Cuando las chicas entraron en la cafetería, todos los allí presentes se pusieron a aplaudir sorprendiendo completamente a Karen. ―¿Y eso? ―preguntó a sus amigas. ―¿Tú qué crees? Ellos también están felices de que te hayas recuperado. ―explicó Anna. Entonces era eso, no se esperaba que se preocuparan tanto por ella, hasta la encargada la estaba diciendo lo contenta que se sintió cuando le dijeron que se había recuperado y del susto que se llevó al enterarse de lo que le había sucedido. ―Gracias. ―les agradeció a todos. Ivonne les dijo que era suficiente, que podían regresar a lo que estaban haciendo para que la paciente pudiera tomar tranquilamente el desayuno. Cuando todo volvió a la normalidad, buscaron a los chicos con la mirada, estaban allí de pie, observándolas de pie en la mesa donde habían pedido ya el desayuno. Christian le mantenía intensamente la mirada logrando que ella se ruborizara, ¿será que le parecía bonita por cómo se había arreglado? Llevaba el pelo suelto, y sab
Marianne entró más que algo apurada, nerviosa. Observación de pastel por toda la cafetería. Se le alumbró el rostro al ver en una mesa al fondo una mano alzada invitándola, sonrió y avanzó cuidadosamente hacia la mesa, mientras lo hacía, su mirada se quedó atrapada en el hermoso niño que Karen llevaba en brazos. La mujer se llevó la mano al pecho llena de orgullo, era su nieto. Cuando por fin los alcanzados, sus ojos estaban llenos de lágrimas. ―Hola Marianne―Karen se había puesto de pie para saludarla. ―Oh, hija― la sorprendió con un beso en la mejilla mientras se secaba las lágrimas de las mejillas y observaba de nuevo al niño de aproximadamente un año. ―Él es mi nieto ¿verdad? ―Así es― respondió la chica. Marianne se llevó las manos a la boca, tenía un nieto, hijo de su hijo. Miró a la madre, no sabía cómo pedirle que quería tomarlo en brazos, tenía miedo de que se lo impidiera. Pero al parecer Karen intuyó sus intenciones. ―Puede cogerlo si quiere. ―¡Por supuesto! ―dijo de in
La rutina de Karen había sido la misma las dos últimas semanas, levantarse, prepararse e irse derecha a la casa de su paciente a ayudarle a recuperar la movilidad de su brazo por un accidente, pero hoy era especial, había logrado conseguir que su paciente se recuperara por completo y ya no tenía que seguir asistiéndole personalmente. En su agenda no había nuevos pacientes a los que atender lo que significaba que por ahora estaba libre hasta que volvieran a asignarla a uno nuevo.Se dio una ducha bien tranquila y sin prisas, se arregló y se puso unos pantalones blancos ajustados y una camiseta, cogió su bata y se la puso encima de su ropa, ya casi lo tenía de costumbre, le encantaba llevarlo puesto y tenía un conjunto de diversos colores, pero hoy llevaría el de color blanco, le traía buena suerte. Se puso sus zapatillas, se recogió el pelo en una cola como siempre para estar más cómoda y cogió su bolso.Salió de su apartamento y corrió a subirse al ascensor antes de que éste se cerrar
Se sentaron a almorzar todos juntos como de costumbre, Karen, Ivonne, Xavier y la pareja Anna y Víctor. Todos eran amigos, aunque cada uno trabajara en un área distinta.Charlaban animados mientras comían lo que cada uno había elegido. Anna y Víctor no hacían más que mostrar lo enamorados y muy apegados que estaban el uno del otro, lo compartían casi todo que daba envidia. Eran rubios y guapos, todos allí lo sabían, eran la pareja perfecta que daba envidia.—¿Karen os ha contado ya que ha hecho nuevo amigo? —todos se concentraron en Ivonne cuando dijo aquello. — Se llama Christian y se encuentra en una camilla, en estado de coma.Ahora todas las miradas estaban puestas en Karen que llevó las manos a la cara, Ivonne no podía evitar contar aquello.—Quedamos en que era un secreto, — la regañó en voz baja, no quería que se lo contara — ¿Por qué sacas el tema? — Ivonne se encogió de hombros.—Somos todos amigos, al final se acabarían enterando.—Cariño — le habló Víctor — ¿no te hemos dad
