—¿Tú? —dijo Rachel alejándose un poco hacia atrás, cojeando de la pierna derecha, donde la pierna del pantalón ya se estaba manchando completamente de rojo.—Sí, soy yo, niña tonta —le dijo Ivonne con la furia velándole los aún hermosos ojos verdes— No sabes las ganas que tenía de que llegara este momento.Rachel no dijo nada, pero su cerebro trabajaba a toda velocidad, buscando la manera de escapar de este trance en que estaba metida. Nunca se imaginó que ella viniera en persona, que se atreviera a tanto. Los huesos de su suegro y de su esposo debían estar temblando en sus tumbas ante tanta osadía e impertinencia.—No sé cómo te atreves a venir a esta casa, a profanar su tranquilidad —le dijo Rachel también con la ira reflejada en su semblante.—¡Uy, Sí! El santuario de los Hamilton —se mofó Ivonne haciendo que Rachel hiciera un gesto como de írsele encima— Quieta, niña. No hagas que te dé otra herida para acompañar a esa —le dijo señalando la herida en la pierna de Rachel con la pis
Rachel no lo podía creer, estuvo a punto de desmayarse pero su férrea voluntad la sostuvo. Por un momento se olvidó que estaba herida en el brazo y en la pierna y se volteó para caminar hacia la escalera, para ir al encuentro de su amado, pero la pierna cedió y se fue de lado cayendo en los brazos de Ivonne, quien aprovechó para tomarla por el cuello pasándole un brazo mientras sacaba un cuchillo de su pantalón y se lo ponía en el cuello.Un Patrick Hamilton un poco más delgado de lo que era normalmente, comenzó a descender por la escalera.Ivonne lo miraba como solo se podría ver a un fantasma.—¡Tú estás muerto! —le gritó como una histérica mientras retrocedía arrastrando a Rachel, quién aún no reaccionaba por completo al tener delante al hombre que todos creían muerto.—Por desgracia para ti, no lo estoy “mamita” —dijo con auténtica ironía.Ivonne seguía retrocediendo hasta que chocó con Grant Perlman que estaba blanco como un papel de la impresión. Este se sobaba la mano lastimada
Después de que hubieran levantado los cadáveres y atendido a los que sobrevivieron, el personal forense y los empleados de la casa limpiaron todo hasta dejarlo casi como estaba, exceptuando los huecos de bala en las paredes. Ya habría tiempo para eso.A Patrick le costó mucho trabajo justificarse ante su esposa por haberle ocultado que no había muerto, y cuando Brian intentó entrar a ayudar a explicar le lanzó un adorno que tenía cerca de la mano.—¡A ti no te voy a perdonar nunca! —le gritó mientras este salía corriendo de la habitación.—Y… ¿a mí tampoco me vas a perdonar? —le preguntó Patrick con voz contrita.Ella lo miró haciendo un puchero con la boca, pero luego las lágrimas brotaron de nuevo de sus ojos y lo abrazó con fuerza, para luego tomarlo por los cabellos y besarlo con furiosa pasión.Mamá Emma, que había quedado sola con ellos, se volteó para salir, pero la voz de Rachel la detuvo en su sitio.—Tú también me la debes, mamá Emma —le dijo aunque sin asomo de rencor alguno
Victor Case se enderezó un poco para cambiar de posición sobre el rocoso acantilado de la playa. Se acomodó de nuevo los binoculares y enfocó de nuevo a la familia, compuesta por una pareja con sus dos hijos y un hombre entrado en años, quienes estaban disfrutando de la playa en el Mediterráneo Griego.Luego tomó el teléfono móvil y realizó una llamada, no pasaron ni diez segundos cuando una voz desagradable le respondió por el auricular:—"¿Qué noticias me tienes, Case?”—"Los tengo en la mira, jefe. Ya sé dónde se están alojando y es una casa bastante apropiada para lo que usted desea —la mirada malévola y la sonrisa torcida daban testimonio de que no era un hombre bueno sino perverso"—Entonces procede lo más pronto posible —dijo con tono cruel— Debes eliminar al hombre, así será más fácil llevar a cabo mis planes.—Lo haré lo más pronto posible, jefe —respondió Case sonriendo con crueldad— Usted sabe que yo pocas veces fallo.—Llámame cuando tengas resultados —dijo el misterioso s
