Los días se sucedieron y él se sumía en una depresión de la que nadie era consciente, George ocultaba muy bien su estado de ánimo, pero saber que su esposa lo había dejado por otro y tenerlo frente a él lo había llenado de furia y pena a la vez, ya habían pasado casi dos semanas de aquello, pero no importaba la rabia parecía crecer en lugar de disminuir.
Y aquel era el primer día de los 15 que Evan pasaba con su madre, así lo decidieron, viviría la mitad del mes en casa de uno y la otra mitad en la casa del otro, al menos hasta terminar ese último año de instituto, porque después ya se iría a la universidad.No tener a Evan en casa, había hecho que George se dejara llevar por todos esos sentimientos que había estado conteniendo y los ahogara en un whisky tan indecentemente caro como añejo mientras paseaba por su jardín.Marjorie había prometido en la tumba de su hija que se encargaría de proteger a su nieto de todo aquello que pudiera dañarlo, sin embargo, se encontraba en ese momento, no solo llorando por la pérdida de su preciosa hija, sino por la notificación de desalojo que el banco había emitido en su contra.El pequeño taller que ella había abierto para su trabajo de costuras en esos momentos se encontraba cerrado, no a causa de su duelo, sino por la policía, el servicio tributario le estaba reclamando el pago de un año de impuestos, por no declarar.Su mejor amigo y contador de la secundaria, se había largado robándole no solo a ella, sino a un par más de personas, pero mientras se arreglaba eso, el tiempo y sobre todo el pago de las facturas no se detenía. El pequeño Ian en ese momento lloraba, necesitaba no solo pañales, los cuales ya estaban escaseando, también fórmula y no cualquier fórmula una especial, ya que era intolerante a la lactosa, además de muy pequeño para que ella tratara de economizar con alternativas,Su único recurso era el de ir a hablar con el padre, del padre, de su nieto. Pedirle no solo ayuda para cuidar del pequeño Ian, también trabajo, por ningún motivo permitiría que los Anderson le quitaran el privilegio de cuidar y criar a su nieto.Sobre todo, no permitiría que Evan lastimara al pequeño como lo había hecho con su hija y madre del bebé.Así que le hablo a Jean-Paul, el único amigo que le quedaba y que se había mantenido leal a ella a pesar de todo.—¿Podrías venir a cuidar del pequeño Ian?— le preguntó.—Por supuesto, sabes que puedes contar conmigo, no por nada seré el padrino del pequeño Ian. ¿Pero dime qué es lo que ocurre?—No ocurre nada, simplemente necesito salir por un par de horas.—Está bien, estaré por tu casa en media hora.Fueron veinte minutos los que Jean-Paul demoró en llegar a casa de Marjorie y menos de media hora para que ella le explicara qué era lo que iba a hacer.—No sé si deberías pedir por su ayuda, pero dadas las circunstancias es la mejor opción Marjorie, pero no te dejaré ir a ver a George Anderson vestida así— le mencionó Jean-Paul a su amiga, buscando entre sus ropas.Una hora después, Marjorie salió de su casa, no solo bien vestida, también bien arreglada. “Lista para matar” como le había dicho su amigo tras terminar de arreglarla.Tras una hora trasbordando varios autobuses y un corto paseo por el metro, Marjorie estaba frente a la puerta de George Anderson hablando con el mayordomo indicando el motivo de su visita.—He venido a hablar con el señor Anderson, lo que tengo que decirle es de suma importancia.Jefferson, el mayordomo. Negó, había visto a su patrón caminar por el jardín con una botella de whisky y sabía que ese no era un buen momento para que atendiera a nadie.— Lo siento, pero el señor Anderson no está en casa en este momento, tendrá que pedir cita — Aseguró el mayordomo sin perder la compostura ni alejarse de la puerta.George se había perdido, debía ser un estúpido por perderse en su propio jardín, por lo que caminó y caminó y caminó hasta que ya no supo por donde seguir caminando, todo eran paredes de setos.¡En el preciso instante en que el mayordomo intentaba cerrarle la puerta en las narices a la mujer, la voz de George llegó hasta ellos desde el jardín!— ¡Jefferson! ¿Dónde demonios está la salida?George se dejó caer al suelo y se llevó la botella a la boca, dándose por vencido esperando que su Mayordomo lo hubiera escuchado, aunque tal vez no y debía gritar más fuerte.— ¡Jefferson m*****a sea! ¿Dónde estás?