Pasó por una tienda de comestibles antes de llegar a su apartamento para hacer la compra de la casa, no tenía suficiente tiempo durante el día.Estacionó su auto en el lugar habitual y junto con las bolsas de compra tomó el ascensor y subió a su planta. Daban las veintidós y quince cuando entró en su apartamento, se sentía cansada, pero estaba ya acostumbrada a pasar poco tiempo en su casa. Depositó las bolsas en la encimera de su pequeña cocina, ya las ordenaría más tarde, primero quería darse una ducha relajante. Entró en el dormitorio, se quitó la ropa y se metió en la ducha. La prendió y dejó que el agua fluyera por todo su cuerpo. Pensó en el día que había tenido, pensó en Noha, ya no tenía que seguir evitándolo, volvían a ser los mismos amigos de siempre. Pensó en sus otros amigos, eran lo peor, la habían abandonado a su suerte para que se enfrentara sola a su jefe, no se habían preocupado por ella. Cada uno de ellos se la iban a pagan. Pero también pensó en Christian, se pregu
Se tuvo que despertar y no porque se lo indicara su despertador ni mucho menos porque fuera madrugadora, sino por la sencilla razón de que estaban golpeando a la puerta de su cuarto. A regañadientes tuvo que levantarse y enfrentarse a Xavier que estaba en la puerta, recién salía del baño, al menos llevaba puesto los pantalones.—¿Qué quieres? Todavía es temprano—se quejó apoyando su cabeza en el umbral de la puerta mientras bostezaba.—El baño está libre, tienes que arreglarte —le dijo Xavier.—Todavía tengo quince minutos para las siete, hora en que me preparo—le recordó y se giró para regresar a la cama, pero él la tomó por los hombros y la condujo hacia el cuarto de baño, la poca resistencia que presentaba ella como las quejas no fueron ningún impedimento para encerrarla en el cuarto de baño.—A quien madruga Dios le ayuda, —le recitó —el desayuno estará listo cuando hayas terminado.Después de la visita de sus amigos anoche, todos se habían marchado a sus casas, pero Xavier se hab
Había pasado una semana y la habitación de Christian estaba siendo el mejor lugar donde podía quedarse a expresar todo lo que sentía o lo que le pasaba por la cabeza, se divertía, aunque no obtuviera respuesta de la otra parte. Procuraba llegar puntual para estar con él y el hecho de que hasta entonces no tuviera paciente era lo mejor, por primera vez se alegraba por ello.—…Capítulo ocho. En mi opinión ella es un reclamo, un cebo, que atrae hacia algo que está escondido más allá de sus confusas y engañosas palabras. — continuó con la lectura del libro que había empezado a leerle desde el día anterior —Su lenguaje sensible y estético, su emotividad ante el micrófono, el clima nebuloso del programa, todo está orientado a una finalidad perversa, a producir un efecto de oscu… Tuvo que detenerse bruscamente porque de pronto se abrió la puerta de la habitación. Noha estaba entrando con otras tres personas a quienes nunca había visto antes, aunque por su atuendo dos de ellos eran médicos y
Mientras salía por la puerta se preguntaba qué estaría pasando en el cuarto de Christian, si fuera una urgencia médica le habrían avisado a Noha, pero ese obviamente no era el caso.Subió las escaleras a la otra planta. Caminó por el pasillo y miró por todos lados, esperó que unos médicos se alejaran y abrió la puerta del cuarto de Christian. La cerró y cuando se dio la vuelta se sorprendió al ver a sus amigos dentro hablando sobre la cama de Christian. Ivonne la miró y se acercó a ella.—¿Qué demonios hacéis aquí? —se acercó a ellos asombrada.Anna abría con cuidado cada uno de sus ojos mientras le analizaba sin darle mucha importancia a su amiga.—Vaya, ojos grises, interesante—comentó.—Así que este es el tío al que siempre vienes a ver —comentó Víctor leyendo su información, sentado sobre la camilla.—¿No me habéis escuchado? He preguntado que qué es lo que estáis haciendo aquí —insistió Karen, pero sus amigos parecían estar estudiando un caso especial y ni caso la hacían a ella.