Este se dirigió de nuevo al amplio escritorio detrás del cual se sentaba Grassman, y extendiendo el brazo le puso el periódico en el escritorio, justo debajo de sus barbas.Era un periódico sensacionalista que tenía por costumbre indagar sobre escándalos en familias adineradas, allí, en la primera plana aparecía la foto de Ivonne y Derek Coleman saliendo del tribunal, esposados, mientras se dirigían a una patrulla y el encabezado con ribetes de sensacionalismo rezaba:“Ya han pasado cuatro años de la sensacional condena: ¡Convictos! La empresaria Ivonne Coleman y su sobrino declarados culpables y condenados”Los ojos de Grassman leyeron a buen ritmo casi todo el capítulo, mientras una terrible palidez cubría sus ya duras facciones, cuando terminó sus dedos arrugaron con fiereza el tabloide que había leído.Permaneció durante un pàr de minutos sin decir nada, los ojos entrecerrados y la expresión concentrada hizo que Grant ni siquiera intentara bromear de nuevo con su jefe, ya antes ha
De vuelta al pasado…A Grant Perlman no solo le llevó más de un mes averiguar todo lo relacionado con Ivonne Coleman y los Hamilton, tuvo que pagar bastante dinero para obtener información precisa sobre la sentencia que pesaba sobre ella y sobre su sobrino, Dereck Coleman. Ya habían pasado unos cuatro años de los hechosDespués de dos meses de averiguaciones y de recabar toda la información que necesitaba se reunió de nuevo con su jefe. Habían estado en comunicación durante todo el tiempo que Perlman estuvo fuera de la ciudad, en especial cuando estuvo en Europa, porque Ivonne había estado viviendo allí y cuando no, visitaba el país con bastante frecuencia. Grassman le había exigido que averiguara sobre cada detalle de lo que había pasado, y eso incluía hasta investigar en los archivos privados del doctor Messina, quien había desenmascarado a Ivonne con Randall Hamilton, sobre su imposibilidad de tener hijos, lo que había iniciado su caída en la demanda al reclamar su fortuna.Perlma
Case se acercó a la pared rocosa debajo de la casa, miró con atención y descubrió un pequeño gabinete, cortó el pequeño candado sin hacer ruido y lo abrió con cuidado. En su interior encontró varias tuberías, la mayoría eran de cables, algunos de electricidad y otros para internet y televisión. Y también una tubería de cobre para el gas.Case sonrió con maldad y se puso a manipular las herramientas que había traído. Estuvo trabajando alrededor de media hora, lo que más trabajo le costó fue perforar el piso de la casa porque lo hizo con un taladro de mano, poco a poco para no hacer ningún ruido. Luego miró su obra y sonrió satisfecho, recogió sus cosas y se marchó como había venido, como una sombra ominosa.Adentro, la familia Hamilton se acostaba sin sospechar el peligro que corrían, el único que no se sentía cómodo era el viejo Randall Hamilton, pero luego de dar vueltas en la cama por un buen rato terminó durmiendo con un sueño inquieto.………………..Un año atrás…La prisión federal de
Case había instalado un ingenioso dispositivo para dejar escapar el gas cuando él quisiera en la residencia de verano que ocupaban nos Hamilton, pero tenía que esperar, sus instrucciones habían sido claras: No debía tocar ni al hombre joven o a su esposa, porque para ellos había otros planes.En cuanto a los niños, si alguno quedaba en el camino no importaba, así de crueles eran las intenciones de Alexander Grassman. Y a Víctor Case eso no le importaba, era un mercenario sin alma ni sentimientos.Así que esperó, en el mismo acantilado rocoso desde donde podía ver la casa. Sabía que la rutina familiar consistía en salir a pasear en las tardes generalmente, aunque a veces salían los esposos solos, y otras veces con los niños.Trataría de evitar hacerle daño a los niños, y no porque le importara, sino que las órdenes eran acabar con el viejo primero. Si alguno salía herido o muerto era porque no había podido evitarlo. Así que esperó con paciencia, tenía que hacerlo hoy mismo.…………………Rac