— Debe marcharse — dijo el Mayordomo tensándose y saliendo para entrar por la puerta del jardín que estaba junto a la casa. La voz de su jefe había sonado muy cerca.Por supuesto que Marjorie no se marcharía, ella caminó tras el estirado pingüino que era el mayordomo de George Anderson, buscando también entre ese jardín de setos al hombre que parecía haberse perdido en su propio jardín. Camino en dirección contraria al tal Jefferson.“¿Quién diablos se perdía en su propio jardín?”Un hombre lo suficientemente bebido como para eso, se dijo Marjorie a sí misma, encontrando a George sentado en medio del camino de setos que ella había elegido para gustar.—Por dios, ¿Qué diablos te ha pasado como para ahogarte en el alcohol?— le pregunto al hombre, acercándose hasta donde se encontraba — ven, vamos te ayudaré a levantarte.Justo en ese momento llego el mayordomo con expresión avergonzada y lanzándole una mirada molesta a Marjorie por haberse colado a la casa tras el especificarle que se fuera.La pelirroja no le hizo ningún caso, todo lo contrario empezó a mandarlo —En vez de quedarse ahí parado, viéndome de esa manera, ayúdame a llevar a tu señor al interior de la casa.—Yo…— George observaba aquella mujer inclinándose y ayudándolo a levantarse, tampoco estaba tan borracho o simplemente se le había pasado la borrachera de golpe al verla avergonzándose de que lo encontrara en ese estado.Por eso, cuando el mayordomo se inclinó también a ayudarlo, él apartó el brazo bruscamente y le dirigió una de sus miradas asesinas que resultaban muy convincentes a causa de la intensidad del color claro de sus ojos adornados por esas inmensas pestañas oscuras.— Puedo solo, simplemente bebí un poco, no sé a quién demonios se le ocurrió poner un laberinto en el jardín.Dijo George molesto una vez levantado mientras se alisaba la ropa.— A su esposa.— Exesposa, Jefferson, llama mañana a un paisajista para que arranque todo esto y haga un proyecto nuevo para el jardín, odio este laberinto.Marjorie casi suelta la carcajada al ver a ese hombre lanzarle una mirada asesina a su mayordomo y evitar verla a ella.Estaba claro que en ese momento se encontraba avergonzado, pe
Marjorie se sorprendió por la propuesta de George Anderson, por varios factores, pero el más importante era porque era la primera vez, después de muchos años, que un hombre le decía esas palabras.—Está bien beberé contigo, pero con la condición de que no sea la única que desnude su alma esta noche ¿Te parece bien?La sonrisa que observó en el rostro de George tras decir eso hizo que el corazón de la pelirroja se acelerara al percatarse de lo guapo que era ese hombre al sonreír.“Marjorie contrólate”Se recriminó a sí misma mientras trataba de ocultar el sonrojo en su rostro, agradeciendo que su rostro estuviera cubierto por un montón de pequitas que harían que eso fuera posible. Eso y el alcohol que estaba ingiriendo bien podría decir en dado caso que él lo notara que se encontraba algo ebria por beber rápidamente esa cantidad de alcohol a la que no estaba acostumbrada.—Dime que es lo que más deseas saber de mí, ya te he dicho mi mayor sueño, Ahora me parecería justo que tú me conta
Ella ya había olvidado lo que se sentía al ser besada, lo que un par de labios pueden provocar al rozar con los suyos, pero todo eso cambió en cuanto los labios de George se posaron sobre los de ellaPor lo que tras George apartarse y disculparse, Marjorie se molestó, no deseaba que lo sintiera, mucho menos que dejara de hacerlo, por lo que lo tomó de las solapas de su americana para ser ella quien lo besara.—No lo lamentes, ni me pidas perdón a menos que desees que te abofetee— murmuró rozando sus labios, haciendo que sus alientos se mezclaran antes de fundirse en un nuevo beso que se intensificó a medida que los labios de ambos empezaron a moverse acoplándose.George no se negó a ese beso, lo único que deseaba era olvidar, era sacar su dolor y aquello era una buena medicina, sentir y engañarse por una noche, dejarse llevar hasta donde ella quisiera ser llevada porque él estaba dispuesto a ir hasta el final.Tras corresponderle con cierta duda, no por él, sino por no incomodarla, po
