ganas de dejar de coser imitaciones para mujeres ricas que solo quieren fingir ser más ricas y sacar esa línea de moda de la que me hablaste?Tomó un bollo de la bandeja de comida y se lo llevó a la boca dejando que esa mujer procesara lo que acababa de decir.Ella siguió sin hablar, tratando de entender o de al menos procesar las intenciones de ese hombre.Sobre todo porque conocía a su exesposa Leticia y era todo lo opuesto a ella.— Supongo que sabes sobre mi divorcio y el escándalo que eso supone, no voy a mentir ni decir que me he enamorado de ti en una noche, ni que lo hago por altruismo, sinceramente quiero devolverle el golpe a Leticia, creer que embaracé a otra mujer mientras estaba con ella y ahora la hago mi esposa sería una buena forma de hacerlo y de decirle me importa muy poco que me dejaras.Bueno, ahora que ponía las cosas en claro tenía sentido, la repentina propuesta de ese hombre. ¿Pero ella aceptaría convertirse en la esposa de George solo para vengarse de su exesposa?Tampoco es que ella buscara el amor, ya no era una adolescente y aceptar la propuesta de George la ayudaría a matar dos pájaros de un tiro. Ella también deseaba vengarse de alguien y ese alguien era el hijo de Michael, el idiota adolescente que le había roto el corazón a su hija y no solo eso también la había dejado embarazada.—Está bien acepto tu propuesta, con la condición que nadie jamás se entere de que esto es solo un plan para hacer rabiar a tu exesposa. Deberás llevar muy bien el papel de hombre enamorado conmigo frente a los demás.Michael se estaba preparando para contraatacar y convencerla, esperaba que se mostrara indignada por querer usarla o, como mínimo, que se resistiera un poco más a su propuesta. Pero no para que aceptara con esa rapidez.— Entonces estamos de acuerdo, nos casaremos el próximo mes, nuestro acuerdo deberá durar un mínimo de cinco años, tendrás todos mis recursos a tu disposición para cualquier negocio que quieras emprender y en el caso de que nos divorciemos cuando el contrato termine, jamás tendrás que volver a preocuparte por el dinero y Ian formara parte de mi testamento como mi segundo hijo.George extendió su mano para sellar el trato con aquella mujer, estaba feliz, la prensa no tardaría nada en divulgar su historia y Leticia en tener su merecido, él le devolveria el golpe con algo que sabua él habia ansiado furante muchos años, tener otro hijo además con una mujer que sabia odiaria.Marjorie podría verse un tanto controladora y desapegada de sus emociones, pero en el fondo estaba un tanto ofendida por la propuesta del hombre y aunque le hubiera gustado reírse en su cara y decirle que solo estaba jugando.No podía dejar de lado sus deseos de venganza y sobre todo el pensar que Ian tendría lo que merecía, al fin y al cabo ese hombre no era su padre, pero sí su abuelo.— Le diré a mi chófer que la lleve a su casa a buscar al bebé, hoy mismo se trasladarán a vivir conmigo — Michel se rascó la barba pensativo — un último detalle el padre del niño ¿Estás segura de que no será un problema?Ganas no le faltaba a Marjorie de recordarle quién era el varadero padre de Ian, pero en vista que no se acordaba de lo que hablaron la noche anterior y la propuesta que le había hecho callaría, el tiempo le diría a ese hombre si el padre era un problema o no.—Descuida. El padre no es ningún problema.“El gilipollas, ni siquiera sabe que es padre” reflexiono para sí misma Marjorie —Está bien, será como tú digas.Quince días antes.George todavía recordaba el momento en que su esposa Leticia, un par de semanas atrás, le había puesto los papeles del divorcio delante junto al café del desayuno.