Victor Case se enderezó un poco para cambiar de posición sobre el rocoso acantilado de la playa. Se acomodó de nuevo los binoculares y enfocó de nuevo a la familia, compuesta por una pareja con sus dos hijos y un hombre entrado en años, quienes estaban disfrutando de la playa en el Mediterráneo Griego.Luego tomó el teléfono móvil y realizó una llamada, no pasaron ni diez segundos cuando una voz desagradable le respondió por el auricular:—"¿Qué noticias me tienes, Case?”—"Los tengo en la mira, jefe. Ya sé dónde se están alojando y es una casa bastante apropiada para lo que usted desea —la mirada malévola y la sonrisa torcida daban testimonio de que no era un hombre bueno sino perverso"—Entonces procede lo más pronto posible —dijo con tono cruel— Debes eliminar al hombre, así será más fácil llevar a cabo mis planes.—Lo haré lo más pronto posible, jefe —respondió Case sonriendo con crueldad— Usted sabe que yo pocas veces fallo.—Llámame cuando tengas resultados —dijo el misterioso s
Este se dirigió de nuevo al amplio escritorio detrás del cual se sentaba Grassman, y extendiendo el brazo le puso el periódico en el escritorio, justo debajo de sus barbas.Era un periódico sensacionalista que tenía por costumbre indagar sobre escándalos en familias adineradas, allí, en la primera plana aparecía la foto de Ivonne y Derek Coleman saliendo del tribunal, esposados, mientras se dirigían a una patrulla y el encabezado con ribetes de sensacionalismo rezaba:“Ya han pasado cuatro años de la sensacional condena: ¡Convictos! La empresaria Ivonne Coleman y su sobrino declarados culpables y condenados”Los ojos de Grassman leyeron a buen ritmo casi todo el capítulo, mientras una terrible palidez cubría sus ya duras facciones, cuando terminó sus dedos arrugaron con fiereza el tabloide que había leído.Permaneció durante un pàr de minutos sin decir nada, los ojos entrecerrados y la expresión concentrada hizo que Grant ni siquiera intentara bromear de nuevo con su jefe, ya antes ha
De vuelta al pasado…A Grant Perlman no solo le llevó más de un mes averiguar todo lo relacionado con Ivonne Coleman y los Hamilton, tuvo que pagar bastante dinero para obtener información precisa sobre la sentencia que pesaba sobre ella y sobre su sobrino, Dereck Coleman. Ya habían pasado unos cuatro años de los hechosDespués de dos meses de averiguaciones y de recabar toda la información que necesitaba se reunió de nuevo con su jefe. Habían estado en comunicación durante todo el tiempo que Perlman estuvo fuera de la ciudad, en especial cuando estuvo en Europa, porque Ivonne había estado viviendo allí y cuando no, visitaba el país con bastante frecuencia. Grassman le había exigido que averiguara sobre cada detalle de lo que había pasado, y eso incluía hasta investigar en los archivos privados del doctor Messina, quien había desenmascarado a Ivonne con Randall Hamilton, sobre su imposibilidad de tener hijos, lo que había iniciado su caída en la demanda al reclamar su fortuna.Perlma
Case se acercó a la pared rocosa debajo de la casa, miró con atención y descubrió un pequeño gabinete, cortó el pequeño candado sin hacer ruido y lo abrió con cuidado. En su interior encontró varias tuberías, la mayoría eran de cables, algunos de electricidad y otros para internet y televisión. Y también una tubería de cobre para el gas.Case sonrió con maldad y se puso a manipular las herramientas que había traído. Estuvo trabajando alrededor de media hora, lo que más trabajo le costó fue perforar el piso de la casa porque lo hizo con un taladro de mano, poco a poco para no hacer ningún ruido. Luego miró su obra y sonrió satisfecho, recogió sus cosas y se marchó como había venido, como una sombra ominosa.Adentro, la familia Hamilton se acostaba sin sospechar el peligro que corrían, el único que no se sentía cómodo era el viejo Randall Hamilton, pero luego de dar vueltas en la cama por un buen rato terminó durmiendo con un sueño inquieto.………………..Un año atrás…La prisión federal de