Maldita sea, estaba jodidamente duro, jodidamente necesitado de hundirse en ella, pero antes quería enloquecerla un poco más con su lengua, la cual lamió con lujuria el botoncito de placer que encontró en el centro de su feminidad, tal como si fuera el pase perfecto a la pasión, al deseo en el que necesitaba consumirse.Ella no pudo evitar alzar sus caderas plantando sus pies sobre el colchón en busca de más de esa lengua y de esos labios que recorrían esa parte de su cuerpo con maestría. Sus manos se aferraron a los cabellos de George, tirando de ellos cada que sentía una nueva descarga de placer, atravesar por toda su columna alojándose en su bajo vientre—Por dios, deja de torturarme y hazlo… tómame George…Él no pensaba hacerse de rogar, porque no había nada que deseara más en ese instante que poseer a esa mujer, la forma en que gemía no podía más que inducirlo a cubrirla rápidamente con su cuerpo y comerle la boca para devorar sus gemidos, divinos gemidos, divinos labios en los q
Jean-Paul estaba algo molesto, aunque más que molesto, estaba preocupado de que su amiga ni siquiera le hubiera informado de que pensaba pasar la noche fuera, no era algo normal en ella y había estado tentado en llamar a la policía, sobre todo al ver que amanecía y todavía no llegaba, que las horas se sucedían y cada vez era más probable de que algo malo hubiera ocurrido.Terminó de alimentar y cambiar al pequeño Ian cuando un terrible pensamiento cruzó su mente ¿Y si había decidido que ya no aguantaba más? Sería bastante comprensible, aquella mujer acababa de perder a su hija ¿Pero qué pasaría con el pequeño Ian entonces?¿Y si la respuesta era aún más escabrosa? A la gente rica no les gustan los hijos ilegítimos. ¿Y si le habían hecho algo a su amiga para silenciarla? No, eso solo pasaba en las películas.Jean-Paul observaba la cuna nerviosa, sin saber muy bien qué debía hacer cuando escuchó abrirse la puerta del apartamento que compartía con Marjorie.— ¿Se puede saber dónde te has
Marjorie sabía que el interés apresurado de George Anderson por ella no era por que de pronto él se hubiera enamorado primera vista de ella, tampoco es que fuera un chiquilla que creyera en los flechazos.Además el hombre había sido claro esa mañana cuando no le permitió escapar de su casa.—Soy consciente de todo lo que me dices.. Aunque no lo creas él fue muy sincero en lo que espera obtener con la boda— la pelirroja soltó un suspiro — también soy consciente que veré a su hijo siempre, pero bueno del mismo modo que yo lo vere el verá crecer a su hijo y no sabrá que es suyo, para él y el resto del mundo será su hermano. Tendrá los mismos derechos que él además que en el acuerdo matrimonial, queda claro que tanto Ian como Evan obtendrán tras la muerte de George lo mismo.Marjorie sabía que la verdad tarde o temprano saldría a la luz y que Evan lamentaría cualquier cosa que le hiciera a Ian y lloraría con sangre el haber herido de esa manera a su hija y la madre de su hijo. —No crees
— ¿A quedarte dices?— preguntó sin saber muy bien cómo explicarle la situación que viviría su hijo en un rato más — ¿Sucedió algo con tu madre?Evan se sorprendió al ver a su padre en casa a esa hora, era un adicto al trabajo que jamás faltaba y era rigurosamente puntual. Pero eso no fue lo que hizo que Evan se pusiera a la defensiva.—¿Acaso tendría que haber un motivo por el cual yo pueda venir a quedarme en casa?— respondió caminando hasta la sala y dejándose caer en uno de los muebles, ocupando todo al quedar recostado sobre este— pero, ya que lo has preguntado, no, no ha pasado nada, salvo que no estoy de humor para atender las visitas que últimamente entran y salen de casa de mi madre.No era del todo mentira, su madre últimamente se la pasaba de fiesta en fiesta, ayudando a conseguirle a su nuevo novio contactos para sus inversiones y el tipo intentaba hacerse el simpático con él, como si no supiera que fue la causa del divorcio de sus padres.—No te molesta que me pase aquí un
Bajó la vista hasta el pequeño bebé que tenía en brazos y por un instante un flashback de él mismo cargando a su hijo siendo bebé le llegó. Tal vez era que todos los bebés se parecían y no solía cargar a muchos.— Bien Marjorie— dijo levantando la vista y centrándonos en su prometida — espero que no tengas inconveniente en que la nana de Evan te ayude con la crianza de nuestro hijo — dijo el hombre mientras una mujer de unos cincuenta y tantos, pero todavía bien conservada y con expresión amigable, se acercaba a ellos.La mujer tomó al pequeño en brazos con un gesto dulce en la mirada que dirigía al bebé, solo con verla se veía que era buena persona de esas que te hacen sentir confianza solo con verla.— Ella es Liliana y está muy bien cualificada — dijo George viendo cómo el pequeño, que había estado algo inquieto en sus brazos, tal vez por no conocerlo, se quedaba calmado en los brazos de la nana.— Encantada señora — dijo la mujer en un tono agradable — ¿Cómo se llama esta preciosi