Se sentaron a almorzar todos juntos como de costumbre, Karen, Ivonne, Xavier y la pareja Anna y Víctor. Todos eran amigos, aunque cada uno trabajara en un área distinta.
Charlaban animados mientras comían lo que cada uno había elegido. Anna y Víctor no hacían más que mostrar lo enamorados y muy apegados que estaban el uno del otro, lo compartían casi todo que daba envidia. Eran rubios y guapos, todos allí lo sabían, eran la pareja perfecta que daba envidia.—¿Karen os ha contado ya que ha hecho nuevo amigo? —todos se concentraron en Ivonne cuando dijo aquello. — Se llama Christian y se encuentra en una camilla, en estado de coma.Ahora todas las miradas estaban puestas en Karen que llevó las manos a la cara, Ivonne no podía evitar contar aquello.—Quedamos en que era un secreto, — la regañó en voz baja, no quería que se lo contara — ¿Por qué sacas el tema? — Ivonne se encogió de hombros.—Somos todos amigos, al final se acabarían enterando.—Cariño — le habló Víctor — ¿no te hemos dado suficiente atención? ¿Qué es lo que te ha empujado a cometer una locura semejante?—Dinos qué necesitas y prometemos ayudarte, — continuó Anna —porque seguimos siendo amigos ¿cierto?La miraban con cara de pena como si tuviera un grave problema y Karen miró a Ivonne molesta por haberles dicho aquello.—Chicos estoy bien, no dramaticéis. Ivonne lo está exagerando todo.—Pero ¿conoces a ese paciente? — quiso saber Xavier.—No, por eso no hay necesidad de hablar de ello. Como ha dicho Ivonne, está en coma.—Y entonces ¿qué te ha llamado la atención en ese tipo? — preguntó Anna.—Que yo sepa el tipo no está nada mal — comentó Ivonne, Karen le dio con el codo y consiguió que se riera.—No tiene nada que ver.—¿Y entonces? —preguntó Xavier curioso. Karen suspiró, no había manera de conseguir que dejaran de interrogar, siempre querían saberlo todo.—Me aburro ¿está bien? No tengo paciente y vosotros estáis siempre ocupados.—Ay, así que es por eso que te has hecho nuevo amigo — Anna llevó una mano al pecho dramatizando.—¿Quién se ha hecho nuevo amigo?Todos alzaron la vista para ver a Noah que acababa de detenerse frente a ellos, Karen sintió que su mundo se venía abajo, ya no había escapatoria. Se sentó en una de las sillas junto a ellos como en muchas ocasiones.
—Hola. — saludó y sus amigos le sonrieron en respuesta.Todos parecían tensos porque estaban al tanto de la situación, al fin y al cabo eran amigos y sabían todo lo que sucedía entre ellos. Xavier carraspeó y se puso en pie.
—Creo que os dejaré, tengo que asistir a un paciente.—Ah, vamos juntos, —habló Víctor poniéndose igualmente de pie y haciéndole señas a Anna — nosotros tenemos una operación y debemos prepararnos.—Cierto — Anna también se puso de pie con una sonrisa de disculpas ignorando por completo las súplicas de Karen pidiendo con la mirada que no la dejaran sola con Noah.Karen miró a Ivonne con la esperanza de que al menos ella se quedara a acompañarla en esta situación.—Siento tener que dejarlos también — Karen abrió los ojos sorprendida cuando la escuchó decir aquello. —Pero tengo un paciente al que debo asistir seguido — disfruten del almuerzo, nos vemos luego.Se despidió y se alejó de ellos. Karen les envió un mensaje en su grupo de Wattsap: "¿y luego os quejáis de que me hago nuevos amigos? insensibles".
"Tú habla con él y luego nos cuentas" — escribió Xavier.
"Eso, nos morimos de curiosidad" — escribió Anna.
"¡OS ODIO A TODOS!" — contestó Karen y apagó el móvil, ella no podía alzar la mirada para verle a Noah a la cara, le daba vergüenza.