Él los leyó sin mostrar la menor perturbacion en el rostro, en realidad ya lo esperaba, no era idiota como para no notar los cambio que había estado teniendo su esposa los últimos meses. No solo salía más y se arreglaba de otro modo, uno no tan recatado y bastante más provocativo aunque sin perder ese toque de clase que siempre había tenido.Aún así, George Anderson no era un hombre celoso o que se pusiera a seguir a su esposa, al principio quiso confiar en que eran imaginaciones suyas, a los pocos meses simplemente esperaba que aquello que acababa de ocurrir, sucediera.Tomó el último sorbo de café y levantó la vista observando a su mujer quien estaba sentada frente a él expectante.— Está bien, el veinte por ciento de las acciones me parecen razonables y el resto de reparticiones de bienes, por lo que v
Los días se sucedieron y él se sumía en una depresión de la que nadie era consciente, George ocultaba muy bien su estado de ánimo, pero saber que su esposa lo había dejado por otro y tenerlo frente a él lo había llenado de furia y pena a la vez, ya habían pasado casi dos semanas de aquello, pero no importaba la rabia parecía crecer en lugar de disminuir.Y aquel era el primer día de los 15 que Evan pasaba con su madre, así lo decidieron, viviría la mitad del mes en casa de uno y la otra mitad en la casa del otro, al menos hasta terminar ese último año de instituto, porque después ya se iría a la universidad.No tener a Evan en casa, había hecho que George se dejara llevar por todos esos sentimientos que había estado conteniendo y los ahogara en un whisky tan indecentemente caro como añejo mientras paseaba por su jardín.Marjorie había prometido en la tumba de su hija que se encargaría de proteger a su nieto de todo aquello que pudiera dañarlo, sin embargo, se encontraba en ese momento
—Yo…— George observaba aquella mujer inclinándose y ayudándolo a levantarse, tampoco estaba tan borracho o simplemente se le había pasado la borrachera de golpe al verla avergonzándose de que lo encontrara en ese estado.Por eso, cuando el mayordomo se inclinó también a ayudarlo, él apartó el brazo bruscamente y le dirigió una de sus miradas asesinas que resultaban muy convincentes a causa de la intensidad del color claro de sus ojos adornados por esas inmensas pestañas oscuras.— Puedo solo, simplemente bebí un poco, no sé a quién demonios se le ocurrió poner un laberinto en el jardín.Dijo George molesto una vez levantado mientras se alisaba la ropa.— A su esposa.— Exesposa, Jefferson, llama mañana a un paisajista para que arranque todo esto y haga un proyecto nuevo para el jardín, odio este laberinto.Marjorie casi suelta la carcajada al ver a ese hombre lanzarle una mirada asesina a su mayordomo y evitar verla a ella.Estaba claro que en ese momento se encontraba avergonzado, pe
Marjorie se sorprendió por la propuesta de George Anderson, por varios factores, pero el más importante era porque era la primera vez, después de muchos años, que un hombre le decía esas palabras.—Está bien beberé contigo, pero con la condición de que no sea la única que desnude su alma esta noche ¿Te parece bien?La sonrisa que observó en el rostro de George tras decir eso hizo que el corazón de la pelirroja se acelerara al percatarse de lo guapo que era ese hombre al sonreír.“Marjorie contrólate”Se recriminó a sí misma mientras trataba de ocultar el sonrojo en su rostro, agradeciendo que su rostro estuviera cubierto por un montón de pequitas que harían que eso fuera posible. Eso y el alcohol que estaba ingiriendo bien podría decir en dado caso que él lo notara que se encontraba algo ebria por beber rápidamente esa cantidad de alcohol a la que no estaba acostumbrada.—Dime que es lo que más deseas saber de mí, ya te he dicho mi mayor sueño, Ahora me parecería justo que tú me conta
