- ¿Por qué eres así? – pregunté mirándolo fijamente.
Asher soltó una carcajada amarga y tomó mi mentón con sus dedos, haciendo que Silas luchara por detenerlo, pero este siguió hasta que su roce llego a mis labios.
Respiré entrecortadamente mirándolo fijamente.
- Algún día lo sabrás – soltó sonriente al ver mi nerviosismo – me he enterado de algo sorprendente – afirmó sacando de la cinturilla de su pantalón un cuaderno decorado en tonos pastel con mi nombre en madera sobre la cubierta.
Tragué saliva viéndolo con miedo. Mi diario. Escribo en él desde que tengo memoria y cuando quedé ciega lo seguí, pero en Braille y ahora que había recuperado la visión, decidí escribir de nuevo de forma normal.
Sentidos... lo son todo para mí. Sin ellos no podría imaginar un mundo basado en mis recuerdos. Cada sentimiento siempre me inunda, me sumerge... así como la oscuridad lo hizo hace siete años, todo en el mundo es maravilloso, y magnifico. Hasta lo más pequeño es tan imperfectamente bello. Una vez escuché decir alguien a su hija, "cierra los ojos, y siente como la brisa no solo te refresca, siente como te llena y te muestra que lo invisible existe y jamás se va de tu ser" Esa persona fue mi padre y me lo dijo a mí, en aquel entonces solo creí que mi padre había enloquecido, cualquiera cree eso, pero tenía mucha razón...aún la tiene. Mi vida se limita a los sentidos, excepto uno.
Me limité a comer mientras mi padre empezó a decir ideas que se le habían ocurrido sobre un nuevo proyecto literario, ya que es un escritor muy conocido a nivel nacional y mi madre lo apoyaba aun con la voz forzada, mostrando incomodidad debido a lo que dijo mi hermana. Por su parte, Camille se quedó callada toda la cena al igual que yo, hasta que escuché su móvil sonar y que corrió la silla saliendo a correr, escuchando después la puerta de entrada abrirse y cerrarse de un portazo oyéndose los pasos no solo de mi hermana, sino también de alguien acompañándola. - Buenas noches – dijo una voz masculina que desconocí por completo. Al momento sentí a mi padre tomar mi mano mientras me giré en dirección a la voz. - Buenas noches – murmuramos mis padres y yo al unísono.
Después de que el chico misterioso me diera unas gafas que dijo era de aviador o algo así, me las puso y usó un palo de madera que había en la habitación para hacerme un bastón improvisado. Agradecí su molestia por ayudarme y me levanté sin saber qué hacer, ya que Camille debe estar con Will, quien sabe dónde y no conozco el camino a casa. Ni siquiera sé dónde estoy, así que, la situación se me complicó a lo que él chico cuando salió del baño de la habitación tomó mi mano con delicadeza llamando mi atención. - ¿Quieres que te lleve a tu casa? – se ofreció con total sinceridad. A lo que asentí dudando. - Primero tengo que encontrar a mi hermana - Bueno y ¿cómo se llama? – preguntó mientras empecé a dar pasos hacia la salida y él me
Entré detrás de Camille dejando la puerta abierta y los pasos de alguien acercándose me hicieron detenerme. - Alia, el chico que te trajo la otra noche dice que quiere hablar contigo – murmuró mamá tomándome del brazo llevándome a la sala donde al entrar escuché la conversación de mi padre con el chico sin nombre. - Es muy bueno el escritor, pero tiene una forma de expresarse muy cruda... casi como si no sintiera nada – comentó mi padre escuchando que su voz tenía un tono de interés y al mismo tiempo feliz de que podía hablar con otra persona que no sea yo sobre libros. - Apoyo su idea, pero señor, hay que tener en cuenta, que está contando su historia en la guerra. Obviamente tiene que ser crudo su relato, de esa forma llega más al corazón porque denota una gran enseñanza – escuché
Al día siguiente no volvió, ni tampoco el siguiente a ese. Súbitamente me había resignado a que no volvería a hablar con él y sentir su presencia, tampoco me afectaba tanto... sin embargo, la forma en que se fue. No fue la más adecuada. Se fue impotente, intentando ayudarme de alguna forma, pero no se puede hacer nada. Eso lo supe al momento en que me quitaron la banda de los ojos y solo vi oscuridad, aunque mi madre decía que tenía los ojos abiertos. Con el tiempo mis recuerdos de lugares y las personas más allegadas a mí, se avivaban aún más en mi mente imaginando sus acciones habituales cuando hablaba con ellos, eso me hizo también ser más llevadero mi problema. Después del accidente, no solo perdí la vista, también había perdido a mi hermano. Antiguamente, éramos tres. Él era el
De alguna forma, se me vino a la mente la idea de que es un mentiroso y ahora me dirá un nombre falso, sin embargo, algún día, me matará. Creo que al final se me prendió mucho las ideas de mi padre sobre los chicos, todos siendo mafiosos, ladrones, rompecorazones o simplemente malos y ante la idea de un chico sincero que quería estar conmigo se me hizo muy... diferente a lo que he escuchado de los chicos. Después de unos segundos, se aclaró la garganta. - Silas – musitó haciendo que esbozara una sonrisa. Jamás había escuchado a alguien llamarse así. Un nombre raro, para un hombre igualmente diferente a los demás. Imaginé que me observaba detenidamente por una reacción, pero solo sonreí y extendí la mano a donde escuché su voz. - U
Al día siguiente tomamos el vuelo a casa. Y pronto el fin de semana se desvaneció sin que Camille y yo lo notáramos, así que el día de entrar a clases llegó y estaba tan emocionada que desde que mi móvil me avisó que eran las cinco de la madrugada, no pude volver a dormir, así que deambulé por mi habitación hasta que volví a escuchar el sonido del mar y recordé a Silas. Mi madre había guardado el vestido en mi armario, donde encontró allí una carta en braille que decía que cuando volviera a ver, sería la primera prenda que usaría. No entendí el significado, pero mi madre dijo que era muy elegante para llevarlo a la universidad. Así que lo guardó y seguimos desempacando hasta que me quedé dormida y cuando desperté de la emoción, sabía que mi madre había dejado mi habitación ordenada. Finalmente, cuando mi madre entró por la puerta para
Todo pasó como una completa monotonía. Me había acostumbrado a la playa y la ciudad, a pesar de ser mi hogar, siempre había sido muy estresante para mí, sin embargo, el tiempo pasó y pronto llegamos a final de mes.Solo me limitaba a estudiar y salir con Sam al centro comercial o a caminar y en las noches, escuchaba los audios de Silas, siendo un soplo de tranquilidad para mí.Jamás había creído que las personas se podían hacer amigos de un día para otro, pero así me sentía con Silas. A pesar de que ahora solo escuchaba su voz en el audio y releía su nota, no volví a saber de él. De igual forma creo que hubiera sido difícil porque jamás le pregunté si estaba en la playa por vacaciones o donde viv&ia