—Y ¿tú no tienes un lugar al que ir? — ahora sí le miró a la cara a Noah.
—No, me han informado que no tendré uno por ahora.—Pensé que seguirías con el anterior.—Ahora está mejor.Noah la observó durante unos segundos que resultaban una eternidad para Karen. Resopló y pegó su espalda a la silla.
—Hace tiempo que no hablamos, ¿huyes de mí?—No, ¿por qué haría algo igual? — intentó sonreír, pero solo se quedó en eso, en un intento.—Oye, estuve borracho aquel día lo admito y lamento de verdad ser el culpable de esta incomodidad entre nosotros. Ojalá no hubiera sucedido aquello, lo siento, ¿me perdonas?En su rostro solo había sinceridad, tal vez estuviera enamorado de ella, pero lo que estaba claro era lo mucho que le importaba que se llevaran bien. Ella le sonrió y suspiró.—Yo también siento haberme comportado como una niña, si me perdonas también te perdono. —le sacó una sonrisa satisfactoria a Noah.—Estás perdonada entonces— pudo verle sonreír.—Tú también estás perdonado.—Entonces ¿amigos?—Amigos.Tomó un trozo de sándwich del plato de Karen y lo llevó a la boca. Se quedaron los dos a almorzar antes de que le llegara la hora a Noha y se tuviera que ir a seguir trabajando, todo volvía a ser como antes.
Todos estaban ocupados menos ella, se aburría. Subió a la tercera planta donde estaba Christian y procuró que no la vieran entrar en su cuarto. No entendía por qué mantenían el cuarto oscuro, se acercó a la ventana y separó las cortinas permitiendo que entrara luz a la habitación. Tomó el asiento que se encontraba en la habitación y la acercó a la cabecera junto a él. Se sentó en ella apoyando su codo contra la cama y la apoyó su mano contra su barbilla mientras observaba al hombre que tenía en frente y que no podía hablarla.
—Debe ser incómodo estar en tu posición y no poder hacer nada, ni hablar, ni divertirte, ni hacer nada por ti mismo. Debes de estar viviendo una pesadilla — soltó un suspiro — ¿por qué nadie habrá venido a verte? Supongo que estarás casado o tendrás una novia, a alguien como tú no le faltaría una, me la imagino y creo que es hermosa — se puso a imaginarla — debe ser modelo o mejor, una de esas que trabajan en una oficina, bueno, aunque también podría ser una abogada tan ocupada que no tiene tiempo de venir a verte, pero que igual te quiere y algún día aparecerá por esta puerta. Yo en cambio no tengo pareja ¿sabes? Hace poco mi jefe me dijo que se había enamorado de mí, solo que estaba borracho. Es un buen amigo y una buena persona, pero no sé si lo querría como novio, ¿qué opinas tú? ¿crees que debería darle una oportunidad? Si preguntas por cómo es, es guapo o eso creo, de una altura normal y siempre me trae unas chocolatinas, mis favoritas, solo que estos tres últimos días no pudo porque lo estaba evitando. ¿Soy mala persona por evitarlo? Lo que pasa es que no quería tener que decirle que no, eso habría estropeado nuestra amistad. En fin, no sé por qué te estoy contando todo esto, pero es que no tengo nada mejor que hacer, todos mis amigos están ocupados menos yo, me aburro, espero que no te moleste —escuchó pasos por el pasillo y se incorporó, parecía ridículo estar hablando con un desconocido inconsciente, pero se daba cuenta de que era confortable y agradable, tenía a alguien que la escuchara sin cuestionarla ni juzgarla, era lo mejor que podía pasarla y no pensaba renunciar a ello.