Case había instalado un ingenioso dispositivo para dejar escapar el gas cuando él quisiera en la residencia de verano que ocupaban nos Hamilton, pero tenía que esperar, sus instrucciones habían sido claras: No debía tocar ni al hombre joven o a su esposa, porque para ellos había otros planes.En cuanto a los niños, si alguno quedaba en el camino no importaba, así de crueles eran las intenciones de Alexander Grassman. Y a Víctor Case eso no le importaba, era un mercenario sin alma ni sentimientos.Así que esperó, en el mismo acantilado rocoso desde donde podía ver la casa. Sabía que la rutina familiar consistía en salir a pasear en las tardes generalmente, aunque a veces salían los esposos solos, y otras veces con los niños.Trataría de evitar hacerle daño a los niños, y no porque le importara, sino que las órdenes eran acabar con el viejo primero. Si alguno salía herido o muerto era porque no había podido evitarlo. Así que esperó con paciencia, tenía que hacerlo hoy mismo.…………………Rac
Victor Case miraba con los binoculares la escena que se desarrollaba al frente de la casa. Había visto al viejo descender del auto y subir las escaleras, por lo que preparó el detonador de la chispa esperando a que Randall Hamilton entrara en la casa, luego vió al pequeño subir y entrar primero que su abuelo.Esperó unos segundos para ver si salía el niño, no porque le importara, si no porque no era el objetivo, y Case era un mercenario meticuloso con su trabajo. Pero al ver que no salía pronto se encogió de hombros mientras una mueca de indiferencia se dibujaba en su rostro, apretó el control mientras veía que la puerta se abría de golpe y el viejo salía con el niño en brazos.Vió como la explosión los lanzaba fuera del porche y pensó que ambos debían estar muertos, la onda expansiva había sido formidable. Observó por un par de minutos más y luego se alejó, no era prudente que lo vieran por allí, en caso de que investiguen la explosión.………………..Rachel ya había marcado el número de e
Patrick se despertó esa mañana con un intenso dolor de cabeza, él y Rachel habían pasado una noche bastante incómoda, algo bastante lejos de lo que esperaban al salir de vacaciones. Tener un accidente tan grave como ese era algo que no cabía en la cabeza de Patrick, conocía bien las residencias en las islas griegas, no era la primera vez que pasaba algunos días aquí para relajarse.Apenas se levantó Rachel abrió los ojos, en ellos se veían los estragos de no haber descansado bien.—¿Ya vas a levantarte? —preguntó con voz suave.—Sí, amor —le dijo con ternura— Quiero hablar con el dueño de la casa y ver si podemos rescatar algunas de nuestras pertenencias, las que importan —termina.—Entiendo —le dice comprendiendo lo que su esposo le quiere decir— ¿Regresarás pronto? Quiero ir al hospital lo más temprano que podamos.—Sí, amor —contesta— También quiero tener noticias de los Randall.Sonríe y después entra al baño para prepararse y salir.Después salió para hablar con el dueño de la c
El médico se detuvo al lado de una puerta y con un gentil gesto abrió la puerta y los invitó a entrar.—Estaré cerca por si me necesitan —dijo el galeno despidiéndose.Patrick entró en la habitación y miró hacia la cama donde yacía su padre, se quedó parado unos instantes, cerca de la cama, como si no se atreviera a acercarse a su progenitor. Rachel se detuvo detrás de él y colocando su mano sobre sus hombros, lo acarició para darle ánimo de terminar de acercarse.El viejo Hamilton estaba con los ojos cerrados y su respirar era suave, pero un poco dificultoso, a pesar de que tenía puesta una mascarilla con oxígeno para ayudarle.Patrick se detuvo justo al lado de la cama y suavemente posó una de sus manos sobre las de su padre, las cuales descansaban sobre su abdomen. Casi de inmediato, Randall Hamilton abrió los ojos y una suave sonrisa iluminó un poco su rostro congestionado y lastimado. Tenía laceraciones en casi toda la piel y en el cuello se le veía una marca rojiza, como si le