Ella ya había olvidado lo que se sentía al ser besada, lo que un par de labios pueden provocar al rozar con los suyos, pero todo eso cambió en cuanto los labios de George se posaron sobre los de ellaPor lo que tras George apartarse y disculparse, Marjorie se molestó, no deseaba que lo sintiera, mucho menos que dejara de hacerlo, por lo que lo tomó de las solapas de su americana para ser ella quien lo besara.—No lo lamentes, ni me pidas perdón a menos que desees que te abofetee— murmuró rozando sus labios, haciendo que sus alientos se mezclaran antes de fundirse en un nuevo beso que se intensificó a medida que los labios de ambos empezaron a moverse acoplándose.George no se negó a ese beso, lo único que deseaba era olvidar, era sacar su dolor y aquello era una buena medicina, sentir y engañarse por una noche, dejarse llevar hasta donde ella quisiera ser llevada porque él estaba dispuesto a ir hasta el final.Tras corresponderle con cierta duda, no por él, sino por no incomodarla, po
Maldita sea, estaba jodidamente duro, jodidamente necesitado de hundirse en ella, pero antes quería enloquecerla un poco más con su lengua, la cual lamió con lujuria el botoncito de placer que encontró en el centro de su feminidad, tal como si fuera el pase perfecto a la pasión, al deseo en el que necesitaba consumirse.Ella no pudo evitar alzar sus caderas plantando sus pies sobre el colchón en busca de más de esa lengua y de esos labios que recorrían esa parte de su cuerpo con maestría. Sus manos se aferraron a los cabellos de George, tirando de ellos cada que sentía una nueva descarga de placer, atravesar por toda su columna alojándose en su bajo vientre—Por dios, deja de torturarme y hazlo… tómame George…Él no pensaba hacerse de rogar, porque no había nada que deseara más en ese instante que poseer a esa mujer, la forma en que gemía no podía más que inducirlo a cubrirla rápidamente con su cuerpo y comerle la boca para devorar sus gemidos, divinos gemidos, divinos labios en los q
Jean-Paul estaba algo molesto, aunque más que molesto, estaba preocupado de que su amiga ni siquiera le hubiera informado de que pensaba pasar la noche fuera, no era algo normal en ella y había estado tentado en llamar a la policía, sobre todo al ver que amanecía y todavía no llegaba, que las horas se sucedían y cada vez era más probable de que algo malo hubiera ocurrido.Terminó de alimentar y cambiar al pequeño Ian cuando un terrible pensamiento cruzó su mente ¿Y si había decidido que ya no aguantaba más? Sería bastante comprensible, aquella mujer acababa de perder a su hija ¿Pero qué pasaría con el pequeño Ian entonces?¿Y si la respuesta era aún más escabrosa? A la gente rica no les gustan los hijos ilegítimos. ¿Y si le habían hecho algo a su amiga para silenciarla? No, eso solo pasaba en las películas.Jean-Paul observaba la cuna nerviosa, sin saber muy bien qué debía hacer cuando escuchó abrirse la puerta del apartamento que compartía con Marjorie.— ¿Se puede saber dónde te has
Marjorie sabía que el interés apresurado de George Anderson por ella no era por que de pronto él se hubiera enamorado primera vista de ella, tampoco es que fuera un chiquilla que creyera en los flechazos.Además el hombre había sido claro esa mañana cuando no le permitió escapar de su casa.—Soy consciente de todo lo que me dices.. Aunque no lo creas él fue muy sincero en lo que espera obtener con la boda— la pelirroja soltó un suspiro — también soy consciente que veré a su hijo siempre, pero bueno del mismo modo que yo lo vere el verá crecer a su hijo y no sabrá que es suyo, para él y el resto del mundo será su hermano. Tendrá los mismos derechos que él además que en el acuerdo matrimonial, queda claro que tanto Ian como Evan obtendrán tras la muerte de George lo mismo.Marjorie sabía que la verdad tarde o temprano saldría a la luz y que Evan lamentaría cualquier cosa que le hiciera a Ian y lloraría con sangre el haber herido de esa manera a su hija y la madre de su hijo. —No crees