Pasó por una tienda de comestibles antes de llegar a su apartamento para hacer la compra de la casa, no tenía suficiente tiempo durante el día.Estacionó su auto en el lugar habitual y junto con las bolsas de compra tomó el ascensor y subió a su planta. Daban las veintidós y quince cuando entró en su apartamento, se sentía cansada, pero estaba ya acostumbrada a pasar poco tiempo en su casa. Depositó las bolsas en la encimera de su pequeña cocina, ya las ordenaría más tarde, primero quería darse una ducha relajante. Entró en el dormitorio, se quitó la ropa y se metió en la ducha. La prendió y dejó que el agua fluyera por todo su cuerpo. Pensó en el día que había tenido, pensó en Noha, ya no tenía que seguir evitándolo, volvían a ser los mismos amigos de siempre. Pensó en sus otros amigos, eran lo peor, la habían abandonado a su suerte para que se enfrentara sola a su jefe, no se habían preocupado por ella. Cada uno de ellos se la iban a pagan. Pero también pensó en Christian, se pregu
Se tuvo que despertar y no porque se lo indicara su despertador ni mucho menos porque fuera madrugadora, sino por la sencilla razón de que estaban golpeando a la puerta de su cuarto. A regañadientes tuvo que levantarse y enfrentarse a Xavier que estaba en la puerta, recién salía del baño, al menos llevaba puesto los pantalones.—¿Qué quieres? Todavía es temprano—se quejó apoyando su cabeza en el umbral de la puerta mientras bostezaba.—El baño está libre, tienes que arreglarte —le dijo Xavier.—Todavía tengo quince minutos para las siete, hora en que me preparo—le recordó y se giró para regresar a la cama, pero él la tomó por los hombros y la condujo hacia el cuarto de baño, la poca resistencia que presentaba ella como las quejas no fueron ningún impedimento para encerrarla en el cuarto de baño.—A quien madruga Dios le ayuda, —le recitó —el desayuno estará listo cuando hayas terminado.Después de la visita de sus amigos anoche, todos se habían marchado a sus casas, pero Xavier se hab
Había pasado una semana y la habitación de Christian estaba siendo el mejor lugar donde podía quedarse a expresar todo lo que sentía o lo que le pasaba por la cabeza, se divertía, aunque no obtuviera respuesta de la otra parte. Procuraba llegar puntual para estar con él y el hecho de que hasta entonces no tuviera paciente era lo mejor, por primera vez se alegraba por ello.—…Capítulo ocho. En mi opinión ella es un reclamo, un cebo, que atrae hacia algo que está escondido más allá de sus confusas y engañosas palabras. — continuó con la lectura del libro que había empezado a leerle desde el día anterior —Su lenguaje sensible y estético, su emotividad ante el micrófono, el clima nebuloso del programa, todo está orientado a una finalidad perversa, a producir un efecto de oscu… Tuvo que detenerse bruscamente porque de pronto se abrió la puerta de la habitación. Noha estaba entrando con otras tres personas a quienes nunca había visto antes, aunque por su atuendo dos de ellos eran médicos y
Mientras salía por la puerta se preguntaba qué estaría pasando en el cuarto de Christian, si fuera una urgencia médica le habrían avisado a Noha, pero ese obviamente no era el caso.Subió las escaleras a la otra planta. Caminó por el pasillo y miró por todos lados, esperó que unos médicos se alejaran y abrió la puerta del cuarto de Christian. La cerró y cuando se dio la vuelta se sorprendió al ver a sus amigos dentro hablando sobre la cama de Christian. Ivonne la miró y se acercó a ella.—¿Qué demonios hacéis aquí? —se acercó a ellos asombrada.Anna abría con cuidado cada uno de sus ojos mientras le analizaba sin darle mucha importancia a su amiga.—Vaya, ojos grises, interesante—comentó.—Así que este es el tío al que siempre vienes a ver —comentó Víctor leyendo su información, sentado sobre la camilla.—¿No me habéis escuchado? He preguntado que qué es lo que estáis haciendo aquí —insistió Karen, pero sus amigos parecían estar estudiando un caso especial y ni caso la hacían a ella.
La noche anterior había ido al apartamento de su vecina Delia quien la había mandado una invitación con su nieta. Hacía tiempo que no la veía porque estaba constantemente trabajando o con sus amigos.—El hombre que estuvo la última vez en tu apartamento ¿Cuándo vuelve? —le había preguntado Sonia. Como sospechaba, a ella le gustaba Xavier.—Niña ¿qué haces preguntando por los conocidos de la chica? —le regañó su abuela. Miró a Karen—Hija ¿ya tienes novio? —ella le sonrió con amabilidad.—No, Delia. Por ahora solo tengo amigos.—Con lo hermosa que eres ya deberías tener a un hombre que te cuide.—Las albóndigas están ricas ¿las ha preparado usted? —Desvió el tema. No quería hablar de temas iguales con ella.—Me ha ayudado mi nieta.Aquella se había levantado muy temprano, era el último día que trataba a su paciente y después la despediría, pero antes tenía que llegar al cuarto de Christian y verle antes de que llegara Noha y controlara el lugar, ya no se fiaba de ella después de lo suce
Noha le había prohibido la entrada al personal no autorizado. Karen y sus amigos se quedaron a un lado a observar cómo entraba una pareja mayor muy elegante a la habitación, iban acompañados de un hombre con traje y maletín.—Al parecer el tipo procede de una familia importante—comentó Anna. —Debes de alegrarte, tiene familia y ya no tendrás que cumplir tu promesa.—¿Se acordará de mí? —murmuró Karen y sus amigos se voltearon a mirarla.—Ayy, la muchacha se nos ha enamorado. —se burló Víctor.—Deja ya de decir estupideces, me preocupa que recuerde todas las cosas que le dije, eran personales.—¿No debiste preocuparte por eso antes de decidir contarle tu vida? —preguntó Xavier.—Bueno, yo…no solo le hablé de mí—se mordió los labios y sus amigos la miraron absortos.—Karen, dinos que no le has hablado de nosotros a ese desconocido—le exigió Xavier, ella forzó una sonrisa.—No importa, él no tiene por qué acordarse de nada de eso.—Más te vale, o lo haré dormir yo para siempre. —amenazó
Xavier estaba ocupado coqueteando con una de las tutoras, era joven, madre soltera y se ruborizaba por cada cosa que le decía el hombre apuesto que tenía delante. Víctor y Marcus estaban con Karina, Víctor la enseñaba a utilizar la varita de su nuevo vestido de hada. Las tres mujeres estaban juntas atendiendo a los niños en lo que necesitaban. Noha llegó más tarde, las seis y treinta y cinco. Ivone le agradeció su llegada y aceptó la caja de regalo que había traído. Miró a Karen y ésta le sonrió. Era la hora del pastel. Se acercaron todos junto a la mesa y a animaron a los niños a cantar el cumpleaños feliz. Karina apagó las velas y todos aplaudieron alegres. —Por cierto —habló Noha entre tantos aplausos, —me imagino que tenéis curiosidad por saber qué pasa con el paciente en coma. Se ha despertado, sabe perfectamente quién es, y sus padres han pedido el traslado a otro hospital fuera de aquí, o sea, Suecia, que es de donde son. Se lo llevaran mañana a primera hora. Karen lo miró
Daban las cinco de la madrugada, y como era costumbre, sonó el despertador en la cabecera de Noha. Éste abrió los ojos, se incorporó y se sentó al borde de la cama mientras silenciaba la alarma y se frotaba los ojos. Cinco minutos después, se puso sus chanclas y se levantó de la cama. Se quitó la camisa que llevaba y se subió y la cinta caminadora. Comenzó a caminar y segundos después estaba corriendo, éste era su ejercicio de cada mañana. Estuvo así durante aproximadamente quince minutos. Se bajó de la cinta, estaba respirando agitado, tomó la toalla y se secó el sudor. Salió de la habitación y se acercó a su cocina americana, era elegante y muy espaciosa con todos los mobiliarios modernos, podía permitírselo. Tomó el jarrón de agua y se sirvió en un vaso. Tomó el mando y prendió el plasma del salón, mientras seguía la información, caminó hacia el cuarto de baño que tenía en su cuarto. Se desprendió de lo que le quedaba de ropa y se metió en la ducha. Se cambió y se arregló el pelo